El cine, en el cine
Exhibidores, distribuidores y productores espa?oles rebajan el pesimismo estad¨ªstico y denuncian nuevamente la pirater¨ªa
"El cine, en el cine". Suena a spot publicitario pero es, tal cual, la reivindicaci¨®n de los exhibidores de salas de cine en Espa?a ante la huida silenciosa pero constante de los espectadores. El cine en las salas tiene cada vez m¨¢s enemigos, y m¨¢s poderosos, en el ocio del hogar. Internet, los videojuegos, las televisiones de pago, el DVD, el home cinema, todo hace cada d¨ªa m¨¢s dif¨ªcil la salida del espectador hacia una sala concreta de cine. Seg¨²n datos de la Federaci¨®n de Cines de Espa?a (Fece), la ocupaci¨®n semanal de nuestras salas no supera el 15% y la asistencia media por sala sufre un descenso paulatino desde el a?o 2000. Sin embargo, se siguen abriendo salas. En cuatro a?os se ha pasado de las 3.500 del a?o 2000 a las 4.348 que funcionaron el a?o pasado. "Sencillamente sigue siendo un negocio", reconoce Rafael Alvero, director general de Fece, que asegura que los exhibidores han invertido m¨¢s de 1.500 millones de euros en los ¨²ltimos cinco a?os para adecuar las salas con las ¨²ltimas tecnolog¨ªas y hacerlas cada vez m¨¢s confortables.
En los ¨²ltimo cuatro a?os las salas de cine aumentaron de 3.500 a 4.348
Fernando Lara: "El ¨¦xito de Amen¨¢bar y Almod¨®var es muy significativo"
Enrique Gonz¨¢lez Macho, responsable de un centenar de salas repartidas por el territorio nacional, se muestra "preocupado y desconcertado" por el panorama y se lamenta de que el cine haya perdido el sentido social, la liturgia cultural del hecho de ir a una sala y compartir con otros espectadores an¨®nimos, en silencio y en la oscuridad, un mismo espect¨¢culo. En una lectura fr¨ªa de los datos del Ministerio de Cultura-del 1 de enero al 23 de diciembre de 2004- las cifras de espectadores no parecen tan alarmantes como aseguran los exhibidores. De hecho, el a?o 2004 ha experimentado un aumento de cuatro millones de espectadores con respecto a 2003, aunque las cifras oscilan millones arriba o abajo anualmente -de los 135 millones de espectadores en 2000 se subi¨® a 146 millones en 2001 y descendi¨® a 140 millones un a?o m¨¢s tarde-. Pero todo apunta a que o se toman medidas contra la pirater¨ªa -algunos de los grandes t¨ªtulos actualmente en las salas, como Alejandro Magno, Mar adentro, El aviador y Ocean's twelve, se pueden comprar en los top manta al precio de cuatro euros (una entrada en el cine cuesta seis euros), en muchos casos delante de patrullas de la Polic¨ªa Municipal- y se es capaz de volver a seducir al p¨²blico con filmes sorprendentes y de calidad en condiciones excelentes de confort y de proyecci¨®n en las salas, o los cambios de h¨¢bito experimentados en nuestro pa¨ªs no har¨¢n sino crecer y crecer.
Lamentablemente, este fen¨®meno de ocio en casa, que es mundial, se une en Espa?a al problema estructural que arrastra el cine espa?ol desde hace tiempo y que ha provocado una p¨¦rdida en 2004 de tres millones de espectadores con respecto al a?o anterior. Si en 2003 fueron 21,7 millones de personas los que eligieron ir a ver alguna pel¨ªcula espa?ola, en 2004 el n¨²mero ha descendido a 18,8 millones. "El cine espa?ol tiene una asignatura pendiente y es la de hacer pel¨ªculas sorprendentes, comercialmente inteligentes", asegura Fernando Bovaira, el productor de Mar adentro, el filme de Alejandro Amen¨¢bar, cuya recaudaci¨®n ha conseguido salvar la cara de nuestra cinematograf¨ªa con cerca de cuatro millones de espectadores. Adem¨¢s de Mar adentro, s¨®lo tres t¨ªtulos espa?oles consiguieron en 2004 estar por encima del mill¨®n de espectadores: Isi & Disi, de Chema de la Pe?a (1.563.693); El Lobo, dirigida por Miguel Courtois (1.369.497), y La mala educaci¨®n, de Pedro Almod¨®var (1.229.455).
El nuevo director general del Instituto de la Cinematograf¨ªa y las Artes Audiovisuales (ICAA), Fernando Lara -tom¨® posesi¨®n a finales de 2004-, no ve razones para el pesimismo o la desesperanza. "La p¨¦rdida de espectadores nunca es un buen dato, pero hay que tener en cuenta que la taquilla no es el ¨²nico reclamo en el cine. Para tener una aproximaci¨®n ajustada a lo que es el cine y, m¨¢s concretamente, a las pel¨ªculas espa?olas, pienso que no hay que limitarse exclusivamente a la taquilla. Eso ser¨ªa imitar burdamente la filosof¨ªa mercantil norteamericana. El cine es algo m¨¢s, es un hecho cultural que hay que valorar. Concretamente este a?o, el ¨¦xito fuera de nuestras fronteras de Amen¨¢bar con Mar adentro y Almod¨®var con La mala educaci¨®n es un dato muy significativo que no entra en el taquillaje. Reducir la importancia del cine a la taquilla es inadecuado. Yo siempre digo que pel¨ªculas como El esp¨ªritu de la colmena, El verdugo o Viridiana no fueron en su d¨ªa ¨¦xitos de taquilla y con los a?os se ha comprobado que han sido miles y miles los espectadores que han disfrutado de ellas y con ellas", explica el responsable del ICAA.
Tambi¨¦n Pedro P¨¦rez, presidente de la Federaci¨®n de Asociaciones de Productores Audiovisuales de Espa?a (FAPAE), comparte la reflexi¨®n de Fernando Lara. "La p¨¦rdida de espectadores de nuestro cine es un dato preocupante a medias, porque son ciclos que dependen de la cosecha de cada a?o", asegura P¨¦rez. "Lo que no est¨¢ en los datos y hay que valorar es el reconocimiento internacional que ha vivido este a?o el cine espa?ol con Almod¨®var y Amen¨¢bar. Eso s¨ª que ha sido hist¨®rico", a?ade exultante el presidente de la FAPAE, para quien el hecho de que todav¨ªa haya gente que, aun teniendo las comodidades y las facilidades para ver cine en su casa, sea capaz de salir a la calle, coger el coche, sacar una entrada y disfrutar en la oscuridad de la magia de una pel¨ªcula, es la constataci¨®n m¨¢s evidente de la "vitalidad absoluta" del cine.
Una vitalidad que se ver¨¢ hoy en la gala de los Premios Goya.
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