La garnacha
Oxidativa, alcoh¨®lica, todos los adjetivos que se le ocurran daban para, en cierta manera, desprestigiar a esta variedad t¨ªpicamente mediterr¨¢nea. Pero todo cambi¨® a principios de los noventa, cuando desde el Priorato empezaron a ensalzar las bondades de la garnacha vieja de poca producci¨®n.
Si el ¨¦xito lleg¨® al Priorato, las dem¨¢s zonas de implantaci¨®n enseguida empezaron a cambiar el gui¨®n en torno a la humilde garnacha. Rioja, Navarra, Arag¨®n, todos empezaron a inundar el mercado con caldos monovarietales de esta casta.
La garnacha es una de las variedades tintas m¨¢s ampliamente cultivadas del mundo, pero la mayor¨ªa de las vides se encuentran en un solo pa¨ªs, Espa?a, y su colonizaci¨®n en otros lugares ha sido, ciertamente, desigual. El ¨²nico vino cl¨¢sico franc¨¦s en el que se incluye como parte integrante es el Ch?teauneuf-du-pape, del sur del R¨®dano. En todos los dem¨¢s lugares, la garnacha ha sido siempre m¨¢s famosa como temerario proveedor de alcohol en una mezcla.
Siempre que se disponga de un clima caluroso, se podr¨¢ cultivar la garnacha. Esta puede madurar f¨¢cilmente hasta un 16% de alcohol, lo que comporta que los elaboradores de mezclas la adoren. Algunos vinicultores la denominan "uva de desecho", lo que no impide que haya grandes plantaciones en toda la cuenca mediterr¨¢nea.
La migraci¨®n de los vinicultores del Nuevo Mundo, conocidos como "en¨®logos volantes", cambi¨® esta percepci¨®n a principios de los a?os noventa. ?stos se volvieron hacia olvidadas zonas espa?olas como Calatayud o Cari?ena y observaron que en esos lugares hab¨ªa vastas plantaciones repletas de garnacha muy madura que nadie parec¨ªa querer, pero que ellos sab¨ªan que pod¨ªan convertir en un jugoso caldo y agradable.
En el otro extremo de la escala de precios, una de las leyendas dormidas sobre el vino espa?ol decidi¨® que ya era tiempo de finalizar la hibernaci¨®n y empez¨® a hacer un poco de ruido con el priorato, un tinto denso y melanc¨®lico con una elevad¨ªsima tasa de alcohol, elaborado a partir de peque?as producciones de, principalmente, garnacha. En los a?os noventa, tras cobrar conciencia de la cultura catalana, un grupo de j¨®venes y ambiciosos viticultores empezaron a intentar recuperar la reputaci¨®n de la garnacha.
Entonces, como ocurre con tanta frecuencia, aparecieron los australianos: una vez que la shyraz hubo alcanzado la fama, echaron una mirada a su alrededor y se dieron cuenta de que en sus vi?edos ten¨ªan grandes cantidades de garnacha, compa?era en el R¨®dano de la Shyraz, y, lo que todav¨ªa era mejor, que con frecuencia se trataba de vides envidiablemente viejas que produc¨ªan vinos concentrados de gran intensidad. Nada de uva de desecho: los australianos le dieron el tratamiento de atractiva y exuberante.
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