Denuncias y torturas

En meses pasados asistimos a una serie de detenciones dentro de una operaci¨®n contra ETA. A 21 de noviembre eran 62 las personas detenidas, de las que la mitad hab¨ªan sido puestas en libertad, muchas sin comparecer siquiera ante el juez, mientras el n¨²mero de denuncias por tortura ascend¨ªa a la veintena. Desde Gesto por la Paz somos conscientes de que la opini¨®n general opta por presuponer que este tipo de denuncias es fruto de las mismas mentiras que sustentan el fanatismo que ampara al terrorismo, pero hay hechos innegables que no podemos obviar. Los detenidos por relaci¨®n con banda armada son sometidos, en la pr¨¢ctica totalidad de los casos, a medidas de excepci¨®n, como el periodo de incomunicaci¨®n, que puede ser prolongado durante cinco d¨ªas. Durante ellos el detenido es acompa?ado por un abogado de oficio, que no puede intervenir en los interrogatorios. Es en este espacio en el que se recogen la mayor¨ªa de las denuncias.

Es cierto que desde el autoproclamado MLNV se pretende deslegitimar el Estado de Derecho fomentando las acusaciones por torturas; en este sentido, entendemos que muchas de ellas pueden enmarcarse en esta estrategia. Sin embargo, las condenas judiciales firmes por delito de tortura ya dictadas y los informes internacionales denunciando estas pr¨¢cticas (Relator de la ONU, AI, CPT), nos avalan al afirmar que no se pueden enmarcar todas las denuncias en esta estrategia de falsas acusaciones

No demos nuestra peque?a conformidad mirando hacia otro lado y asumiendo que los derechos fundamentales no son para todas las personas.