Su se?or¨ªa levanta la voz
?nico diputado de la Chunta Aragonesista en el Congreso, Labordeta ha conseguido situar Arag¨®n en el mapa parlamentario. El estilo claro y directo y la voz de trueno de este viejo profesor, juglar, poeta y caminante han hecho la haza?a. Acaba de editar su obra musical completa.
De camino hacia su despachito en el Congreso de los Diputados, recorremos varios pasillos. Dejamos atr¨¢s los retratos de los que han sido presidentes de la instituci¨®n, y una mesa con los restos de un buen desayuno del grupo de CiU -"¨¦stos s¨ª que est¨¢n bien organizados"-. Mientras camina, con sus andares de hombre corriente y su aspecto de profesor de instituto, una de las muchas profesiones a las que ha dedicado su vida, mira intensamente con sus ojos de ni?o hu¨¦rfano, y comenta algunas cosas. Recuerda que el jefe de Europol, al preguntarle cu¨¢ndo supo que el atentado del 11-M era un golpe islamista, dijo que lo pens¨® con certeza al atardecer del mismo d¨ªa 11, ?y c¨®mo no iba a tener la misma informaci¨®n el encargado de Interior, el se?or Acebes?, se pregunta. A?ade que, en su opini¨®n, Aznar quer¨ªa cargarse a Ibarretxe, y que por eso estuvo mirando hacia el norte todo el tiempo, con la obsesi¨®n de ETA. Y que un diputado del PP le cont¨® que cuando Acebes iba a La Moncloa a informar, iba pensando que hab¨ªan sido los islamistas, pero que de all¨ª volv¨ªa pensando que hab¨ªa sido ETA? El diputado mueve la cabeza como quien dice: esto es incre¨ªble? "Siguen la pol¨ªtica del bote de humo para ocultar la verdad, hasta unos extremos? No lo han hecho bien, han perdido las elecciones, y no lo quieren asumir. Y sin embargo, yo estoy convencido de que si el d¨ªa 11 el se?or Acebes sale en la tele a las siete y dice que se han equivocado, que ha sido un acto de terrorismo isl¨¢mico, y asume su responsabilidad, pod¨ªan haber ganado, o perdido por muy poco".
Juglar de Arag¨®n, compositor e int¨¦rprete de letras en las que glosa los problemas end¨¦micos de su regi¨®n, como el abandono de los pueblos, la inmigraci¨®n a zonas m¨¢s ricas de sus paisanos, la injusticia social y la defensa de las libertades pol¨ªticas para todos, m¨¢s que cantar, Labordeta clamaba. Sacaba a relucir, y todav¨ªa saca, una voz fuerte, ins¨®lita para un hombre m¨¢s bien peque?o y con cara de no excederse nunca. Es una voz que asusta cuando se oye por primera vez; como si llegara de las profundidades de la mism¨ªsima tierra y ¨¦l s¨®lo se ocupara de prestar su garganta. "Oh", se oye, "?somos de la tierra adentro, somos de la piedra y cal! Hace tiempo que nos dicen que ya todo se andar¨¢, pero lo ¨²nico que camina es la gente que se va. Une tu mano conmigo y ver¨¢s c¨®mo nos empezar¨¢n a escuchar? Oooh, somos de la tierra adentro, somos el viento y la soledad. Gente que no pide y que tampoco le dan". Labordeta acaba de sacar una recopilaci¨®n de sus discos, y ahora que es diputado de la Chunta Aragonesista, espor¨¢dicamente tambi¨¦n brama; cuando alg¨²n parlamentario le saca de sus casillas. Hace poco mand¨® a la mierda a uno que le chinchaba y le imped¨ªa explicarse. El Abuelo, como se le llama en el Congreso, reaccion¨® con la espontaneidad de un joven.
Labordeta, en el Parlamento, procura contener sus ¨ªmpetus. Sigue escribiendo y cantando si se le pide. Tal vez lo ¨²nico que ha abandonado es su faceta de profesor. O quiz¨¢ no, y quien est¨¦ atento siempre podr¨¢ aprender de ¨¦l una buena lecci¨®n.
En la foto de su colecci¨®n de discos est¨¢ guapo, parece un tanguista argentino.
Por eso la he puesto. A ver si ligo de una puta vez.
Pero los cantantes ligan mucho. Algunos dicen que se hicieron m¨²sicos s¨®lo por eso.
