El pulso del Virgen del Roc¨ªo a los 50 a?os
Cuatro trabajadores de trayectorias dispares simbolizan la complejidad del hospital sevillano
Ana Hern¨¢ndez observ¨® como los cirujanos retiraban el coraz¨®n del paciente y c¨®mo colocaban en su lugar el coraz¨®n de un cad¨¢ver. Aquel coraz¨®n muerto, injertado en un cuerpo vivo, comenz¨® a latir. "La primera vez que particip¨¦ en una operaci¨®n de trasplante me impresion¨® mucho", confiesa a prop¨®sito de aquella experiencia primeriza.
Entre la residente impactada y la cirujana cardiaca median pocos a?os y un centenar de intervenciones similares a la descrita. La sevillana Ana Hern¨¢ndez Fern¨¢ndez, de 33 a?os, pertenece hoy al equipo de trasplantes del hospital Virgen del Roc¨ªo y a la unidad de cirug¨ªa card¨ªaca. Hace a?o y medio, al finalizar sus cinco a?os de formaci¨®n MIR, eligi¨® quedarse en el centro sevillano. Porque podr¨ªa haberse ido casi a cualquier parte: fue designada mejor residente en el concurso nacional.
Uno de los celadores m¨¢s populares naci¨® en el edificio que ahora recorre en silla de ruedas
"Pasan tantos pacientes que se hace dif¨ªcil tener a todas horas el trato personalizado"
El historial acad¨¦mico de Ana Hern¨¢ndez abruma. Concluy¨® su expediente universitario con una media de sobresaliente y coron¨® la haza?a al obtener el n¨²mero uno en el examen MIR al que se presentaron 14.000 estudiantes en toda Espa?a. Tambi¨¦n entonces pod¨ªa haber elegido cualquier especialidad y cualquier hospital. "Me gusta la cirug¨ªa y dentro de ella la fisiopatolog¨ªa del coraz¨®n".
Cuando Ana Hern¨¢ndez naci¨® en Sevilla, la enfermera Concha P¨¦rez llevaba varios a?os trabajando en el quir¨®fano del hospital de Rehabilitaci¨®n y Traumatolog¨ªa. "Yo le abr¨ª la puerta a Franco", avisa por tel¨¦fono mientras se concierta la cita para la entrevista. Concha P¨¦rez V¨¢zquez, de 58 a?os, naci¨® en Zalamea la Real (Huelva) y se instal¨® en Sevilla a partir de 1963, primero porque estudi¨® para auxiliar y despu¨¦s porque entr¨® a trabajar en la residencia Garc¨ªa Morato -nombre primitivo del hospital Virgen del Roc¨ªo- el 10 de octubre de 1966. "No me he planteado nunca irme a un centro de salud, aqu¨ª tienes todos los medios a tu alcance", aduce.
Todav¨ªa no se utilizaban microscopios cuando ella comenz¨® a trabajar. En la exposici¨®n montada en el patio del hospital con instrumental quir¨²rgico antiguo, la enfermera se?ala con familiaridad aparatos que ahora destilan un aire carpetovet¨®nico. Concha busca tambi¨¦n una imagen: la de Franco inaugurando el hospital de Traumatolog¨ªa el 24 de junio de 1968. Ella estaba all¨ª, con su flamante uniforme verde de estreno. "Entr¨® Franco y le ense?aron el quir¨®fano el¨¦ctrico, que era una novedad entonces, a nosotras nos repartieron como macetitas de adorno, yo era una de las enfermeras que sujet¨® la puerta del quir¨®fano para que entrara Franco", revive.
