Arte, arquitectura y luz ambiental

Ascensores panor¨¢micos con v¨ªdeo e informaci¨®n meteorol¨®gica. Ambiente monitorizado desde unos paneles regulables a pie de cama: iluminaci¨®n focal para leer, tenue para ver la tele, sensorial para el ba?o... Arquitectura de evocaci¨®n naval proa a la Puerta del Sol. ?Por fin, Madrid se pone a jugar al arcade de la modernidad! A un paso del Congreso de los Diputados, en pleno centro, acaba de inaugurarse un hotel de vanguardismo high tech. Lo ¨²ltimo en dise?o y tecnolog¨ªa regresa a Madrid en vuelo directo desde Barcelona gracias al mecenazgo art¨ªstico y la solvencia patrimonial de Jordi Clos, propietario de la cadena hotelera Derby y fundador del Museo Egipcio barcelon¨¦s. Audaz en el disseny del proyecto, encargado a los arquitectos Carles Bass¨° y Mariano Martitegui, el arque¨®logo y empresario tur¨ªstico podr¨ªa haberse decidido por una construcci¨®n de nueva planta m¨¢s acorde con el perfil neocl¨¢sico de la carrera de San Jer¨®nimo, pero los ex¨¦getas del buen gusto seguramente lo habr¨ªan tildado de pastiche.

Las amuras brutalistas del edificio reposan sobre una percha de hormig¨®n culminada por una p¨¦rgola de acero y cristal en dif¨ªcil equilibrio con el resto de la estructura. Una charnela al nivel de los ¨¢ticos corre al encuentro de las fachadas, dejando a su espalda un sif¨®n de escalera forrado de teselas doradas cuya instalaci¨®n fue encargada a los mismos expertos del mantenimiento de la bas¨ªlica de San Marcos, en Venecia, que aplicaron t¨¦cnicas de l¨¢ser para alinear el entramado. Pero lo verdaderamente sobresaliente del hotel es el interiorismo, acu?ado por Jordi Cuenca, Kim Castells y Merc¨¦ Borrell, tanto como el impecable funcionamiento del servicio de a bordo, a las ¨®rdenes de F¨¦lix Garc¨ªa.

Apabullante, un atrio tubular oxigena las cinco plantas del edificio bajo un tragaluz iluminado por el cielo de Madrid y a trav¨¦s de una columna de alabastro retroiluminado, en c¨¢lido contraste con la piedra negra de Zimbabue que lo envuelve. El glass bar, amenizado por m¨²sica lounge y poblado de sillas transparentes, es un escenario rutilante para ver y ser visto, muy similar al de esos hoteles teatro puestos de moda por Philippe Starck en Londres y en Nueva York. S¨®lo que en este Urban madrile?o el dise?o queda siempre supeditado al arbitrio de la elegancia.

Tallas ceremoniales

Sobre un lucernario interpuesto entre el atrio y los salones de convenciones, apantallados con losas de canter¨ªa que muy bien inspirar¨ªan una composici¨®n de T¨¤pies o Beulas, se exhiben varias tallas ceremoniales de las tierras del r¨ªo Sepik, en Pap¨²a-Nueva Guinea, tra¨ªdas por una expedici¨®n de arque¨®logos y antrop¨®logos catalanes durante la d¨¦cada de 1930. Y no s¨®lo eso: estampados de la dinast¨ªa Ming, bronces de Osiris, bajorrelieves y ushebtis (piezas funerarias) de los faraones Rams¨¦s II, Senkamanisken y Taharka pueblan los pasillos y comedores del hotel. Cada uno de sus dormitorios esconde adem¨¢s una estatuilla j¨¦mer en piedra maciza de finales del siglo XI, procedente de los templos de Angkor, o piezas budistas de las dinast¨ªas Qin y Han (221-207 antes de Cristo), fundadoras del Imperio Chino. Su valor es incalculable.

En el plano m¨¢s utilitario, todas las habitaciones acreditan una holgura acorde a sus cinco estrellas, especialmente la serie 131, 231, 331, 431 y 531, y la serie 138, 238, 338, 438 y 538, cuya decoraci¨®n audaz e intemporal las har¨¢ perdurables por encima de cualquier moda. Muebles de madera wengu¨¦, cabeceros de cuero, persianas y cortinas accionadas el¨¦ctricamente desde la cama, triple v¨ªa de acceso a Internet (cable, Wi-Fi y TV), monitor plano de televisi¨®n con una carta variada de pel¨ªculas y videojuegos al precio global de 15 euros. Y como picard¨ªa opcional, una mampara de cristal con estor veneciano separa la alcoba del cuarto de ba?o.