Yo he ligado poco. De chaval he ido mucho a los toros. Vi a Manolete, a El Estudiante, a Litri, a Aparicio? Ya no me gustan los toros, pero entonces, un d¨ªa en Gij¨®n, me presentaron a El Estudiante. Como era un hombre de clase media y entonces s¨®lo se met¨ªan en los toros los m¨¢s pobres, le pregunt¨¦ que por qu¨¦ toreaba. Me dijo: "Porque me dijeron que se ligaba, pero resulta que no ligu¨¦ nada". En cuanto a los m¨²sicos, el que m¨¢s liga es el bater¨ªa. Yo, desde luego, nada. Es que hay que estar en ello. Cuando me hice cantante ya era mayor, ten¨ªa 39 a?os. Tampoco mi vida ha sido la de un bohemio. Creo que porque no he tenido buena salud. De chaval, una noche de ronda me costaba tres d¨ªas de recuperaci¨®n, de andar tomando bicarbonato.
Hab¨ªa un amigo que dec¨ªa: "Cuando ¨¦ramos j¨®venes era dificil¨ªsimo ligar. Espa?a era un pa¨ªs muy complicado para eso. Pero a los cuarenta, cuando ya estamos cantando, el problema es que ligas con una chica mucho m¨¢s joven, que te tiene hasta las cinco de la ma?ana por los bares, y t¨² lo que tienes es ganas de irte a dormir la borrachera. As¨ª que lo mejor es irte a las doce a dormir t¨² solo". Por tanto, yo acababa los recitales y me iba a casa.
Da la impresi¨®n de que ahora lamenta no haberse soltado el pelo.
Tampoco. No. Adem¨¢s soy muy t¨ªmido. El otro d¨ªa estuve con la ministra de Cultura y pod¨ªa haberle dicho que me colocara en un Cervantes, pero es que soy incapaz de hablar, muy cortado para estas cosas.
Sin embargo, en su biograf¨ªa, llena de actividades dispares, se atrevi¨® a salir a cantar a escenarios llenos con casi 40 a?os. Que no son edades normales para comenzar una nueva vida, y menos de esa clase?
No. Eso es muy t¨ªpico de los t¨ªmidos, que eres capaz de lanzarte en un momento, pero, sin embargo, una relaci¨®n normal no sabes tenerla? Quiz¨¢ es lo normal lo que asusta, m¨¢s que lo extraordinario. Por eso no le dije nada a la ministra?
?Y piensa que ¨¦sa es una caracter¨ªstica de los aragoneses?
Tengo una canci¨®n sobre Bu?uel. Cuento que un d¨ªa le preguntaron en Par¨ªs c¨®mo eran los aragoneses. Y ¨¦l dijo: "Mire, yo he hecho una pel¨ªcula que ha sido muy celebrada en Europa: El perro andaluz. Pues hace poco, paseando por Zaragoza, se me acerc¨® un paisano y me dijo: 'Oiga, don Luis, esa pel¨ªcula es muy flojita". Eso expresa muy bien el esp¨ªritu depresivo que tenemos los aragoneses. No sabemos saltar el cristal para hacer cosas p¨²blicas, somos gente t¨ªmida. No hay un lobby aragon¨¦s, por ejemplo, como lo hay gallego y catal¨¢n. No hacemos cadeneta. Tenemos a Goya, Joaqu¨ªn Costa, Miguel de Molinos, Miguel Servet? Tenemos a los grandes heterodoxos. El s¨ªmbolo de la acracia es la heterodoxia, y nosotros somos muy ¨¢cratas.
Y usted se siente descendiente de eso.
S¨ª, es muy t¨ªpica de Arag¨®n esa acracia intelectual. Tenemos a un personaje tan fundamental en la cultura espa?ola como lo es Goya, pero no sabemos sacarle partido.
?A Goya se lo ha comido Vel¨¢zquez?
S¨ª. Y a personajes tan importantes como Fernando el Cat¨®lico, comido por Isabel; aunque ¨¦l hizo una pol¨ªtica muy importante por el Mediterr¨¢neo. Pero aparece como un cazurro. Y luego tenemos la mala pata de que Cervantes corta el paso del Quijote por Arag¨®n precisamente porque el Quijote de Avellaneda pasa por all¨ª. Cervantes se enfada, nos corta en la ¨ªnsula Barataria y nos coloca ya en Barcelona, y no habla para nada de Arag¨®n. No hemos tenido suerte desde el conde de Aranda, que fue jefe de gabinete de Carlos III. Desde entonces no hemos contado con gente capaz de movilizar Arag¨®n en Madrid.