No s¨®lo el tiempo ha unido a la enfermera, actual coordinadora de quir¨®fano de Neurocirug¨ªa, al hospital. En el trabajo conoci¨®, hace 30 a?os, a su marido, un enfermero de Hematolog¨ªa. Tienen dos hijos de 25 y 24 a?os y una organizaci¨®n dom¨¦stica por turnos que se complementa con sus respectivas jornadas laborales. Concha acude de ma?ana al Virgen del Roc¨ªo; su marido, de tarde. Presidenta de la Asociaci¨®n de Enfermer¨ªa Espa?ola en Neurociencia desde 2002, la enfermera cree que su actividad est¨¢ "m¨¢s valorada" que antes y que su obligaci¨®n es "aprender" hasta el ¨²ltimo d¨ªa.
El hospital Virgen del Roc¨ªo naci¨® hace 50 a?os y uno de sus celadores m¨¢s populares, Manuel C¨¢ceres Garr¨®n, naci¨® a?o y medio despu¨¦s en el edificio sevillano que tantas veces recorrer¨ªa de mayor en silla de ruedas. La residencia sanitaria Garc¨ªa Morato, inaugurada el 22 de enero de 1955 con las bendiciones de un futuro cardenal, romp¨ªa con el car¨¢cter ben¨¦fico de la atenci¨®n m¨¦dica e inauguraba un nuevo modelo asistencial.
Manuel tiene una minusval¨ªa del 48% fruto de una poliomielitis. "Pero ando mejor que t¨², las criaturas se quedan con la boca abierta cuando les digo si quieren hacer un milagro y me levanto de la silla", bromea. Antes de convertirse en celador en 1982, C¨¢ceres luci¨® el nombre del hospital por medio mundo con el equipo de baloncesto de parapl¨¦jicos creado a partir del ¨¢rea de Traumatolog¨ªa. Cuatro Paralimpiadas (Nueva York, Holanda, Se¨²l y Barcelona) y decenas de competiciones nacionales le han zarandeado durante a?os hasta que el equipo desapareci¨® hace dos temporadas. Sus carreras se ci?en ahora a los pasillos del hospital, donde tambi¨¦n trabaja su esposa, mientras lleva documentaci¨®n de la direcci¨®n de un sitio a otro. "En parte est¨¢ adaptado aunque todav¨ªa hay algunas puertas estrechas para la silla", informa C¨¢ceres, que sigue disfrutando con su cita laboral: "Me lo paso bien, trabajas con miles de personas todos los d¨ªas y con algunos coges amistad".
Cerca de 900.000 personas est¨¢n asignadas al hospital Virgen del Roc¨ªo, lo que da idea de su ajetreo cotidiano. "Es tan grande, pasan tantos pacientes que hace dif¨ªcil tener a todas horas el trato personalizado que necesitan", reconoce Tom¨¢s G¨®mez, jefe de la unidad de Cirug¨ªa Pl¨¢stica y Grandes Quemados, a la que tambi¨¦n se dirigen enfermos de Ceuta, Melilla, Badajoz y Canarias.
Tom¨¢s G¨®mez C¨ªa, de 46 a?os, naci¨® en Pamplona pero lleva la mitad de su vida en Sevilla, adonde lleg¨® persiguiendo una formaci¨®n como cirujano pl¨¢stico que s¨®lo estaba disponible en cinco lugares de Espa?a: "Vienes a hacer la especialidad y no sabes d¨®nde ir¨¢s al acabar, y cuando ahora miro atr¨¢s veo que ya soy parte del mogoll¨®n". No s¨®lo pertenece, sino que desde enero de 2000 dirige una de las unidades de referencia del hospital -hay nueve unidades de quemados en toda Espa?a- donde se sigue utilizando el tratamiento de reanimaci¨®n que protagoniz¨® parte de su trabajo doctoral, en colaboraci¨®n con la Escuela Superior de Ingenieros de Sevilla. La investigaci¨®n sigue absorbiendo parte de la actividad del facultativo, que pretende agilizar las operaciones de cirug¨ªa menor gracias a im¨¢genes digitales que ahorren tiempos de espera.
