Cruzadas ling¨¹¨ªsticas
Me gustar¨ªa responder a los desenfocados y polvorientos juicios del se?or Guerrero Escalona sobre "el andaluz" (EL PA?S, 15 de enero):
1. Debe diferenciarse entre lengua escrita y oral: la primera -y aqu¨ª se puede compartir su opini¨®n- ha de atenerse a la lengua est¨¢ndar y no permitir la entrada de lo dialectal, de manera que se garantice la unidad de la lengua y el entendimiento entre hablantes de distintas zonas; en la lengua oral, en cambio, s¨ª tienen cabida con todo derecho los rasgos propios de la variedad geogr¨¢fica, y no debe corregirse a un ni?o por cecear cuando hable (s¨ª, al escribir, por ejemplo, "Cevilla").
2. Que el "castellano perfecto" es el de Valladolid es una idea que hace d¨¦cadas no se defiende en ning¨²n texto cient¨ªfico acreditado: hablar bien no depende de d¨®nde se nace, sino de la formaci¨®n ling¨¹¨ªstica que se posea, de forma que, por ejemplo, nadie en su sano juicio pensar¨¢ que cualquier vallisoletano habla mejor castellano que, por ejemplo, Antonio Mu?oz Molina, simplemente porque ¨¦ste pueda aspirar las eses.
3. Un error a¨²n m¨¢s grave constituye, sin duda, la afirmaci¨®n de que el andaluz no es m¨¢s que producto de "un analfabetismo galopante que ha dado como resultado una forma incorrecta del castellano". Nuestro dialecto (o conjunto de hablas, como se prefiera) no es fruto de la ignorancia, sino el resultado de un largo proceso hist¨®rico en que sus hablantes se han caracterizado por un constante af¨¢n innovador puesto de manifiesto, por ejemplo, en los fen¨®menos de ceceo y seseo, que no son, como cualquier fil¨®logo sabe, sino resultado divergente de un mismo y profundo cambio fonol¨®gico acaecido en el castellano durante los siglos XV y XVI (la simplificaci¨®n de sibilantes). As¨ª, ese empe?o transformador hace que nuestra habla se caracterice por, citando a Rafael Lapesa, "haber llevado al extremo las tendencias internas del castellano sin respetar barrera, con vitalidad joven, destructora y creadora a la vez, con br¨ªo que hizo posible su asombrosa expansi¨®n atl¨¢ntica".
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