Bueno, con el Plan Hidrol¨®gico s¨ª que han logrado poner Arag¨®n de moda.
S¨ª, para insultarnos por insolidarios.
Una de las estrofas de una de sus canciones dice: "Los aragoneses somos gente que no pide y que tampoco se nos da". Eso puede estar cambiando.
Yo soy muy aragon¨¦s y, al mismo tiempo, muy espa?ol. Siempre me ha gustado estar fuera de Espa?a y, sin embargo, siempre estuve aqu¨ª. Cuando me fui de lector de espa?ol a Aix-en-Provence escrib¨ª un libro de poemas que no publiqu¨¦, Sonata ib¨¦rica. Es un libro muy malo, muy machadiano, pero con una nostalgia tremenda de Espa?a. La ventaja de ser aragon¨¦s es que al mismo tiempo soy muy espa?ol.
Otra estrofa: "Une tu mano conmigo y ver¨¢s c¨®mo nos empezar¨¢n a escuchar". ?Pas¨® con la supresi¨®n del trasvase?
Es que con el trasvase matas cosas muy importantes.
Pero repartir el agua con los vecinos ?no es un acto de solidaridad, muy acorde con su modo de pensar?
Dicen, los que defienden el trasvase, que el Ebro echa el agua sobrante al mar. Un desperdicio. Claro que la echa; es que es necesario. Como el R¨®dano y el Nilo. Y si esos r¨ªos no echaran agua al mar, el Mediterr¨¢neo se morir¨ªa. No habr¨ªa plancton, ni arena, ni peces. Pero esto la gente no lo sabe?
Usted como pol¨ªtico, que es su actividad actual, cuando en una ocasi¨®n defend¨ªa el delta del Ebro, no lo hac¨ªa con el lenguaje de los pol¨ªticos, sino de un poeta. "Es el Ebro el que ha creado el delta. El r¨ªo lo hizo a la perfecci¨®n durante siglos, hasta que alguien inaugur¨® pantanos por doquier y se convirti¨® en una sucesi¨®n de embalses. Arag¨®n pierde y sufre, pero quien pierde la vida es el delta". ?Ese modo suyo de hablar lo convierte en alguien con credibilidad, un pol¨ªtico atractivo?
Pero es que a continuaci¨®n les pregunto a los murcianos: bueno, vamos a ver, d¨ªganme para qu¨¦ quieren el agua. Y me entero: para hacer un campo de golf de 27 hoyos. El campo m¨¢s grande de Europa lo van a hacer en una zona des¨¦rtica de Espa?a. El otro d¨ªa me qued¨¦ alucinado cuando se lo o¨ª decir al famoso holand¨¦s que fue entrenador del Bar?a y que le han hecho relaciones p¨²blicas de ese golf. ?C¨®mo demonios se llama ese hombre? Ya lo recuerdo, Cruyff. Lo contaba en la radio. Y yo le dec¨ªa al taxista: "Mire lo que est¨¢ diciendo. En Murcia. ?No es de locos?". Y para hacer eso hay que inundar, hacer 17 pantanos, matar una comarca tan hermosa. Porque aqu¨ª seguimos haciendo grandes pantanos, no como los suizos, que construyen pantanos laterales. Aqu¨ª nos cargamos tres pueblos. As¨ª que, en conclusi¨®n, los que apoyaban el trasvase eran las grandes constructoras y cementeras.
Ha sido poeta, catedr¨¢tico, cantante, periodista, protagonista de una serie de televisi¨®n, 'Un pa¨ªs en la mochila'. Y siempre un se?or comprometido con la sociedad. ?No le daba miedo saltar de un espacio a otro jug¨¢ndoselo todo?
En 1985 decid¨ª dejar la ense?anza y dedicarme a cantar. Aquello s¨ª fue una locura; porque en este pa¨ªs, dejar de pronto un sueldo fijo, un trabajo muy decente, para irse a la aventura, pues era de locos. Y, con todo, lo decid¨ª. Un esc¨¢ndalo. Ten¨ªa tres hijas. Por suerte, mi mujer est¨¢ acostumbrada. Nos casamos en el 64, y asume esa situaci¨®n, eso es lo que yo veo? A lo mejor siente soledad, pero en ning¨²n momento hemos tenido problemas en ese aspecto. Ella era catedr¨¢tica de lat¨ªn, con lo que no estaba metida en casa.
?Cree que le impulsaba a actuar as¨ª una falta de responsabilidad irresistible?
