Un mundo de cat¨¢strofes
Es dif¨ªcil ponerse en la piel de los miles de personas que, como Araceli Antol¨ªn, vivieron el peor maremoto de la historia. "Stmos refugiados en la monta?a y stmos bien", escribi¨® en un SMS a sus padres desde Tailandia esta modelo espa?ola de 23 a?os que desde 2002 vive en Hong Kong. Araceli, con el tel¨¦fono de un desconocido en la mano, acababa de sobrevivir a un terremoto, de 8,9 grados en la escala de Richter, que se convirti¨® en un tren de olas gigantes (tsunami), azot¨® 10 pa¨ªses en Asia y ?frica y dej¨® decenas de miles de muertos. Araceli se encontraba en la isla tur¨ªstica de Phuket (Tailandia) de vacaciones con su novio aquel fat¨ªdico 26 de diciembre. Se salv¨® porque ese d¨ªa, en vez de ir a la playa como era costumbre, fue a la monta?a a dar un paseo en elefante. "Escuch¨¦ el ruido del agua, pero pens¨¦ que ser¨ªa una cascada que hab¨ªa m¨¢s arriba. No pod¨ªa imaginar que fuera el mar. Est¨¢bamos a medio kil¨®metro de la costa. De repente, a la jungla comenz¨® a llegar gente corriendo, llorando y mojada. Nos quedamos all¨ª viendo el horror", cuenta por tel¨¦fono desde Bangkok. Est¨¢ bien, pero acaba de salir del hospital tras sufrir una crisis de ansiedad. Despu¨¦s de guarecerse en la monta?a y mandar el mensaje desde el tel¨¦fono m¨®vil, Araceli baj¨® al hotel en que se alojaba. All¨ª, en el agua, flotaban cad¨¢veres y escombros. "Del hotel no quedaba nada". Por supuesto, no hab¨ªa rastro de sus cosas. Junto a un grupo de amigos, sin dinero ni tel¨¦fono, Araceli emprendi¨® viaje en autoestop hacia la capital, Bangkok. "La primera camioneta en que nos subimos iba llena de cad¨¢veres. Todas iban llenas de cad¨¢veres. Fue horrible. Recuerdo la desesperaci¨®n en la caras de la gente que buscaba entre los escombros y con el agua por las rodillas. Un hombre que me par¨® y me pregunt¨® si hab¨ªa visto a su mujer. Nunca hab¨ªa visto a ese hombre ni conoc¨ªa a su mujer", recuerda. Su voz comienza a quebrarse. Araceli lleg¨® a Bangkok, contact¨® con su familia, recibi¨® dinero y el mi¨¦rcoles volvi¨® a Hong Kong.
La ONU afirma que en una d¨¦cada 609.000 personas han muerto en desastres, el doble que hace 20 a?os. La mayor¨ªa de la poblaci¨®n vive en zonas de riesgo
Exactamente un a?o antes del mensaje de Araceli, el 26 de diciembre de 2003, otro terremoto registrado en la milenaria ciudad de Bam (Ir¨¢n) acab¨® con la vida de unas 30.000 personas. En febrero, un terremoto en Alhucemas (Marruecos) mat¨® a 200 personas y dej¨® a centenares sin hogar, durmiendo en la calle y peleando por algunas de las mantas que, d¨ªas despu¨¦s del siniestro, reparti¨® el Gobierno marroqu¨ª. En septiembre, el Caribe sufri¨® una de las peores temporadas de huracanes de su historia. Ocho huracanes azotaron la zona en la temporada de oto?o. Entre ellos, Jeanne, que s¨®lo en Hait¨ª dej¨® 3.000 muertos.
Pero ha habido m¨¢s. El Centro para la Investigaci¨®n en Epidemiolog¨ªa de los Desastres la Universidad de Lovaina, adscrito a la OMS, (CRED, en sus siglas en ingl¨¦s), ha contabilizado 570 desastres naturales (terremotos, inundaciones, sequ¨ªas, olas de calor, tornados...) hasta diciembre de 2004. La cifra aumenta de forma casi continua cada a?o desde la d¨¦cada de los setenta, cuando comienza a haber registros fiables. En 1975, la ONU registr¨® 75 desastres, 150 en 1982, 225 en 1994 y 546 en 2000.
P¨¦rdidas de 500.000 millones
Entre 1994 y 2003, la ONU calcula que fallecieron 609.638 personas por cat¨¢strofes naturales y que al menos 2.700 millones se vieron afectadas, el doble que la d¨¦cada anterior. Las p¨¦rdidas econ¨®micas en estos 10 a?os se calculan en 506.000 millones de euros. Sin contar las originadas por el maremoto de Indonesia.
