Movimientos cubanos
El cambio de pol¨ªtica hacia Cuba impulsado por el Gobierno de Zapatero est¨¢ dando algunos frutos. Los Veinticinco han alcanzado un consenso, de momento t¨¦cnico, para una nueva modulaci¨®n de su pol¨ªtica hacia Cuba, que puede a¨²n flexibilizarse si Castro sigue moviendo fichas en el sentido deseado por la UE, o endurecerse, si se enroca o retrocede. El giro en la pol¨ªtica espa?ola y europea ha propiciado la puesta en libertad, aunque sea condicional, de 14 disidentes, entre ellos el poeta Ra¨²l Rivero. Es claramente insuficiente, pero es m¨¢s que lo conseguido cuando los miembros de la UE, a instancias del Gobierno de Aznar, se obligaron a invitar a los disidentes a las fiestas nacionales de las embajadas europeas. Castro rompi¨® la baraja,
congel¨® las relaciones oficiales con las legaciones europeas, y en nada mejor¨® la vida de los disidentes.
Tras anunciar Espa?a el pasado 12 de octubre que impulsar¨ªa un cambio en el pol¨ªtica europea, Castro se decidi¨® a descongelar las relaciones, primero con la Embajada espa?ola, luego con otras de la UE y finalmente, el pasado lunes, con todas. El Gobierno espa?ol hab¨ªa insistido en que la descongelaci¨®n deb¨ªa ser general para todos los miembros de la UE y preservar as¨ª la solidaridad comunitaria en la que el castrismo quer¨ªa abrir grietas. Las recepciones en estas embajadas se convertir¨¢n en algo aburrido al haber propuesto los expertos de los Veinticinco -decisi¨®n que habr¨¢n de ratificar o cambiar los ministros pr¨®ximamente- no invitar durante un tiempo ni a disidentes ni autoridades cubanas. Paralelamente, se reforzar¨¢ el di¨¢logo con estos disidentes, se realzar¨¢n los actos culturales que hab¨ªan sido minimizados, y se retomar¨¢n las visitas oficiales a la isla.
No se trata s¨®lo de rectificar las sanciones tomadas en 2003 tras una oleada de detenciones de disidentes y el fusilamiento de tres secuestradores de un barc
o, sino tambi¨¦n de potenciar el apoyo a la disidencia. Es algo que a La Habana no le gusta, por lo que la partida seguir¨¢. Por si hiciera falta demostrarlo, en la apertura del juicio ayer a 23 j¨®venes cubanos que en 2002 asaltaron la Embajada mexicana en La Habana, el fiscal del r¨¦gimen pidi¨® 12 a?os de c¨¢rcel para cada uno.
Desde fuera es casi imposible cambiar el r¨¦gimen cubano, que se puede ver incluso reforzado por los hallazgos petroleros en su plataforma continental, con un potencial mucho mayor en a?os venideros. Los europeos pueden propiciar, para cuando desaparezca Castro, una transici¨®n pac¨ªfica hacia la democracia e impulsar desde ahora la transformaci¨®n econ¨®mica. Y, entretanto, contribuir a mejorar la suerte de todos los cubanos, y muy especialmente de los disidentes, presionar para la liberaci¨®n de todos los presos pol¨ªticos y forzar espacios de debate. La nueva modulaci¨®n de la pol¨ªtica europea hacia Cuba no significa que las sanciones fueran un error ¨¦tico o un regalo a EE UU. Simplemente, no han servido de nada, o incluso han producido resultados indeseados.
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