El problema catal¨¢n, se entienda o no
Las reformas constitucionales y la del Estatuto de autonom¨ªa de Catalu?a que se est¨¢n gestando est¨¢n poniendo de relieve las distintas concepciones sobre la posici¨®n que Catalu?a debe tener en relaci¨®n con el Estado.
Por lo que respecta a la reforma del Estatut, sin perjuicio de la ampliaci¨®n y blindaje de las competencias y de establecer un sistema de financiaci¨®n que satisfaga tanto a la parte catalana como a la estatal, queda el problema, permanente, del reconocimiento de la identidad de Catalu?a.
La identidad diferenciada de Catalu?a se ha mantenido a lo largo de los siglos y prueba de ello es que las dificultades de articulaci¨®n de Catalu?a en Espa?a es una constante en nuestra historia contempor¨¢nea. Para no remontarnos m¨¢s all¨¢ del siglo XIX, podemos citar el Memorial de Greuges, la "conllevancia" a la que se refer¨ªa Ortega y Gasset, la proclamaci¨®n del Estat Catal¨¤ en el a?o 1931, la defensa de la identidad nacional durante la dictadura franquista y los conflictos habidos entre Catalu?a y el Estado a lo largo de los ¨²ltimos 25 a?os de democracia, la ¨²ltima manifestaci¨®n de los cuales ha sido la de la selecci¨®n catalana de hockey.
La naci¨®n no es un hecho jur¨ªdico sino que su existencia depende de la voluntad de formarla
En Catalu?a, guste o no, se entienda o no, hay un sector significativo de la poblaci¨®n que tiene un sentimiento identitario distinto del que tiene la mayor¨ªa de espa?oles, y precisamente como resultado de ello hay un sistema de partidos distinto del sistema de partidos espa?ol.
El sistema de partidos espa?ol pivota ¨²nicamente sobre el eje derecha-izquierda, mientras que al sistema de partidos catal¨¢n se le superpone, adem¨¢s, el eje nacionalista catal¨¢n-nacionalista espa?ol.
Despu¨¦s de 25 a?os de democracia en Espa?a, el problema pol¨ªtico m¨¢s importante pendiente de soluci¨®n es el de la articulaci¨®n de Catalu?a y Euskadi en el Estado. Y en este tema subyace el de las identidades diferenciadas que coexisten en Espa?a. Un amplio sector de la poblaci¨®n espa?ola entiende que hay una ¨²nica naci¨®n, la espa?ola, con algunas minor¨ªas que distorsionan esta realidad. Sin embargo, en particular en Catalu?a y en Euskadi, hay un importante sector de poblaci¨®n que entiende que hay diversas naciones que coexisten dentro del actual Estado.
Es en este sentido que deben interpretarse las manifestaciones del lehendakari relativas a que el futuro de los vascos lo van a decidir los propios vascos o cuando en Catalu?a y en Euskadi hay una reivindicaci¨®n difusa pero permanente del derecho a la autodeterminaci¨®n.
La naci¨®n no es un hecho jur¨ªdico, como el Estado, sino que su existencia depende de la voluntad de formarla por parte de los miembros que la integran.
El problema es que no puede saberse cu¨¢ntas personas integran la naci¨®n catalana, porque nunca se les ha preguntado directamente. A falta del conocimiento directo que nos proporcionar¨ªa una consulta popular, tenemos que acudir a datos indirectos, como los que ofrecen las encuestas de opini¨®n, que nos indican que de los ciudadanos que viven en Catalu?a, entre el 35% y el 40% se autoidentifican de forma prioritaria como catalanes, entre el 37% y el 43 % se
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