Puede. Un amigo me dijo: "A ver cu¨¢ndo dejas de ser un adolescente". Soy muy adolescente a¨²n. Tendr¨ªa que ser una persona madura, moderada, y, sin embargo, cada d¨ªa soy m¨¢s ¨¢crata y creo m¨¢s en que hay que enfrentarse con el orden establecido; no tengo poder para hacerlo, que si no?
Pero se atreve a mandar a la mierda a un diputado impertinente. A veces quiz¨¢ parezca demasiado sincero para alguien que milita en un partido pol¨ªtico.
Ya, es que soy un desastre. Visceralmente no soy nada asentado. Es como si hubiera en m¨ª algo demoniaco. Aqu¨¦lla hab¨ªa sido una tarde muy dura con lo de la guerra de Irak. Yo ten¨ªa una interpelaci¨®n a ?lvarez Cascos sobre ferrocarriles en Arag¨®n. Empiezo a hablar, hab¨ªa como diez diputados, y uno empieza a vueltas con lo de la mochila: "Oye, ?d¨®nde tienes la mochila?". Y cuando son las doce de la noche, que unos se?ores de 50 a?os empiecen con esas chorradas?; es que no tengo capacidad pol¨ªtica para aguantar eso y le mand¨¦ a la mierda. Yo, cuando Aznar dec¨ªa ciertas cosas, es que no s¨¦ c¨®mo pod¨ªan contenerse sin contestarle. Yo no lo aguantar¨ªa. Deber¨ªan poner micr¨®fonos de ambiente, y as¨ª la gente ser¨ªa m¨¢s educada. No sabes las cosas que dicen algunos? barbaridades.
Muchos diputados tienen un lenguaje aburrido, laber¨ªntico, tal vez porque defienden cosas que no creen. Usted no; es claro y transparente. Pero al mismo tiempo choca que est¨¦ en un partido, que asuma esa disciplina alguien que siempre ha hecho lo que ha querido.
S¨ª, soy muy sincero para contar las cosas. En cuanto al lenguaje, t¨² no has tenido en cuenta que en el Congreso hay un problema, y es que la mayor¨ªa son licenciados en Derecho, gente que de por s¨ª tiene un lenguaje complicado. Si analizas las leyes, te das cuenta de que est¨¢n hechas en torno a un circunloquio para que t¨² puedas, si eres el abogado, darle vueltas al pirulo y vivir de ¨¦l. Yo estudi¨¦ tres a?os Derecho y lo dej¨¦ porque empec¨¦ a no entender nada. Pero en el hemiciclo hay mucha gente con sentido del humor, y con ellos me divierto.
?Cree que la sinceridad sigue siendo una virtud, o que da igual mentir para lograr los objetivos? Hablo de la sociedad en general, y de los pol¨ªticos.
La historia de la derecha es mentir siempre, y de lo que cuentan, el 80% son falsedades, desde sus historiadores hasta sus pol¨ªticos de todas las ¨¦pocas. La historia que nos ense?aron era una sarta de mentiras. Pero ellos est¨¢n convencidos de haber nacido con un certificado de honestidad bajo el brazo. De ah¨ª su prepotencia, esa manera de mentir mirando a los ojos. La gente de la izquierda, me parece, se atreve menos. Hasta se est¨¢ perdiendo la verg¨¹enza. Yo digo que ser hip¨®crita es una gran cosa; porque el hip¨®crita al menos siente verg¨¹enza de lo que est¨¢ haciendo o diciendo. Hoy, como los nazis, la derecha piensa que si repite una cosa mil veces, acaba convirti¨¦ndose en realidad. He estado muy enfadado. Porque la mayor¨ªa absoluta la asumes, es lo que los ciudadanos han decidido, pero cuando te das cuenta de que va a servir para destruir un pa¨ªs como lo estaban destruyendo? Los pol¨ªticos son gente rara, los profesionales, como t¨² dices. Porque si yo hubiera metido a un pa¨ªs en una guerra argumentando que hab¨ªa armas de destrucci¨®n masiva, al comprobarse que no las hab¨ªa me habr¨ªa marchado al Senegal avergonzado. Pero ellos vuelven a insistir, cogen la historia para volverla del rev¨¦s. Es decir, que la Guerra Civil la organiz¨® la izquierda.
?Se siente m¨¢s inc¨®modo en el Congreso de lo que se sent¨ªa en un escenario?
