Cagada, pastorets
Leo en el peri¨®dico que, estos d¨ªas, las compa?¨ªas teatrales La Trepa y Memory han ofrecido a los espectadores del Jove Teatre Regina, de Barcelona, la obra Els pastorets. Si me fijo en la noticia es porque a m¨ª Els pastorets, ya sean los de Folch i Torres o los de Pitarra, me vuelven loca. En mi (no menos loca) juventud, interpret¨¦ el papel de ¨¢rbol (sin frase) y el de demonio (sin frase), para finalmente llegar a encarnar (durante dos a?os consecutivos) a una de las furias del infierno (con frase y coreograf¨ªa).
Pero los tiempos han cambiado y estos Pastorets que anuncia el diario no son los de mi (ya hemos dicho que loca) juventud. En el titular pone: "Inmigrantes y demonios en unos Pastorets modernos". Pues vaya. As¨ª que la modernidad, que ya hab¨ªa alcanzado a Hamlet, Romeo y Julieta y al Rey Lear, acaba de posarse tambi¨¦n sobre los pastorcillos Lluquet y Rovell¨® (si hablamos de la versi¨®n de Folch i Torres) o Garrofa y Pallanga (si hablamos de la de Pitarra). Observo la foto de dos de los int¨¦rpretes de la obra y no puedo negar que son modernos. Modern¨ªsimos. Se han pintado un rel¨¢mpago de color negro en las mejillas, como esos que llevaban hace d¨¦cadas los del grupo Kiss. (?Qu¨¦ habr¨¢ sido de ese grupo? ?Habr¨¢n muerto todos en una habitaci¨®n de hotel ahogados en sus propios v¨®mitos, como es tradicional?). Sigo mirando la foto. Los actores tambi¨¦n lucen cuernos rojos y pelucas del estilo de Ron Wood, pero con mechas rojas. Adem¨¢s, visten un mono de mec¨¢nico, tambi¨¦n rojo, y una camiseta con el dibujo del hombre ara?a. El atuendo, deduzco, es la interpretaci¨®n moderna de lo que es un demonio. Luego, leo la sinopsis: "Una pareja de inmigrantes que no encuentra vivienda y por eso se ve obligada a dar a luz en un establo...". ?stos son Mar¨ªa y Jos¨¦, adivino. El director habr¨¢ pensado que es una buena idea lo de hacer que Mar¨ªa y Jos¨¦ sean inmigrantes. Y el texto acaba as¨ª: "Ni?os y adultos se divirtieron ayer con pastorcillos simp¨¢ticos, demonios marchosos y un arc¨¢ngel mensajero". Otra gran idea. El arc¨¢ngel, al ser el emisario, trabaja de mensajero. De mensaka, vamos.
Yo estoy a favor de la modernidad. Adoro los retretes de los montajes de Calixto Bieito y los bid¨¦s y contenedores de los de La Fura dels Baus. A veces siento una cierta nostalgia costumbrista de un Hamlet con corona y capa de armi?o, pero enseguida consigo inhibirla. Ahora bien, modernizar Els pastorets me parece que es ir demasiado lejos. Y no lo digo por m¨ª, sino por esos espectadores infantiles, estrechos de miras, que a¨²n no comprenden la sana obsesi¨®n de los directores de teatro por modernizar las obras a base de contenedores o inmigrantes. En efecto. La frase que pone m¨¢s cachondo a un director esc¨¦nico es: "Mi versi¨®n de la obra es totalmente vigente en nuestros d¨ªas. El mensaje tiene una vigencia que asusta". Como si, pongamos por caso, una obra no vigente en nuestros d¨ªas ya no valiese para nada. Por eso, s¨¦ tambi¨¦n que la vigencia es la raz¨®n por la que proliferan versiones de Romeo y Julieta donde los Capuleto son payos, y los Montesco, gitanos, Hamlets que reflexionan en un after hours o Quijotes que luchan contra parques e¨®licos. Pronto tendremos unos Diez mandamientos modernos en los que Jes¨²s caminar¨¢ por las aguas de Tailandia salvando a gente del tsunami. Al tiempo.
Pero, como les digo, los espectadores infantiles no tienen nuestra apertura de mente. A m¨ª, el pelo rojo de Ron Wood de los demonios de la obra me parece la mar de moderno. Pero a los hijos de mis amigos, no, porque (Dios les perdone) no saben qui¨¦n es Ron Wood y, hoy en d¨ªa, ning¨²n moderno lleva ese pelo. Ese pelo rojo era moderno en nuestra ni?ez, y tal vez en la ni?ez de los directores art¨ªsticos de La Trepa y Memory. Para los ni?os de hoy, lo moderno son los videojuegos con proxenetas que asesinan prostitutas. Y no digo que haya que poner proxenetas en Els pastorets. Digo que, igual, precisamente porque uno ha decidido representar Els pastorets, y no Hamlet m¨¢quina, lo moderno es no modernizarlos.
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