Adriano busc¨® la sorpresa y Albertini aport¨® solidez
Joaqu¨ªn Caparr¨®s es de los que entiende la concepci¨®n del f¨²tbol del ahora tristemente c¨¦lebre entrenador argentino Carlos Bilardo. Por supuesto, sin pisar ni drogar a nadie. El t¨¦cnico sevillista se neg¨® a dar la lista de convocados hasta poco antes de que comenzara el encuentro. Al enemigo, ni agua. Y es que entre los titulares estaba Adriano Correira, el flamante fichaje de invierno del club, el jugador sobre el que Caparr¨®s hab¨ªa asegurado horas antes que su deb¨² era imposible porque: "Tan s¨®lo se sabe el nombre de siete compa?eros".
Pues Adriano jug¨® desde el primer minuto y adem¨¢s con la sorpresa que se quer¨ªa imprimir a su participaci¨®n. Apenas gastado un minuto de enfrentamiento, Adriano meti¨® una espl¨¦ndida rosca desde la izquierda que Daniel Alves intent¨® rematar con una exhibici¨®n de acrobacia que, plasticidad aparte -que la tuvo- acab¨® en las manos de un aficionado del voladizo.
Adriano, situado por Caparr¨®s bastante lejos de la l¨ªnea de banda, combin¨® con Alves que le dej¨® solo frente a Vald¨¦s con un gran toque. El debutante fue inteligente al elegir la jugada id¨®nea para meterla en la meta de Vald¨¦s, pero la toc¨® mal y el bal¨®n sali¨® por encima del larguero.
A medida que pasaban los minutos, cada vez le pesaban m¨¢s las piernas y se difuminaba la bomba secreta de Caparr¨®s. Belletti aceler¨® su desgaste con un par de arreones y el chaval se qued¨® sin energ¨ªa ni para citar de carrerilla los nombres de los siete compa?eros que se supone que se sabe. Caparr¨®s lo quit¨® en el primer cuarto del segundo tiempo.
Frank Rijkaard vive el f¨²tbol y su profesi¨®n de manera totalmente distinta a Caparr¨®s y el deb¨² de unos de los fichajes invernales, Demetrio Albertini, estaba cantado.
Sali¨® el italiano tras el descanso, en sustituci¨®n de Belletti. El lateral brasile?o estuvo bien en ataque, pero duro y despistado en defensa. Adem¨¢s, en el minuto 38, cometi¨® un penalti incomprensible, como tambi¨¦n incomprensible fue que no lo vieran ni el ¨¢rbitro ni su asistente. Desde luego, los ¨²nicos que no lo vieron.
Albertini se encontr¨® con el partido a favor -tres goles en diez minutos-, pero a¨²n as¨ª se vio que mantiene su serenidad y calidad como profesional. Una suma al conjunto l¨ªder.
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