"Hacer arquitectura no es s¨®lo tener fant¨¢sticas ideas sino construirlas bien"
Nacido en Madrid en 1961, y asentado en Barcelona, Ferm¨ªn V¨¢zquez trabaja en la ciudad de sus dos socias, su mujer, Anna Bassat, y Adriana Plasencia. Su estudio presume de una profesionalidad at¨ªpica en nuestro pa¨ªs a la hora de la cumplir plazos y mantener presupuestos. Por contraste, su aspecto es menos estricto. Recuerda al de un atelier de estudiantes en el que se respira aire fresco. Su nombre, b720, es una manera de nombrar la arquitectura. En el sistema de codificaci¨®n de materias utilizado por las bibliotecas, el 720 corresponde a esa disciplina. Y ya que no pod¨ªa ser la A, eligieron la B. "Yo hago un poco de marca", apunta V¨¢zquez. "Somos un estudio de 70 personas y queremos ser un equipo".
"Huimos de los estilos. Nos obligamos a perder la pereza intelectual que no te permite repensar las cosas"
PREGUNTA. ?C¨®mo se llega a firmar proyectos con arquitectos famosos?
RESPUESTA. Casualidad y organizaci¨®n. Al trabajar en Londres descubr¨ª un nivel de profesionalidad m¨¢s complejo del que conoc¨ªa. Entend¨ª lo que era una oficina comercial fruto de un entorno legal, cient¨ªfico, social y econ¨®mico m¨¢s sofisticado y m¨¢s competitivo. Cuando regresaba a Espa?a tra¨ªa los fajos de detalles y lo comentaba con amigos. "?C¨®mo se puede hacer esto? ?Qui¨¦n lo paga?", preguntaban. Ten¨ªan raz¨®n. Los honorarios aqu¨ª eran rid¨ªculos. As¨ª es que llegu¨¦ a la conclusi¨®n de que, en Espa?a, o los arquitectos eran unos h¨¦roes y nadie era consciente del esfuerzo que hac¨ªan por algo que les importaba s¨®lo a ellos, o eran unos sinverg¨¹enzas que hac¨ªan cuatro planos y dejaban todo por decidir.
P. ?Tanto control previo se traduce en una manera distinta de construir?
R. S¨ª, el arquitecto suelta el proyecto y ya no se puede cambiar nada. S¨¢enz de Oiza dec¨ªa que hab¨ªa que proyectar sobre la marcha. "Uy, cu¨¢ntos planos tenemos, mal vamos", comentaba.
P. ?Y, entre unos y otros, usted d¨®nde se sit¨²a?
R. Los arquitectos somos prestadores de un servicio con independencia de su valor art¨ªstico, est¨¦tico o emocional. Nuestro trabajo est¨¢ vinculado a una necesidad, si no, no es arquitectura.
P. La historia est¨¢ plagada de obras maestras que no han cumplido plazos ni presupuestos. ?Se puede levantar una obra maestra con tanto control?
R. En los genios, las virtudes compensan otras carencias. Pero una cosa es un buen proyecto y otra un modelo de arquitecto. La parte ca¨®tica, de imprevisi¨®n, no es mod¨¦lica en s¨ª.
P. ?C¨®mo es un arquitecto mod¨¦lico?
R. Es alguien que resuelve problemas. Lo m¨ªnimo que tenemos que ser los arquitectos es fiables: decir lo que van a costar las cosas, dibujarlas para dejarlas por escrito. Si adem¨¢s conseguimos que nuestro edificio tenga valores est¨¦ticos y emocionales, mucho mejor. Hacer un buen edificio es casi milagroso.
P. ?Por qu¨¦ es tan dif¨ªcil?
R. Hay que interpretar a un cliente, documentar un proyecto, administrar unos presupuestos, resolver problemas constructivos y llegar a tiempo.