Mucho m¨¢s c¨®modo cuando salgo a cantar, que a¨²n canto por ah¨ª. Un director de cine americano dec¨ªa que las dos cosas que alargaban la vida eran follar y gritar. Yo follo poco; vamos, que no follo, pero gritar s¨ª grito mucho. Cuando canto saco una voz? As¨ª que eso es lo que me ha alargado la vida. Es que yo lo paso muy bien, y veo que la gente lo pasa bien. Hago un show. No es s¨®lo cantar, tambi¨¦n hablo de la canci¨®n, cuento su historia.
Lo que ha dejado definitivamente es la ense?anza, aunque es la profesi¨®n que eligi¨®, como su padre y sus hermanos?
Mis padres ten¨ªan un colegio en Zaragoza. Mi padre era de Izquierda Republicana, le quitaron la direcci¨®n y se qued¨® un primo de confianza. All¨ª se refugiaron algunos represaliados. Era un colegio mixto, donde ven¨ªa un hombre una vez al mes a recitarnos poemas de rojos: Alberti, Neruda? Mi padre era cat¨®lico, pero el colegio no. Mi hermano Miguel, el poeta, estaba all¨ª metido, y yo trabaj¨¦ hasta que me march¨¦ a Francia de lector de espa?ol. La econom¨ªa del colegio no funcionaba, y a la vuelta, como me iba a casar, mi hermano me dijo: "Hazte catedr¨¢tico de instituto, porque del colegio no puede vivir otra familia". Y me fui a Teruel, donde me encontr¨¦ a S¨¢nchez Sinisterra y montamos, por ejemplo, La zapatera prodigiosa. El zapaterito era Jim¨¦nez Losantos. Pero a veces, cuando canto, a¨²n me siento profesor. Tengo una canci¨®n en la que me pregunto: ?qu¨¦ hago yo aqu¨ª? Ese d¨ªa ten¨ªa que explicar qui¨¦nes eran los mud¨¦jares a los chicos. Hac¨ªa un calor tremendo y no entend¨ªan nada. "Haced el favor, que a los mud¨¦jares los tenemos hasta en la cultura futbol¨ªstica", dije, y se hizo un silencio tremendo. "S¨ª, cuando dec¨ªs: alab¨ª, alab¨¢, alab¨ª bomb¨¢". Hice una canci¨®n con eso. Ahora no tengo la cabeza limpia que se necesita para componer. En vacaciones es cuando m¨¢s escribo. Tengo seis o siete canciones acabadas, pero meterme en un estudio de grabaci¨®n es superior a mis fuerzas.
?C¨®mo ve hoy el mundo un 'profe'?
S¨®lo tengo la esperanza puesta en ese p¨¦ndulo por el que parece que la historia se rige. Y este mundo ha llegado a ser tan de derechas de derechas, que debe ser la hora en la que el p¨¦ndulo empiece a bajar, y volvamos a una situaci¨®n m¨¢s moderada, y las cosas se solucionen de otro modo que con guerras. Y no como ahora, donde la violencia manda. Cuando pienso lo que estoy viendo, lo que me imagino para el futuro, cambio de pensamiento, me centro en una pel¨ªcula, por ejemplo, deliberadamente, porque no puedo soportarlo. Zanjo el asunto y me consuelo pensando que es hora de que el p¨¦ndulo baje.
Claro que usted, desde este despachito, poco puede hacer; incluso en pol¨ªtica nacional. ?O s¨ª?
Podemos hacer poco desde el principio. Franco no se muri¨® porque acab¨¢ramos con ¨¦l. Se muri¨® cuando quiso. Eso a¨²n me produce tristeza.
Como diputado, ?ha notado variaci¨®n tras el cambio de Gobierno?
S¨ª. Antes ten¨ªamos un Gobierno que decid¨ªa las cosas en 48 horas, en cuatro patadas, cosas tan serias como la ley de educaci¨®n, la ley antiterrorista? El Congreso no exist¨ªa. El otro d¨ªa ve¨ªamos a unos diputados de Esquerra Republicana correr como descosidos para llegar a tiempo de retirar una enmienda a los Presupuestos. Algunos hablaban de mal efecto. Yo disfrut¨¦ con la escena. Por fin ve¨ªa funcionar el Parlamento. Porque mientras Aznar tuvo mayor¨ªa, no exist¨ªa nada m¨¢s que ¨¦l. Sus propios diputados lo idolatraban ?como si fuera un caudillo! Fue terrible ser parlamentario. S¨®lo ten¨ªa una ventaja: como no hab¨ªa nada que hacer, pod¨ªas ir al cine y al teatro todos los d¨ªas. Pod¨ªan haberte enviado el sueldo a casa. Ahora salgo a las tantas, llego a casa agotado y estoy encantado. Me siento ¨²til. Por ejemplo, estoy orgulloso de haber alcanzado un avance en los presupuestos para Arag¨®n. Tienes un voto, pero es un voto. El tuyo. Y sirve.
