La empresa espa?ola en Latinoam¨¦rica: lecciones y oportunidades
El autor destaca que Latinoam¨¦rica es un espacio natural para la inversi¨®n espa?ola y aboga por compaginar lo empresarial con lo social para superar desconfianzas.
A prop¨®sito del viaje del presidente Rodr¨ªguez Zapatero a Latinoam¨¦rica, puede ser relevante reflexionar sobre la importancia de esa regi¨®n como lugar id¨®neo para la expansi¨®n internacional de las empresas espa?olas. Con ocasi¨®n de las privatizaciones que tuvieron lugar en esa regi¨®n, desde finales de los ochenta hasta nuestros d¨ªas, importantes compa?¨ªas de nuestro pa¨ªs llevaron a cabo una notoria expansi¨®n internacional. Esa diversificaci¨®n geogr¨¢fica estuvo protagonizada fundamentalmente por empresas de servicios, pertenecientes a sectores con escasa competencia y sometidos a una relativamente intensa regulaci¨®n.
Las empresas espa?olas fueron adjudicatarias de compa?¨ªas en Chile, Argentina, Venezuela, Per¨², Colombia, M¨¦xico, P. Rico, Brasil... Tan exitosa participaci¨®n situ¨® a Espa?a en una posici¨®n destacada en el contexto competitivo global. El mundo de los negocios, y especialmente el de las grandes empresas de servicios, interact¨²a con las pol¨ªticas p¨²blicas de diversa naturaleza. No pod¨ªa ser de otra manera, a tenor del origen de esa presencia internacional (mayoritariamente debida a privatizaciones), el tama?o e importancia de los grupos y los sectores en que estaban ubicados.
Todo iba bien para Espa?a, pero las alegr¨ªas se transformaron luego parcialmente en sinsabores
El proceso inversor impuls¨® la globalizaci¨®n de la zona y la integraci¨®n de los pa¨ªses
Para el desarrollo de una segunda ola de inversiones el talante pol¨ªtico es clave
En la primera fase de la expansi¨®n, la inversi¨®n espa?ola y la forma de gesti¨®n fue muy positiva y favorablemente aceptada por los gobiernos y las opiniones p¨²blicas. Para los inversores, la experiencia result¨® rentable; a los pa¨ªses de destino se les aport¨® capital, al tiempo que profesionalidad en la conducci¨®n de los negocios. Todo ello favoreci¨® el desarrollo de las infraestructuras y el crecimiento de las econom¨ªas. Adicionalmente, esas aportaciones, contribuyeron a la extensi¨®n del capitalismo popular y al desarrollo social en los pa¨ªses receptores. La entrada de capitales les ayud¨® a paliar sus desequilibrios y les dot¨® de infraestructuras imprescindibles para el crecimiento-desarrollo. El proceso impuls¨® la globalizaci¨®n de la zona y la integraci¨®n de los pa¨ªses.
- Un papel en los negocios
internacionales
El ¨¦xito para Espa?a de ese proceso inversor -"A lat¨ªn strategy for spanish companies"- se reflej¨® en el reconocimiento de los mercados de capitales (considera a nuestras empresas como jugadores destacados en la conformaci¨®n de alianzas, fusiones y adquisiciones,) y, por supuesto, en las preferencias de los inversores y analistas internacionales.
Los recuerdos de esta fase son muy positivos y alentadores: todo iba bien para Espa?a, para nuestras empresas y para las ¨¢reas de destino. Estas alegr¨ªas se transformaron luego parcialmente en sinsabores. En la opini¨®n p¨²blica, pasamos de ser contribuidores a conquistadores, de amigos a saqueadores, de fuerzas de crecimiento a frenos para el desarrollo. Este cambio en la consideraci¨®n por los medios de comunicaci¨®n y la sociedad en general merece una reflexi¨®n y un diagn¨®stico: ?qu¨¦ ha pasado?, ?a qu¨¦ responde la nueva situaci¨®n?, ?qu¨¦ se ha hecho bien y qu¨¦ no?
Varios elementos han condicionado ese viraje. Destaca el cambio de coyuntura econ¨®mica, que ha pasado de la bonanza a la crisis. Esa alteraci¨®n en el entorno exige ajustes en las expectativas de los inversores y de los gobiernos. Los primeros tienen que acomodar sus resultados a la nueva situaci¨®n y adecuar su quehacer y sus rentabilidades a la coyuntura: mayor riesgo y menor capacidad adquisitiva. Los gobiernos tienen que contextualizar las peticiones de las empresas en el marco de las condiciones de las privatizaciones, independientemente de quienes las llevan a cabo. El respeto al pasado es la fortaleza del futuro.
Las discrepancias observadas en Argentina y otros pa¨ªses, entre gobiernos y empresas, genera no pocas preguntas: ?Son realistas los gobiernos en sus peticiones de ajuste?, ?son realistas las empresas en sus expectativas de resultados durante ¨¦pocas de crisis y cambio de coyuntura?, ?piden mucho los gobiernos?, ?dan poco las empresas? Las discrepancias est¨¢n condicionando la consideraci¨®n, el respeto y el quehacer de las empresas. La b¨²squeda de un equilibrio significa sacrificios para todos. Esto es una precondici¨®n para reestablecer la confianza. Los Estados tienen que ser consecuentes con sus compromisos y posibilistas en sus exigencias.
