El sue?o de Zapatero
Zapatero tuvo un sue?o, pero antes lo tuvo Ibarretxe. ?Recuerdan? Dijo haber so?ado -"?Qu¨¦ hay de malo en ello?"- que Batasuna podr¨ªa estar en los ayuntamientos: "Sue?o con que Batasuna est¨¦ en los ayuntamientos". Pero con lo que en verdad so?aba era con que Batasuna -"?Por qu¨¦ no?"- ten¨ªa que estar en el Gobierno. Y por ah¨ª va la burra. S¨®lo que no se trataba de un sue?o, sino de una profec¨ªa, de una profec¨ªa autocumpliente, ya saben ¨¦sas que consisten en hacer pasar como predicci¨®n casual aquello en lo que se est¨¢ trabajando para que sea. Ibarretxe so?¨® con que trabajar¨ªa codo con codo con Batasuna porque estaba trabajando para que as¨ª fuera, ?o acaso su plan no se otorga la facultad de legalizar partidos? Pues eso; su Cuento de la Lechera contempla llevarse las elecciones auton¨®micas entendidas como un plebiscito, ganar el refer¨¦ndum, aplicar el plan ("unilateralmente", le aconseja EA), hacer la de Juan Palomo y si tiene que entrar Batasuna en el Gobierno, que entre.
El sue?o de Zapatero era m¨¢s modesto. Poco antes de encontrarse con Ibarretxe so?aba con convencerle de lo errado (y herrado) de su camino y hacerle desistir. Pero ha bastado un encuentro de los de verdad con el lehendakari, o sea uno de esos en los que hay mucho en juego, para que Zapatero haya despertado. Y ah¨ª hemos salido ganando todos. En adelante Zapatero sabe que se juega los cuartos con un intransigente. Tambi¨¦n con un tramposo -bajo el noble y no cabe m¨¢s democr¨¢tico concepto de negociaci¨®n oculta el hecho de que deben acatarse sus posiciones sin mover una coma (por mucho que mienta pasando por un flexible)- y con un c¨ªnico que omite cualquier alusi¨®n a la suerte que prepara con su plan a quienes no son nacionalistas. Pero incluso Ibarretxe se ha ca¨ªdo tambi¨¦n del guindo. Hasta ayer sonre¨ªa pensando que nadie le iba a plantar cara, pero al salir de la reuni¨®n con el presidente del Gobierno mostr¨® un semblante desencajado y s¨®lo acert¨® a repetir su mentira -no quieren negociar con quienes estamos dispuestos a la negociaci¨®n- y su amenaza: convocar¨¢ una consulta para que nos enteremos.
Y ah¨ª es donde el subconsciente le traicion¨®. Olvidando el buen rollito con el que adormece las conciencias e hipnotiza a los incautos solt¨®: "Mientras yo sea lehendakari la voluntad del PSOE y del PP no sustituir¨¢ a la voluntad de los vascos" o sea m¨¢s claro, agua: Ibarretxe dijo exactamente que la voluntad de los vascos es distinta a la del PSOE y del PP, en otras palabras, que no contempla que entre los vascos que deben expresar su voluntad pueda haber quienes pertenezcan o hayan emitido su voto en favor de alguna de esas dos formaciones, en definitiva, que quienes hacen o hayan hecho esto -pertenecer o votar al PSOE o al PP- no son vascos, porque, de lo contrario, habr¨ªa tenido que formular su pensamiento contemplando que dentro de esa famosa voluntad de los vascos hay una parte (casualmente el 50%) que se expresa a favor de posturas tipo PSOE o PP. S¨ª, hay que hablar de traici¨®n del subconsciente y no de una pataleta producto de la humillaci¨®n que acababa de sufrir porque aunque muchos no lo sepan (y si es por Ibarretxe no lo sabr¨¢n nunca) la idea de que debe haber vascos de primera y maketos de segunda ya est¨¢ presente, aunque de manera bastante sutil y retorcida, en el articulado de su plan. Zapatero ha despertado de su sue?o (es de esperar que lo hagan quienes siguen pensando que con el PNV todo es posible) y, por lo que parece, ha empezado la pesadilla de Ibarretxe, pero no deber¨ªa quedar la cosa ah¨ª. Me refiero a que la ciudadan¨ªa de segunda no puede permanecer al margen como si no fuera con ella la fiesta. Hay que implicarse sin complejos y sin nervios porque movilizarse contra el plan Ibarretxe no equivale sino a realizar un acto sano de democracia.
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