Y todo por Arag¨®n. ?Es nacionalista?
Soy medio libertino, y he luchado siempre porque este pa¨ªs, Espa?a, tuviera libertad. Y ahora tengo una raz¨®n a?adida: que pertenezco a una regi¨®n con problemas, o mejor dicho, con desfases. Defiendo este territorio y todas las causas donde se defienda el progresismo. Por ejemplo, en Arag¨®n, nuestro mayor pol¨ªtico fue Joaqu¨ªn Costa, y su epitafio es terrible, dice: "No legisl¨®". Imagina lo que ese pueblo es capaz de valorar: que su mejor pol¨ªtico es bueno porque nunca legisl¨®? Te dan ganas de irte a tu casa. Al fin y al cabo hay leyes que llevan mi nombre. Estoy escribiendo un libro que se va a llamar El diario de un beduino. Cuando me vaya de diputado, lo editar¨¦. Procuro ponerme en la visi¨®n de un ciudadano y empezar a ver este mare m¨¢gnum, pero no lo entiendo.
?Qu¨¦ opina del 'plan Ibarretxe'?
Estoy en contra, porque divide en dos mitades el Pa¨ªs Vasco y resucita los peores demonios de Espa?a. Un estatuto puede reformarse contando con todas las fuerzas del pa¨ªs, pero ellos lo que intentan es hacer una confederaci¨®n. Y eso es un peligro, porque supone no una igualdad entre partes, lo que significa una federaci¨®n, que nosotros propugnamos en la Chunta, sino que haya unos con m¨¢s poder que otros. Mi partido respeta las reformas que se hagan siempre dentro de la Constituci¨®n. Y yo personalmente en lo pol¨ªtico me considero seguidor de Pi i Margall y su proyecto de Constituci¨®n federal. Es que los nacionalistas pueden llegar a ser incre¨ªbles. F¨ªjese, el otro d¨ªa, Uxue Barkos, la diputada de Nafarroa Bai, que es una mujer lista y simp¨¢tica, con la que me llevo muy bien, me dec¨ªa que ellos van a votar no a la Constituci¨®n Europea porque no se hace una defensa de los fueros navarros. Es lo mismo que si yo dijese que voy a votar no porque no se menciona a la Virgen del Pilar.
?Qu¨¦ quer¨ªa ser usted de adolescente?
Como mucho, escribir poemas. Me met¨ª en el semanario aragon¨¦s Andal¨¢n, que aglutinaba a la izquierda pol¨ªtica e intelectual de Arag¨®n entre el 70 y el 75. De ah¨ª sale un partido, Izquierda Socialista, el primero donde milit¨¦. Pero como militante soy malo. Cuando tengo una reuni¨®n en la Chunta Aragonesista, digo que tengo trabajo en Madrid y me escaqueo. Si estoy en la Chunta, es por esa necesidad de sacar a Arag¨®n del bache. Pero no soy nacionalista. Un d¨ªa me dijeron: "Oye, pero ?sois independentistas los de la Chunta?". Y contest¨¦: "Los aragoneses somos brutos, pero no tontos". Intentar que Arag¨®n sea independiente es una tonter¨ªa. Ahora, mejorar la situaci¨®n, intentar sacar una mejor¨ªa en el presupuesto, o que tengamos dos salidas a Francia en vez de una? Me he pasado la vida haciendo pol¨ªtica.
?C¨®mo le gusta ser considerado?
Como lo que soy. Un anarco-burgu¨¦s. Me gusta Mozart y la pintura y el barroco. Y soy muy desobediente.
El otro d¨ªa le o¨ª decir que votar¨ªa que s¨ª a la Constituci¨®n europea, aunque la postura de su partido era contraria.
Pues votar¨¦ a favor, y lo har¨¦ por una raz¨®n: si hubi¨¦ramos hecho caso a los que dec¨ªan que no en 1978, todav¨ªa estar¨ªamos con el fuero de los espa?oles. F¨ªjate qu¨¦ v¨¦rtigo.
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