Polos opuestos
Anunciado como "reality show de calidad", Pr¨¦stame tu vida se estren¨® en La Primera (viernes, 23.45). Establecer si el concepto reality show de calidad es un ox¨ªmoron nos llevar¨ªa mucho tiempo, as¨ª que, de entrada, digamos que se trata de un intercambio de experiencias protagonizadas por personas pertenecientes a mundos antag¨®nicos y aparentemente irreconciliables. Un urbanita gay se traslada a un pueblo extreme?o a vivir los rigores de la ganader¨ªa y la dureza de la tradici¨®n. Para compensar, un ganadero culturalmente hom¨®fobo es incrustado en el medio liberado del gay urbanita, situado en una ciudad tan promiscua y fr¨ªvola como Barcelona.
La idea, que hace a?os funcion¨® en TV-3 con el t¨ªtulo de En camp contrari, quiere demostrar que con conocimiento y di¨¢logo se vencen las barreras m¨¢s insalvables. En este caso, la manique¨ªsta dial¨¦ctica del antagonismo se establece entre esti¨¦rcol y cosm¨¦tica, ignorancia y cosmopolitismo, cabras y discoteca, tolerancia e intolerancia, ecolog¨ªa y supervivencia. En la pr¨¢ctica, no obstante, se descubre que tantos prejuicios y contradicciones tiene el hom¨®fobo como el gay.
La estancia de una semana se filma con todo detalle y se amplifican sus efectos como si los chicos se fueran a la guerra. Luego, en el plat¨®, y junto a los protagonistas y a su entorno de familiares y amigos, los v¨ªdeos son exprimidos por una experta, Ana Garc¨ªa Lozano. La presentadora, fiel a un estilo que ya desarroll¨® en ?sta es mi historia, subraya el lado loable del invento, pero, por desgracia, eso no basta para trufar casi tres horas de programa.
Por eso, sin estridencia y sin pausa, pincha, sugiere, insin¨²a, lanza la piedra y esconde la mano, y busca, como mandan los c¨¢nones del g¨¦nero, las debilidades de estas dos v¨ªctimas del s¨ªndrome de Estocolmo (un s¨ªndrome que comparten con buena parte la audiencia). Si el gay llor¨® al sacrificar a su ovejita mascota y tener que com¨¦rsela, se le enfoca en busca de una traum¨¢tica l¨¢grima. Si el ganadero se asust¨® ante la visi¨®n de una drag queen, se repite la imagen de su terror. Poner en aprietos, por muy de calidad que sean, es una forma de explotar la intimidad. Quiz¨¢ por eso los protagonistas parecen m¨¢s satisfechos con el intercambio, que al fin y al cabo les aporta algo, que con esta ignominiosa terapia de plat¨®, que vende como experiencia lo que s¨®lo es simulacro.
Lo m¨¢s estimulante de la noche fue la presencia de Mercedes, amiga del urbanita gay, que en sus ratos libres practica la danza del vientre. Productores del mundo: no dejen de fichar a esta mujer y aprovechen su fotogenia y su dulce aunque implacable encanto.
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