Los datos proceden de un reciente informe de la ONU preparado para la Conferencia Mundial para la Reducci¨®n de Desastres, que se celebrar¨¢ en la ciudad japonesa de Kobe del 18 al 22 de enero. La fecha y el lugar no son casuales. En enero de 1995, un terremoto mat¨® a 40.000 personas en Kobe. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando?
Si se ha fijado en el mapa de la p¨¢gina anterior, habr¨¢ observado que casi todo el mundo est¨¢ bajo alg¨²n tipo de amenaza natural. Cuando no es un volc¨¢n, es una falla tect¨®nica, un monz¨®n, o se trata de una zona de huracanes. Hay zonas que parecen tranquilas, como ?frica, pero que sufren sequ¨ªas, hambrunas y epidemias continuamente. Casi todo el mundo est¨¢ bajo alg¨²n tipo de riesgo y siempre lo ha estado. Eso no es nuevo.
Lo que s¨ª es nuevo es el aumento de poblaci¨®n en las zonas m¨¢s expuestas. La poblaci¨®n crece especialmente en Asia, una de las zonas de m¨¢s riesgo de huracanes, terremotos e inundaciones. El 90% de los afectados por cat¨¢strofes y el 50% de las v¨ªctimas de esta d¨¦cada vive en Asia, seg¨²n la ONU. As¨ª que el mismo terremoto puede dejar actualmente muchas m¨¢s v¨ªctimas que si hubiera ocurrido hace 20 a?os.
Los terremotos son los mismos que hace a?os (el hombre no es tan poderoso como para acelerar o inducir el movimiento de las placas tect¨®nicas). "Sin embargo, la poblaci¨®n est¨¢ cada vez m¨¢s concentrada en zonas vulnerables, por lo que cada vez afectan a m¨¢s gente", apunta el director de la Agencia Internacional para la Reducci¨®n de Desastres de la ONU, el venezolano Salvador Brice?o.
Las personas afectadas por terremotos y tsunamis suponen el 2% de las afectadas por desastres naturales. Sin embargo, los muertos por terremoto son el 30% del total. Son los fen¨®menos m¨¢s destructivos que existen. Y cada vez m¨¢s.
Hay otros fen¨®menos que s¨ª parecen aumentar por la acci¨®n del hombre. Debarati Sapir, directora del Centro para la Investigaci¨®n en Epidemiolog¨ªa de los Desastres de la OMS, explica que "parece que los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos aumentan debido al cambio clim¨¢tico. Debemos acostumbrarnos a vivir m¨¢s y m¨¢s intensos huracanes, inundaciones, sequ¨ªas, olas de calor y temporales. Si adem¨¢s arrasamos los bosques y construimos en el cauce de los r¨ªos, est¨¢ claro que aumentar¨¢ el n¨²mero de personas afectadas por fen¨®menos naturales".
La cautela de Sapir sobre la influencia del cambio clim¨¢tico procede de que aunque muchos cient¨ªficos apuntan al cambio clim¨¢tico como factor desencadenante de sucesos extremos, faltan d¨¦cadas para poder demostrarlo cient¨ªficamente y es imposible vincularlo a uno concreto. Los cient¨ªficos se?alan que la acumulaci¨®n de gases de efecto invernadero en la atm¨®sfera alterar¨¢ el clima y fomentar¨¢ los fen¨®menos extremos.
La portavoz de la reaseguradora Munich Re, Irmgard Wallner, coincide: "Este a?o ha sido el peor de la historia en indemnizaciones por desastres naturales. Calculamos que los da?os asegurados han ascendido a 29.300 millones de euros, debido principalmente a los huracanes en EE UU, el Caribe y Jap¨®n". La compa?¨ªa Munich Re es la principal reaseguradora del mundo en cat¨¢strofes naturales. La empresa mantiene su c¨¢lculo de beneficios para este a?o pese al maremoto de Indonesia. Espera ganar en 2004 entre 1.800 y 2.000 millones de euros.
"Abocadas a la marginalidad"
Pero las cifras no reflejan todo el dolor. "El maremoto de Indonesia ha dejado pocos da?os de los que cuantifican las aseguradoras. Ellas no cuentan al pescador que ha perdido su barco y que est¨¢ condenado a la pobreza, ni las mujeres que han perdido a su marido, que tienen que cuidar de tres ni?os y que se ven abocadas a la marginalidad. Ellos no tienen seguro", afirma Sapir.
