"El club dejar¨ªa el estadio por 100 hect¨¢reas"
Miguel ?ngel Gil Mar¨ªn (Madrid, 1963) viste camisa azul y vaqueros. Habla de carrerilla. Confiesa que aceptar¨ªa vender el estadio Calder¨®n "si la oferta fuese buena" y que se ha sentido "un apestado" durante los cinco a?os de judicializaci¨®n del Atl¨¦tico, del que es el m¨¢ximo accionista. Una ¨¦poca que incluye episodios como la absoluci¨®n final por parte del Tribunal Supremo, en julio pasado, de su padre, Jes¨²s Gil, fallecido en junio, y de Enrique Cerezo, el actual presidente, por la apropiaci¨®n indebida de 256.000 acciones del club, pero que le conden¨® a ¨¦l por estafa, "simulaci¨®n de contrato", a un a?o y medio de prisi¨®n -nunca se vio entre rejas- al haber firmado que la entidad deb¨ªa 16,2 millones de euros a Promociones Futbol¨ªsticas, una empresa de los Gil, por comprarle cuatro futbolistas desconocidos. Precisamente ma?ana, cuando esa deuda de los Gil con el Atl¨¦tico sea incluida en los asientos contables y los interventores se lo certifiquen a la Audiencia Nacional, concluir¨¢ el periodo judicial rojiblanco.
"Tendr¨ªan que coincidir por primera vez en la historia los intereses de las instituciones con los del club"
"No venderemos a Torres. Ya hemos rechazado ofertas que eran como un solomillo para un indigente"
"Comparto muchos de los valores de mi padre, pero es cierto que su talante hac¨ªa que algunos nos rehuyeran"
Pregunta. Ma?ana, en la asamblea, un accionista le va a recusar como consejero delegado.
Respuesta. No tiene ninguna posibilidad de prosperar. Adem¨¢s, quien lo va a pedir s¨®lo representa a un 0,5% del accionariado. Tom¨¦ la precauci¨®n de firmar todos los contratos en calidad de director general, pero no era necesario, puesto que la sentencia del Tribunal Supremo me inhabilita para ser elegido por sufragio, o sea para ser un cargo electo, pero no para otra cosa.
P. ?Estar¨¢n presentes los interventores judiciales?
R. S¨ª, les hemos invitado, aunque no era obligatoria su presencia.El ¨²ltimo auto de la Audiencia Nacional dice que deben certificar que el club ha hecho constar en sus cuentas la deuda que tiene contra¨ªda con ¨¦l Promociones Futbol¨ªsticas. Como eso est¨¢ en ellas, se les han entregado. Cuando ellos lo confirmen, se acab¨®.
P. Se dice que la situaci¨®n econ¨®mica del club es muy delicada, que su deuda se acerca a los 400 millones.
R. La situaci¨®n, despu¨¦s de dos a?os en Segunda y cinco de judicializaci¨®n, es razonablemente buena. La deuda real es de 120 millones. ?sa es una cifra asumible para el volumen de negocio que tiene en este momento esta sociedad. Si se coge en un balance la parte del pasivo, se llega a una conclusi¨®n err¨®nea y no hay peor mentira que una media verdad. Si ma?ana cogi¨¦semos el pasivo de cualquier empresa del Ibex, pensar¨ªamos que tiene una deuda muy significativa.
P. ?Se va a vender el estadio Calder¨®n?
R. Es una posibilidad. No depende de nosotros. Hemos invertido en ¨¦l 30 millones de euros. Cambiamos toda la grada por un problema de aluminosis e hicimos muchas reformas. Si hubi¨¦semos tenido claro irnos, no habr¨ªamos invertido. Todo depende de que nos hagan una propuesta que sea buena para el club.
P. Se da por hecho.
R. Se est¨¢ creando un debate falso. El Atl¨¦tico no va a vender. Otra cosa es que coincidan por primera vez en la historia los intereses de las instituciones con los del Atl¨¦tico. Los Juegos Ol¨ªmpicos [en alusi¨®n a los posibles de 2012] cambian a una ciudad y estamos obligados a colaborar con ese proyecto. Si, adem¨¢s, eso supusiera una mejora patrimonial del club, estar¨ªamos obligados a hablarlo.
P. ?Es su pretensi¨®n abandonar el Calder¨®n?
R. El escenario real es que tenemos un estadio de tres hect¨¢reas que se usa cuatro horas al mes. Si podemos cambiarlo y ofrecer 365 d¨ªas de servicio, mucho mejor. Eso depende de cambiar un estadio muy bonito y al que tenemos cari?o, el primero yo, por otro, el de La Peineta, con una concesi¨®n por muchos a?os, que es mucho mejor: mejores accesos, adaptado a los discapacitados, mayor aforo, mejor est¨¦ticamente... Un estadio no te da ning¨²n tipo de rentabilidad. Vale como patrimonio lo que vale su solar. Si podemos irnos a otro, aunque no sea nuestro, soy partidario de hacerlo siempre que pasemos de tres hect¨¢reas a m¨¢s de cien.
