Extranjero en mi propio pa¨ªs
Escribo esta carta para informar a la comunidad cient¨ªfica espa?ola en el extranjero de un serio problema financiero que pueden encontrarse al reincorporarse en territorio espa?ol.
Despu¨¦s de obtener el doctorado en Ciencias Biol¨®gicas, el Gobierno espa?ol me concedi¨® una beca por un periodo de dos a?os para continuar mi investigaci¨®n en el extranjero. Para poder volver a Espa?a como cient¨ªfico independiente, tuve que extender mi estancia posdoctoral por un periodo total de m¨¢s de ocho a?os, en la que trabaj¨¦ en dos laboratorios prestigiosos de la Universidad de California en investigaci¨®n biom¨¦dica y biolog¨ªa celular, recibiendo mi salario de fondos para laboratorio destinados a personal.
No fue hasta hace poco que la Fundaci¨®n Valenciana de Investigaciones Biom¨¦dicas (FVIB) me dio la bienvenida para trabajar, a trav¨¦s de un contrato Ram¨®n y Cajal financiado por el Gobierno espa?ol, en un instituto de construcci¨®n reciente, el Centro Superior en Alta Tecnolog¨ªa (CSAT). Puesto que m¨¢s de 2.000 cient¨ªficos gozan ya de un contrato de cinco a?os de este tipo, muchos de los cient¨ªficos espa?oles que trabajan en el extranjero saben que el sueldo proporcionado no es lo que m¨¢s peso tiene en atraer cient¨ªficos a Espa?a, sino m¨¢s bien la oportunidad que finalmente nos proporciona de desarrollar en nuestro pa¨ªs de origen la experiencia y conocimiento adquiridos.
A mi vuelta el pasado mes de julio, me encontr¨¦ sin embargo con una gran decepci¨®n financiera. Por ley, en este pa¨ªs una persona que no ha trabajado por un periodo superior a 183 d¨ªas al a?o no es considerada residente fiscal. ?ste es mi caso para casi la segunda mitad de 2004. Siendo no residente, no puedo aplicar desgravaciones en mi salario, y en vez de un 9% de retenci¨®n o inferior, que es lo que me corresponder¨ªa dada mi situaci¨®n personal, se me ha retenido un 25% para las pagas de 2004. Adem¨¢s, porque "su declaraci¨®n de impuestos es universal", de palabras del personal en la delegaci¨®n de Hacienda, tengo que hacer la declaraci¨®n de la renta en el pa¨ªs donde pas¨¦ m¨¢s de la mitad del a?o, como har¨ªa cualquier extranjero que llegase a Espa?a pasado el mes de junio.
Al principio pens¨¦ que la situaci¨®n era divertida, aunque lo fue menos cuando comenc¨¦ a pensar en mi peque?a de dos a?os, mi segunda ni?a reci¨¦n nacida, mi extremadamente ocupada, si bien desempleada esposa, nuestro elevado alquiler, y una mir¨ªada de nuevos gastos que una familia se encuentra al asentarse en un nuevo lugar y empezar desde cero, los cuales err¨®neamente no se hallan cubiertos por el contrato Ram¨®n y Cajal.
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