Pero los gobiernos que hoy se quejan no son los mismos que en su d¨ªa realizaron las privatizaciones. Estos ¨²ltimos tomaron los fondos y ofrecieron planes que los nuevos no ven razonables. Los precios pagados se alineaban con el valor que se generaba en el marco de los compromisos contra¨ªdos. Sin dichos compromisos, los precios no hubiesen sido los mismos. Por eso, las empresas, que actuaron y act¨²an en base a las promesas de ayer, piden comprensi¨®n a los gobiernos de hoy. A su vez, ¨¦stos, adem¨¢s de no usar los fondos ni reconocer su uso, no aceptan los compromisos de sus antecesores.
- Lo empresarial y lo pol¨ªtico
El componente pol¨ªtico de la inversi¨®n exterior en el marco de las privatizaciones y de la expansi¨®n de grandes empresas de servicios no se puede minusvalorar. La primera fase de la expansi¨®n de nuestras empresas de servicios en Latinoam¨¦rica fue con un modelo de coparticipaci¨®n con grupos locales: en el capital y en los ¨®rganos de gesti¨®n y de gobierno: "pensar globalmente y actuar localmente". Dominaba entonces la generaci¨®n de riqueza (para accionistas, empleados, pa¨ªses, usuarios). Pero de esa etapa virtuosa se ha pasado a otra con muy mala percepci¨®n p¨²blica. ?sta se deriva del populismo de ciertos gobiernos, de los intentos de desenganche y de la falta de consenso social sobre el modelo econ¨®mico de esos pa¨ªses y de actitudes de ciertas empresas, y algunos de sus gestores. Tambi¨¦n de los cambios pol¨ªticos en Espa?a.
Frente a una apuesta sin dilaci¨®n por Latinoam¨¦rica se pas¨® a una situaci¨®n menos comprometida. Los nuevos gestores defend¨ªan el car¨¢cter multinacional de las inversiones y el beneficio a corto plazo frente la riqueza y el crecimiento sostenido.
Las posturas encontradas, especialmente en algunos pa¨ªses, han generado un clima de desconfianza mutua ("no se cumple, ?yo as¨ª no invierto!") que limita la actividad y frena la expansi¨®n. La situaci¨®n no es buena y todos claman por un cambio. Es preciso compaginar lo empresarial con lo social. La ruptura de la desconfianza y la recuperaci¨®n de la normalidad es altamente recomendable.
- Factores de ¨¦xito para la segunda ola inversora
Latinoam¨¦rica es un espacio natural para nuestras inversiones por afinidades hist¨®ricas y culturales, por conocimiento y por encaje de modelos y ventajas competitivas de nuestras empresas. El Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero est¨¢ visto por los latinoamericanos con confianza y esperanza para hacer cosas en beneficio mutuo. Impulsar esta situaci¨®n es una oportunidad para todos. Nuestra posici¨®n en Europa es un activo para facilitar las relaciones de Latinoam¨¦rica con la Uni¨®n Europea y de ¨¦sta con Latinoam¨¦rica. Nuestra posici¨®n de puente puede ser de gran inter¨¦s para que ambas zonas materialicen las oportunidades existentes.
- ?Qu¨¦ se precisa?, ?qu¨¦ se
sugiere?, ?qu¨¦ se recomienda?
Para los pa¨ªses de destino: seguridad jur¨ªdica, reglas claras, ajuste y cumplimiento de los compromisos y garant¨ªa de que se compite de igual a igual. Reglas y no discrecionalidad.
Para nuestras empresas: ceder recibiendo, generar riqueza, ser locales y globales, aprender, ense?ar y compartir.
Para nuestro pa¨ªs: potenciar la bidireccionalidad y promover la inversi¨®n de las empresas latinoamericanas en nuestra ¨¢rea.
Adem¨¢s, el Gobierno debe reconocer que la empresa espa?ola va mucho m¨¢s all¨¢ de las grandes prestadoras de servicios. Se compone de un conjunto de grandes, peque?as y medianas empresas que no dependen de la regulaci¨®n o la tarifa. De su empuje, de la bidireccionalidad en los flujos y del restablecimiento de la confianza depender¨¢ el desarrollo de la segunda ola de inversiones. Para ello el talante pol¨ªtico es clave. El ¨¢rea lo merece y su atractivo lo justifica. Por el lado de las empresas, ni todo es financiero ni todo es negociable. El beneficio importa y se crea con la gesti¨®n, la innovaci¨®n, el crecimiento y la visi¨®n de futuro. El desaf¨ªo empresarial es a?adir valor y generar riqueza. El reto es crear negocios duraderos y ¨²tiles para todos y sostenibles en el tiempo.
I?aki Santillana es director general de Operaciones del Grupo PRISA.
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