La larga marcha del jazz espa?ol

Sin prisas pero sin pausas, el jazz made in Spain rompe fronteras. A los siete a?os del fallecimiento del pianista Tete Montoliu, sus descendientes se hacen escuchar en los escenarios de medio mundo. Muchos han cursado sus estudios en Estados Unidos; algunos, incluso, han ejercido o ejercen el oficio en aquel pa¨ªs, considerado la meca del jazz. Entre ¨¦stos, el barcelon¨¦s Jorge Rossy, acompa?ante habitual del pianista Brad Mehldau, est¨¢ considerado como uno de los mejores bater¨ªas de jazz del momento, lo que no le ha impedido anunciar su intenci¨®n de colgar las baquetas para iniciar una nueva carrera como pianista.

Tambi¨¦n el saxofonista valenciano Perico Sambeat pas¨® dos a?os de su vida trabaj¨¢ndose los clubes de jazz de la Gran Manzana. Reconocido como el mejor m¨²sico joven europeo de jazz en el Festival de Northsea (Holanda), Sambeat volver¨¢ a tierra americana el pr¨®ximo mes de abril para representar a Espa?a en el Festival Eurojazz, en M¨¦xico DF.

El guitarrista valenciano Ximo T¨¦bar lleva dos a?os residiendo en Nueva York. Con enormes dosis de paciencia y la ayuda de sus amigos, como el saxofonista Dave Schnitter, consigui¨® hacerse un hueco en la competitiva escena del jazz neoyorquino. "Lo que me gusta de esa ciudad es que la m¨²sica se vive al cien por cien. Es dura: el clima, las incomodidades, las distancias... y, aun as¨ª, todos los d¨ªas los m¨²sicos salen a estar en la movida, incluso los m¨¢s consolidados. Tambi¨¦n a ¨¦stos te los encuentras tocando a tu lado en una jam cuando menos te lo esperas", comenta. Ximo estar¨¢ de gira por Espa?a en febrero con The Champs.

En no pocos casos, el m¨²sico viaja al extranjero a costa de cobrar el m¨ªnimo indispensable para "no perder dinero". En otros, es la propia Administraci¨®n la encargada de sufragar los gastos derivados de la actividad. Para el saxofonista vallisoletano Jos¨¦ Luis Guti¨¦rrez, reci¨¦n llegado de Estonia, "en m¨²sicas como la nuestra, que no es comercial, el apoyo de las administraciones y el de la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores de Espa?a) resultan imprescindibles". Su caso podr¨ªa ser el de otros m¨²sicos no comerciales, como el pianista donostiarra I?aki Salvador, a punto de embarcarse para una gira poco menos que heroica por Ecuador, y el del contrabajista Baldo Mart¨ªnez, m¨²sico acostumbrado a compartir escenario con personajes tan particulares como el multiinstrumentista italiano Carlo Actis Dato.

La demanda de jazz espa?ol por parte de los grandes promotores viene condicionada, en buena medida, por la inclusi¨®n del elemento aut¨®ctono: si en su propuesta el m¨²sico incluye la palabra "flamenco", sus posibilidades de ver mundo se multiplican por 10. El guitarrista ?ngel Rubio afirma: "La fusi¨®n del flamenco y el jazz me ha abierto puertas que, en caso de tocar s¨®lo jazz, estar¨ªan cerradas para m¨ª". A lo largo de los a?os, ?ngel ha paseado su jazz hondo por el continente americano, el norte de ?frica y Europa. Su pr¨®ximo destino: Guinea Ecuatorial.

Para el saxofonista y flautista Jorge Pardo, la llamada por parte del pianista Chick Corea para integrarse en su grupo de inspiraci¨®n jazz¨ªstico-flamenca Touchstone ha sido un verdadero regalo. Con ¨¦l han marchado el bajista barcelon¨¦s Carles Benavent y el percusionista brasile?o residente en Espa?a Rub¨¦n Dantas. Les esperan seis noches de conciertos en el club Blue Note de Nueva York el pr¨®ximo mes de febrero.

El pianista de flamenco-jazz Chano Dom¨ªnguez es, sin duda, el m¨¢s viajado de nuestros jazzistas. Acaba de clausurar el 22? Festival Internacional de las Artes de Costa Rica y se encuentra a la espera de grabar su composici¨®n De Cai a Nueva Orleans junto al trompetista Wynton Marsalis. "Quedamos en grabarlo este a?o, siempre que nuestras agendas nos lo permitan". El gaditano es de los pocos a los que no deber¨ªa afectar el importante descenso en las aportaciones otorgadas por la SGAE y la AIE (Sociedad de Artistas Int¨¦rpretes o Ejecutantes de Espa?a) para la promoci¨®n exterior del jazz espa?ol, detectada por una mayor¨ªa de los m¨²sicos consultados. El dinero para el jazz mengua, aseguran, al tiempo que aumenta el que se destina a financiar a otros artistas m¨¢s comerciales. A cambio, se cita la actividad mod¨¦lica de algunas embajadas y la de los centros del Instituto Cervantes.