Soberan¨ªa
Si no me equivoco, la ¨²ltima vez que se quebr¨® en Espa?a la legalidad constitucional fue con motivo de la guerra civil. Desde entonces, y ya va para setenta a?os, se ha respetado siempre la vigencia de los textos fundamentales. Incluso en los tiempos del s¨®rdido sistema de Franco. A partir de la Ley Org¨¢nica del Estado de 1967 Espa?a ya sab¨ªa que despu¨¦s del cruel dictador militar habr¨ªa un rey que ser¨ªa don Juan Carlos. Y as¨ª pas¨®, y aunque entre el franquismo y la actual democracia parlamentaria media un abismo jur¨ªdico-p¨²blico, no es menos cierto que la transici¨®n se hizo con la ley en la mano. La valiente y novedosa Ley de Reforma Pol¨ªtica de 1976, votada por el pueblo, fue el puente institucional que nos sac¨® del oscurantismo y nos llev¨® a la dignidad pol¨ªtica. Dos a?os despu¨¦s, la Constituci¨®n de 1978 fue refrendada masiva y afirmativamente por el pueblo. Y esa es la fuente y esa es la luz.
Creo que no est¨¢ de m¨¢s evocar tama?as obviedades en los tiempos actuales. Y ello porque nos acercamos a un gran conflicto pol¨ªtico en el Pa¨ªs Vasco, que ser¨¢, sin duda alguna, el desaf¨ªo m¨¢s inquietante al que ha de enfrentarse nuestra legalidad constitucional. Estamos en puertas de un gran suceso de deslealtad y unilateralismo. Ante un reto hijo de la exclusi¨®n y del nacionalismo m¨¢s radical: esa flor venenosa que arruin¨® a Europa (y ¨²ltimamente a Yugoslavia) como bien denunci¨® Stefan Zweig. Nos hallamos en v¨ªsperas de un ins¨®lito avatar maximalista, surgido en una regi¨®n muy rica y desarrollada que goza de la mayor autonom¨ªa de la Uni¨®n Europea. Mas no hay que ponerse nerviosos. En absoluto. Porque la ley ser¨¢ cumplida. ?O es que alguien lo duda? Y la ley establece que s¨®lo la mayor¨ªa de los espa?oles tiene la llave del cambio constitucional a trav¨¦s de la preceptiva consulta en las urnas. La sociedad espa?ola decidir¨¢, porque son los ciudadanos quienes detentan la soberan¨ªa. Todos los ciudadanos, no unos pocos; no los de una comunidad o los de otra. Porque lo que afecta a Espa?a es competencia de todos.
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