Fontser¨¦ prosigue su l¨²cida tarea memorialista narrando sus avatares en M¨¦xico y Nueva York
El artista mont¨® una revista con el c¨®mico Cantinflas y dibuj¨® historietas en Estados Unidos
Carles Fontser¨¦ (Barcelona, 1916) asegura que las novelas de Leon Tolstoi, a los 15 a?os, le inocularon una absoluta desconfianza hacia las historias oficiales y las f¨¢ciles etiquetas con que se intenta clasificar las cosas. En la tercera parte de sus memorias, Par¨ªs, M¨¨xic, Nova York. Mem¨°ries 1945-1951, editadas por Proa, la prosa beligerante de Fontser¨¦ desarma los t¨®picos, los convencionalismos y la ret¨®rica impuesta por los poderosos con un l¨²cido e inusual c¨®ctel que mezcla las propias vivencias con el relato de su encuentro con el c¨®mico Mario Moreno Cantinflas -con el que mont¨® una revista teatral-, un divertido anecdotario personal y reputadas fuentes hist¨®ricas.
Carles Fontser¨¦, con su esposa, Terry, ha transformado Can Tista, su id¨ªlico refugio de Porqueres (Pla de l'Estany), situado en la cima de una colina desde la que se divisa el lago de Banyoles, en el santuario de su ingente tarea narrativa. Las libretas repletas de apuntes, recortes y fotos que sirven de gu¨ªa a sus memorias, con una p¨¢gina por mes dividida en dos columnas -una para sus vivencias y otra para los acontecimientos hist¨®ricos-, son un prodigio de s¨ªntesis de historia y vida.
Si en pasadas entregas de su autobiograf¨ªa narr¨® el trabajo como cartelista durante la Guerra Civil, destap¨® las miserias de los exiliados republicanos de tercera fila y difundi¨® una visi¨®n inc¨®moda y sorprendente del Par¨ªs ocupado, Fontser¨¦ se centra ahora en su trabajo como escen¨®grafo en M¨¦xico, junto al c¨®mico Mario Moreno Cantinflas, y en el descubrimiento de Nueva York, una ciudad en la que acabar¨ªa residiendo 23 a?os.
Revista de corte franc¨¦s
Carles Fontser¨¦ fue, en 1948, escen¨®grafo y dise?ador de vestuario de la primera revista de corte franc¨¦s, Bonjour M¨¦xico, que se pudo ver en M¨¦xico. Cantinflas, tras contemplar las maquetas escenogr¨¢ficas dise?adas por Fontser¨¦, acept¨® invertir en la obra: "?Hago negocio con ustedes!". El escen¨®grafo, que se las ingeni¨® para pasar por millonario ante Cantinflas cuando en realidad no ten¨ªa ni para pagar los cinco francos del guardarropa de los locales nocturnos parisienses, describe al c¨®mico como un hombre "inteligente, cordial, simp¨¢tico, serio y correcto en los negocios".
Tras su estancia en M¨¦xico, el azar gui¨® sus pasos hacia Nueva York. Aunque Carles Fontser¨¦ solamente deb¨ªa pasar en la ciudad de los rascacielos una semana de vacaciones, de regreso a su base de Par¨ªs, tras el ¨¦xito de la revista, el ex comisario de propaganda de la Generalitat Jaume Miravitlles le anim¨® a quedarse.
Pas¨® en Nueva York un a?o, vulnerando la ley de inmigraci¨®n estadounidense, durante el cual se gan¨® la vida dibujando el c¨®mic del cowboy Bill Elliott. All¨ª conoci¨® a su actual compa?era, Terry Broch, con la que descubri¨® los encantos de la ciudad y las sesiones de cine de medianoche. "Me he sentido muy neoyorquino, pero nada americano. Antes la ciudad de Nueva York era muy europea; ahora, desgraciadamente, Europa es una sucursal de Estados Unidos", dice.
Un abogado le sugiri¨® que la ¨²nica manera de permanecer en Nueva York era casarse con Terry. No se lo pensaron dos veces. Tras otro periodo en Par¨ªs, el tercer volumen de memorias del infatigable Carles Fontser¨¦ termina con el regreso definitivo a Nueva York, a bordo de un barco repleto de inmigrantes.
Seg¨²n ha anunciado el editor Isidor C¨®nsul, Proa reeditar¨¢ pr¨®ximamente, revisada por el autor, la primera parte de las memorias de Fontser¨¦, Mem¨°ries d'un cartellista del 36.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.