La ONU asegura que aunque luchar contra el n¨²mero de desastres es casi imposible, no lo es minimizar sus efectos. Brice?o insiste en que lo m¨¢s importante para prever el efecto que tendr¨¢ un hurac¨¢n o un terremoto no es su intensidad ni su duraci¨®n, sino el desarrollo econ¨®mico del pa¨ªs al que afecta. "El hurac¨¢n Jeanne dej¨® 3.000 muertos en Hait¨ª y 20 en la Rep¨²blica Dominicana, que est¨¢n en la misma isla. Es cierto que la Rep¨²blica Dominicana est¨¢ m¨¢s desarrollada que Hait¨ª, pero lo fundamental es que Hait¨ª ha arrasado el bosque, que tiene un papel fundamental para retener agua y paliar el efecto de los huracanes, mientras que la Rep¨²blica Dominicana lo ha mantenido".
El 95% de los muertos por desastres naturales en la ¨²ltima d¨¦cada viv¨ªa en pa¨ªses en desarrollo. Brice?o apunta tambi¨¦n al efecto del hombre en las inundaciones: "Es verdad que las lluvias torrenciales aumentan, y con ellas, las inundaciones. Pero cuando vamos al terreno vemos que a menudo el efecto es devastador porque se ha construido en zonas inundables tradicionalmente respetadas".
Brice?o insiste en que, incluso en el caso del terremoto registrado en aguas de Indonesia, el mayor en 40 a?os, muchas v¨ªctimas se pod¨ªan haber salvado. "Predecir un terremoto es imposible, pero no el tsunami que le sigue. Hubo dos horas de margen desde que EE UU y otros organismos detectaron el tsunami hasta que lleg¨® a las costas de India. Pero no hubo ning¨²n aviso. Dicen que se debi¨® a que era Navidad y todo el mundo estaba de vacaciones. Eso no es aceptable", afirma visiblemente irritado.
El tsunami se produce cuando dos placas tect¨®nicas originan un terremoto en el fondo del mar. Tambi¨¦n lo puede producir la erupci¨®n de un volc¨¢n submarino. La energ¨ªa del suceso asciende y en la superficie genera un tren de olas. La primera ola, que crece al acercarse a la costa, puede superar los 50 metros de alto y viajar a 700 kil¨®metros por hora. El maremoto m¨¢s devastador hasta el de Indonesia se registr¨® en Jap¨®n en 1933 y dej¨® 3.000 muertos. El de Indonesia, a falta de un recuento definitivo, multiplicar¨¢ esa cifra por 10 o 20.
Frank Gonz¨¢lez, experto en tsunamis de la Administraci¨®n Oce¨¢nica y Atmosf¨¦rica (NOAA) de EE UU, asegura que el aviso habr¨ªa salvado vidas aunque no es lo m¨¢s importante. "En Estados Unidos tenemos un sistema de alerta para el oc¨¦ano Pac¨ªfico, que es la zona donde se producen la mayor¨ªa de los tsunamis. Si el terremoto se produce en el Pac¨ªfico, tenemos unas dos horas hasta que llega a la costa oeste, pero llega antes a Hawai. Lo importante no es tanto el sistema de alerta, sino la informaci¨®n a la poblaci¨®n antes de que ocurra. La gente en Hawai sabe que si siente un terremoto, debe irse hacia el interior de la isla, porque existe la posibilidad de que al poco tiempo aparezca un tsunami. Es as¨ª como funciona la mejor prevenci¨®n". Y a?ade: "Una alerta infundada puede ser m¨¢s peligrosa que un tsunami".
Sin sistema de alerta
Gonz¨¢lez explica que la NOAA avisa a los pa¨ªses de Am¨¦rica de la presencia de tsunamis en el Pac¨ªfico, pero que no hay protocolo con otras regiones "como el oc¨¦ano ?ndico". El 26 de diciembre poco despu¨¦s del terremoto, la NOAA estim¨® el efecto de un posible tsunami, seg¨²n reconoci¨® en un comunicado. La agencia calcul¨® que el maremoto no llegar¨ªa a las costas estadounidenses. Al final lleg¨®. "Hubo un resto del tsunami, muy peque?o, que detectamos en la costa oeste. Es realmente sorprendente que esto pueda ocurrir porque en medio hay un archipi¨¦lago enorme que absorbi¨® casi toda la energ¨ªa".