P. ?Y eso cu¨¢ndo ser¨ªa?
R. Como consecuencia de cualquier estudio de cambio de ubicaci¨®n. Tenemos una deuda asumible y un estadio en propiedad. As¨ª que nos podemos quedar en ¨¦l.
P. ?Y la ciudad deportiva?
R. Estar¨ªan todos los campos de entrenamiento, un peque?o estadio convertible en otro con capacidad para 70.000 espectadores, todas sus residencias, un sitio para la cantera y un centro de ocio en el que los socios tengan canchas deportivas y piscinas, as¨ª como la posibilidad de ir al cine o hacer compras.
P. O sea, un centro comercial.
R. No; un centro social en el que los atl¨¦ticos puedan convivir y compartir sus inquietudes.
P. ?Por qu¨¦ han creado una sociedad, Divisi¨®n Inmobiliaria, cuyo ¨²nico activo es el Calder¨®n?
R. Intentamos crear una unidad de negocio para rentabilizar al m¨¢ximo el estadio. Esa sociedad ingresa seis millones y queremos que aumente. Adem¨¢s, es m¨¢s f¨¢cil que las empresas financieras apuesten por nosotros invirtiendo en ladrillos porque suelen tener mucha prevenci¨®n ante las sociedades deportivas.
P. Suena raro quitar el estadio al club, que tiene deudas, para ced¨¦rselo a otra empresa que no las tiene.
R. Es que el Calder¨®n sigue dependiendo completamente del Atl¨¦tico. En la medida en que el club tiene sus activos y sus pasivos, el Atl¨¦tico ha pasado de tener un estadio en propiedad a tener el 100% de una empresa que es propietaria del estadio. A efectos pr¨¢cticos, es lo mismo, pero no en la capacidad de gesti¨®n.
P. ?Y ustedes qu¨¦ ganan?
R. Nada. Quien ingresa es el club, no el se?or Cerezo o el se?or Gil. Nadie se puede lucrar. Somos transparentes. Llevamos cinco a?os intervenidos y auditados. Esto es sota, caballo y rey.
P. ?En qu¨¦ ha cambiado el club tras la muerte de su padre?
R. En mucho. Ahora hay m¨¢s gente que se quiere involucrar en ¨¦l. Yo coincido con much¨ªsimos de los valores de mi padre, pero es cierto que su talante hac¨ªa que algunos sectores nos rehuyeran.
P. ?Cu¨¢ndo van a vender a Fernando Torres?
R. Es m¨¢s que un jugador. No nos planteamos su venta. Hemos rechazado ofertas que eran como que un indigente rechazase un solomillo. As¨ª que m¨¢s motivo para no venderle ahora.
P. ?Por qu¨¦ son siempre deficitarios los clubes?
R. El mejor gestor de una empresa naufragar¨ªa en un club de f¨²tbol. No s¨®lo est¨¢s obligado por la ley de sociedades y el c¨®digo civil, el mercantil o el penal, sino tambi¨¦n por una tutela estatal a trav¨¦s del CSD, que analiza tus cuentas y decide si puedes o no vender tus activos, como los inmobilarios. Tambi¨¦n est¨¢s condicionado por la prensa, por cualquier asociaci¨®n del tipo Salvemos el Calder¨®n o Salvemos a Ibagaza...
P. ?Su labor sin su padre...?
R. Tengo m¨¢s protagonismo. Comparto la gesti¨®n con Cerezo, que es el mejor presidente posible porque est¨¢ consiguiendo que se acerquen al club todos los colectivos, la clase pol¨ªtica, la iglesia, el mundo del arte, del cine...
P. ?Se han sentido apestados en alg¨²n momento?
R. Es evidente que s¨ª en estos ¨²ltimos cinco a?os. Tras cinco buenos, llegaron otros malos. Compareciendo cada 15 d¨ªas en los juzgados y padeciendo un juicio paralelo por los medios y los aficionados muy injusto a mi parecer.
P. Ustedes fueron condenados.
R. Todo ha quedado en un contrato simulado, sin componente econ¨®mico. Por eso no hay condena por apropiaci¨®n indebida. Era un contrato que afectaba exclusivamente al balance del club. Nos han revisado m¨¢s de 15.000 contratos. Despu¨¦s de cuatro meses de administraci¨®n judicial, de pasar una auditoria interna durante dos temporadas, de pasar una intervenci¨®n fiscal..., te queda la satisfacci¨®n de haber hecho las cosas relativamente bien.
P. ?Vender¨ªa sus acciones del club si la oferta fuera buena?
R. En este momento, no.
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