P. En sus asociaciones con los arquitectos famosos, ?ustedes son la parte seria, la que controla?
R. Somos coautores de casi todos los proyectos que firmamos.
P. ?C¨®mo empez¨® su colaboraci¨®n con los famosos?
R. Un empresario nos pidi¨® que le ech¨¢ramos una mano para elegir al arquitecto apropiado. ?l hab¨ªa pensado en Michael Graves y le disuadimos. Escuchamos lo que buscaba y le propusimos a David Chipperfield, que es serio y es f¨¢cil trabajar con ¨¦l. As¨ª pudimos materializar una reivindicaci¨®n del estudio: hacer arquitectura no es s¨®lo tener fant¨¢sticas ideas sino tambi¨¦n construirlas bien. Nosotros somos capaces de hacer un buen David Chipperfield y un buen b720. El edificio no sali¨®, pero empezamos a presentarnos juntos a concursos. El concurso para remodelar el acceso al casco medieval de Teruel lo ganamos juntos. No s¨®lo lo interpretamos sino que lo hicimos en Barcelona, v¨ªa tel¨¦fono.
P. ?Hasta qu¨¦ punto se puede ser coautor de una arquitectura tan marcada, hija de un padre tan conocido?
R. Coautor es un nombre legal. Somos coarquitectos. No hacemos proyectos para otros. Ponemos dos condiciones: lo hacemos a medias y desde el principio. Pero es cierto que en estos proyectos se da un nivel de autor¨ªa conceptual que, en muy alta proporci¨®n, pertenece a nuestros socios. Eso es lo que buscan los clientes: la marca.
P.Con Jean Nouvel ha firmado la Torre Agbar en Barcelona. ?Cu¨¢l es la marca Nouvel?
R. Es imprevisible. Muy celoso de los detalles. Al proyectar, va saltando de un foco de atenci¨®n a otro en una manera poco secuenciada. Los conceptos tienen que satisfacernos a todos, pero al final las indicaciones son suyas. Es l¨®gico, para eso han ido a buscar a una estrella.
P. ?Le viene bien a la arquitectura realizar el ejercicio de humildad de pensar por otro?
R. S¨ª. Yo era muy t¨ªmido en la escuela y no cursaba. Todo lo aprob¨¦ por examen final, que era una extravagancia. Adem¨¢s, los ex¨¢menes estaban pensados para no aprobar a nadie por esa v¨ªa. Nos pusieron como ejercicio hacer la caseta de perro de una serie de casas famosas de la arquitectura moderna. Y aprob¨¦. Creo que fue el primer ejercicio que hice de ponerme en la piel de otro para analizar un lenguaje arquitect¨®nico.
P. ?No vive ese proceso con cierta esquizofrenia?
R. Lo vivimos como un aprendizaje. No tengo ning¨²n problema en reconocer que en esos grandes proyectos nosotros nos hemos puesto, como socios, al servicio de un concepto arquitect¨®nico ya establecido.
P. ?Cuando trabajan independientemente, qu¨¦ estilo eligen?
R. Huimos de los estilos. Nos obligamos a perder la pereza intelectual que no te permite repensar las cosas. Nuestra arquitectura es imprevisible formalmente. Y s¨®lo es previsible desde el punto de vista de la honestidad profesional. El programa de nuestro cliente es el nuestro.
P. ?Qu¨¦ ha aprendido de los grandes arquitectos?
R. Que no son todo el rato geniales. David Chipperfield me dijo: "Los buenos arquitectos no es que seamos mejores, es que le dedicamos m¨¢s tiempo".
P. ?Qu¨¦ ha aprendido de Nouvel?
R. Admiro su capacidad propositiva. Se tira constantemente a la piscina. Y eso a m¨ª me ha ayudado a relajar un poco el trabajo y asumir, como parte de la responsabilidad profesional, un cierto atrevimiento.
P. ?Y de David Chipperfield?
R. Una especie de humildad en lo esencial. Que no hay que reinventarlo todo.
P. ?Y de su ¨²ltima asociaci¨®n con Toyo Ito?
R. Adem¨¢s de imprevisible, Toyo Ito puede ser irreconocible, de un proyecto a otro. ?l mismo se autoimpone esa condici¨®n a la hora de dise?ar.
P. ?Haber cofirmado proyectos importantes pero dispares puede perjudicarle como arquitecto independiente?
R. En el mundo est¨¢n ocurriendo interferencias brutales. Koolhaas se uni¨® a Herzog & De Meuron para hacer un proyecto en Manhattan. Tal vez estos h¨ªbridos sean los que definan la contemporaneidad.
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