Sapir coincide: "Bangladesh tiene un sistema de alerta contra los huracanes pagado por la ONU que sirve de poco porque no ha educado a la poblaci¨®n a convivir con estos fen¨®menos. Adem¨¢s, la gente pobre de verdad no abandona sus hogares f¨¢cilmente porque es lo ¨²nico que tienen. Al final no es s¨®lo dar un aviso, sino del desarrollo econ¨®mico de un pa¨ªs".
La ONU estudiar¨¢ en Kobe c¨®mo evitar decenas de miles de muertos en el futuro y comenzar el desarrollo de un sistema mundial de alerta contra tsunamis. "Queremos convencer al mundo de que no s¨®lo matan los terremotos, sino tambi¨¦n las casas mal construidas". No ser¨¢ f¨¢cil, porque, como reconoce Brice?o, "muchos gobernantes piensan que las cat¨¢strofes son fen¨®menos naturales, casi divinos, contra los que no hay que luchar, sino resignarse y recomenzar. Y as¨ª, los desastres garantizan que los pobres sigan si¨¦ndolo". Recomenzar es actualmente una palabra muy dif¨ªcil de pronunciar en Indonesia, Tailandia, Sri Lanka, Malaisia, India, Birmania, Maldivas, Somalia y Tanzania, pa¨ªses separados por miles de kil¨®metros y unidos por el desastre.
Espa?a carece de plan de alerta en caso de maremoto
LOS MAREMOTOS PARECEN una cosa lejana, pero las Islas Canarias y la costa mediterr¨¢nea son candidatos a sufrirlos aunque en ning¨²n caso se parecer¨ªan al de Indonesia y pueden pasar siglos entre uno y otro. El catedr¨¢tico de Ingenier¨ªa Oceanogr¨¢fica y de Costas de la Universidad de Cantabria ??igo Losada explica que "la costa de Argelia y T¨²nez es una zona de actividad s¨ªsmica. Un terremoto bajo el mar puede originar un tsunami y llegar a la costa espa?ola". Losada es coautor del estudio de divulgaci¨®n Terremotos y la Peligrosidad de Tsunamis en Espa?a, encargado por el Gobierno.
Cuando se produce un terremoto bajo el mar puede (no siempre ocurre) generar un tren de olas que viaja a centenares de kil¨®metros por hora y que se llama tsunami. Espa?a ha sufrido 24 tsunamis en su historia. El mayor ocurri¨® en 1755, cuando un terremoto frente a Lisboa gener¨® un maremoto que dej¨® 2.000 muertos en las costas de C¨¢diz y Huelva. En 2003, un peque?o tsunami originado en Argelia lleg¨® a la isla de Mah¨®n.
"En Espa?a no existe un un sistema de alerta como el que tienen Estados Unidos o Jap¨®n, que pueden detectar un tsunami y movilizar a la poblaci¨®n para que se aleje de la costa", explica Emilio Carre?o, del departamento de Geof¨ªsica del Instituto Geogr¨¢fico Nacional (Ministerio de Fomento). Con el tsunami de Argelia, el instituto Geogr¨¢fico Nacional crey¨® detectar el fen¨®meno pero no dio una alerta. "No tenemos un sistema de boyas en el fondo marino para detectar con certeza un tsunami y predecir su desarrollo. Aunque cre¨ªmos detectarlo, no avisamos porque una falsa alarma puede generar m¨¢s caos que un peque?o maremoto", afirma Carre?o.
Losada explica que en Espa?a ser¨ªa muy complicado establecer una red de alerta. "Entre que se produce un tsunami en el Pac¨ªfico y llega a California o a Jap¨®n pasan al menos dos horas. Desde que se produce en la costa Africana hasta que llega a la costa espa?ola pasan minutos", a?ade Losada. Carre?o coincide. "En Europa es muy complicado alertar. Grecia, que est¨¢ m¨¢s afectado, no ha conseguido tener un sistema de alerta porque desde que se produce el tsunami hasta que alcanza la costa pasan s¨®lo minutos".
Adem¨¢s, de producirse un maremoto, nunca ser¨ªa tan grande como el registrado en Indonesia y pueden pasar d¨¦cadas e incluso siglos hasta que se produzca. Carre?o afirma que las fallas existentes entre la placa Africana y la Euroasi¨¢tica en el Mediterr¨¢neo, no pueden producir un terremoto de 8,9 grados. El grupo de Losada model¨® cu¨¢l ser¨ªa el efecto de un tsunami producido por alguna de las cinco fallas del Mediterr¨¢neo frente a la costa andaluza. El resultado es que el tren de ondas (mucho menor que el registrado en Indonesia) puede alcanzar desde C¨¢diz a Baleares.
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