En el ¨¢rea de quemados atienden unas 1.700 urgencias al a?o y aunque la cifra de ingresos -250- suele permanecer estable, cambian las heridas. "Han desaparecido quemaduras terribles como las producidas por braseros y nos llegan otras diferentes provocadas por barbacoas y chimeneas sobre las que se echa alcohol para avivar fuego", explica. En el ¨²ltimo lustro, el servicio se ha ampliado con una unidad de reimplantes, donde se reinjertan miembros amputados. "Quemados es m¨¢s interesante desde el punto de vista m¨¦dico y los implantes lo son desde el punto de vista de la t¨¦cnica quir¨²rgica, la ventaja de un sitio como ¨¦ste es que puedes verlo todo", concluye.
M¨¢s presupuesto que una consejer¨ªa
Un coloso sanitario donde nacen cada a?o m¨¢s de 7.900 ni?os. Los hospitales universitarios Virgen del Roc¨ªo se han convertido en un complejo entramado de edificios y centros donde trabajan m¨¢s de 8.000 personas, tantos como residen en Cazorla (Ja¨¦n). Nada que ver con el lugar que conoci¨® Juan ?lvarez Gallardo cuando entr¨® a trabajar en agosto de 1958 como asistente, el precedente del celador de hoy. "Ahora no hay contacto humano, nadie sabe c¨®mo te llamas, con tanta gente", lamenta.
A sus 62 a?os, Juan es, seguramente, el empleado m¨¢s antiguo del hospital y tambi¨¦n su "cartero". Despacha diariamente alrededor de 2.500 cartas hacia el exterior e ignora cu¨¢ntas entran en la saca de correos que recibe cada d¨ªa. Trabaja solo en su "estafeta", pero ya est¨¢ acostumbrado. "No me voy a quejar ahora", dice, a dos a?os y medio de la jubilaci¨®n.
Juan es uno de los cerca de 3.000 trabajadores no sanitarios del complejo, que cuenta tambi¨¦n con casi 1.500 m¨¦dicos y 3.600 sanitarios no facultativos (enfermer¨ªa y auxiliares). En la plantilla abundan las mujeres, que representan el 67,11% del total. Una proporci¨®n que se rompe en el cuadro directivo -las mujeres s¨®lo son el 16,6%- y en la divisi¨®n m¨¦dica (significan el 26,3%).
El Virgen del Roc¨ªo, seg¨²n sus gestores, representa el mayor complejo hospitalario de Espa?a por su volumen asistencial, su infraestructura y su dotaci¨®n tecnol¨®gica. En un a?o atiende alrededor de 300.000 urgencias, m¨¢s de un mill¨®n de consultas y 55.000 operaciones quir¨²rgicas. Las 1.474 camas operativas se distribuyen entre cinco hospitales (General, Traumatolog¨ªa, Mujer, Infantil y Duques del Infantado), que alcanzaron un ¨ªndice de ocupaci¨®n del 82% en 2003 (la memoria del pasado ejercicio estar¨¢ lista dentro de unas semanas).
En 2003, el presupuesto del complejo alcanz¨® los 353 millones de euros, una cantidad que super¨® el presupuesto de ese a?o de la Consejer¨ªa de Turismo.
La investigaci¨®n absorbe cada vez m¨¢s recursos y atenciones. Est¨¢n en marcha 180 proyectos de investigaci¨®n, que comprenden el c¨¢ncer de mama, la hepatitis C o los trastornos del sue?o, entre otros. El Laboratorio de Investigaciones Biom¨¦dicas, que dirige el catedr¨¢tico de Fisiolog¨ªa Jos¨¦ L¨®pez Barneo, es el ejemplo m¨¢s puntero del desembarco de la ciencia en el territorio de la pr¨¢ctica asistencial. En el edificio, impulsado entre la Universidad de Sevilla y la Consejer¨ªa de Salud, se han invertido 3,1 millones para dotarlo de tecnolog¨ªa de alto nivel para desarrollar terapias basadas en el trasplante de c¨¦lulas.
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