Scilingo: "Ten¨ªan que morir felices y les pon¨ªan m¨²sica para que bailaran"
El ex militar facilit¨® a Garz¨®n detalles que ahora dice haber inventado
"Ten¨ªan que morir felices y les pon¨ªan m¨²sica brasile?a para que bailaran". ?se es uno de los detalles que el ex militar Adolfo Scilingo proporcion¨® en su declaraci¨®n al juez Baltasar Garz¨®n en 1997 cuando se autoinculp¨® de haber participado en dos de los vuelos de la muerte en los que arroj¨® al mar drogados, pero todav¨ªa vivos, a 30 supuestos subversivos detenidos en la Escuela Superior de Mec¨¢nica de la Armada (ESMA).
Scilingo, para el que las acusaciones solicitan 6.600 a?os por genocidio, terrorismo y torturas, asegura ahora que todo es mentira y que cont¨® "una novela". El ex militar tiene un problema para que el tribunal crea su actual versi¨®n, y es que en 1997 quer¨ªa convencer de que lo que dec¨ªa era la verdad, y por tanto abrum¨® al juez y a los abogados con miles de datos y detalles, aparentemente insignificantes en ocasiones, pero que otorgan gran credibilidad al relato.
Dec¨ªa Scilingo el mi¨¦rcoles que como quer¨ªa vengarse del almirante Emilio Massera, m¨¢ximo responsable de la Armada en 1977 y miembro de la Junta militar que gobernaba en Argentina -porque seg¨²n ¨¦l orden¨® la detenci¨®n de su hermana- invent¨® toda esta historia. Agreg¨® que por eso se autoinculp¨® en dos vuelos, para que se investigase.
Pero durante toda la sesi¨®n de ayer, a propuesta de los abogados de las acusaciones y de la fiscal Dolores Delgado, se oyeron las cintas de sus declaraciones de 1997 y es verdad que se autoinculp¨® en dos vuelos, pero lo importante es c¨®mo lo hizo. Porque Scilingo dijo que tomar parte en los vuelos no era voluntario, sino que el comandante Jorge Acosta designaba a los oficiales que participaban, y en los aproximadamente 180 a 200 vuelos de la muerte que se realizaron entre 1976 y 1978 participaron oficiales de la Armada de toda Argentina, no solo de la ESMA. En cada vuelo iban entre 10 y 20 oficiales y se arrojaba al mar entre 15 y 30 detenidos.
Sobre mar, hacia el sur
Para su primer vuelo, que tuvo lugar en la primera quincena de junio de 1977, narr¨® Scilingo, le dio la orden el capit¨¢n Mario Arduino. A las siete de la tarde fue al s¨®tano de la ESMA y estaban preparando a la gente que iba a volar. El jefe del acuartelamiento, Jorge Acosta, dijo a los detenidos que iban a ser trasladados a un penal del sur y que ten¨ªan que ser vacunados. All¨ª se les puso la primera inyecci¨®n para que estuvieran tranquilos. Acosta les dec¨ªa que ten¨ªan que morir felices y les pon¨ªa m¨²sica brasile?a para que bailaran. Despu¨¦s sal¨ªan en camiones con lona verde al aeroparque, donde embarcaban en los aviones y volaban durante una hora sobre el mar hacia el sur. Asegura que no los cont¨®, pero que hab¨ªa 25 o 27. Sin embargo, luego, el vuelo tuvo que desdoblarse porque el avi¨®n no ten¨ªa capacidad para tanta gente. ?l viaj¨® en uno de los vuelos con 13 detenidos. Al llegar al aeropuerto se les puso una segunda dosis de droga y el m¨¦dico se retir¨® y no vol¨® para no violar su juramento hipocr¨¢tico. Despu¨¦s, ya en el aire, hubo que desvestir a los detenidos y cuando el comandante lo orden¨® los arrojaron al mar, "por popa".
Los vuelos se hac¨ªan en mi¨¦rcoles, pero el segundo vuelo en el que ¨¦l particip¨® fue en s¨¢bado. Se iba a ir a Bah¨ªa Blanca, pero le llamaron para que se quedara. Fue poco despu¨¦s del 28 de julio, que era su cumplea?os. Ese vuelo se realiz¨® con una tripulaci¨®n m¨¢s grande, en un Elektra, en el que volaron 17 detenidos. Entre los oficiales iba el agregado naval en Chile y el comandante Seisdedos. Asegura que ¨¦l lleg¨® tarde y que cuando lleg¨® al s¨®tano de la ESMA ya estaba todo preparado.
"No hay quien invente una novela con millones de detalles y que los recuerde todos, salvo que los haya vivido", dicen los abogados de la acusaci¨®n.
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