Un d¨ªa de cine
Un proyecto potencia el uso pedag¨®gico de pel¨ªculas en las escuelas rurales de Arag¨®n
A las 8.30 de la ma?ana, con la perspectiva de que quiz¨¢ la m¨¢quina quitanieves tenga que abrir el camino, Enric Pla carga en su coche la UCI (unidad cinematogr¨¢fica improvisada) y desde el instituto La Pir¨¢mide, de Huesca, donde dirige el aula de cine, parte hacia Tramacastilla de Tena, un pueblo del Pirineo oscense a 1.200 metros de altura con 150 habitantes entre semana y abarrotado los s¨¢bados y domingos de esquiadores y turistas.
La de Tramacastilla es una escuela unitaria, con 9 alumnos de 4 a 12 a?os, tres ni?os y seis ni?as, y su maestra, Pilar Salinas, que trabaja con los alumnos los d¨ªas previos a la llegada de Enric todo lo relacionado con lo que ver¨¢n en la pantalla. Ya est¨¢ todo montado cuando aparecen los cr¨ªos: Antonio, Jorge, las dos Lauras, Alba, Mar¨ªa, Anne, Rosa. ?lex est¨¢ enfermo y se va a perder la aventura.
"El objetivo es abrir la escuela al arte popular del siglo XX, y que entre en el aula"
El Aula de Cine es una experiencia que puso en marcha el Gobierno de Arag¨®n hace ya seis a?os para acercar el cine a las aulas, sobre todo a los pueblos. Tratan con ello de que los alumnos de primaria y secundaria puedan aprender lo que es el cine y a trav¨¦s del cine. Pla lo resume: "El objetivo es abrir la escuela al arte popular del siglo XX, el cine, y que entre en el aula. Los libros est¨¢n bien, pero hay que introducir los materiales audiovisuales, que son de su tiempo".
La escuela de Tramacastilla est¨¢ en el Ayuntamiento, en la parte alta del edificio; sus grandes ventanales dan a las monta?as. Un mapa de ?frica cuelga en la pared porque hoy la peli que van a ver se desarrolla en ese continente. Se proyectan por bloques tem¨¢ticos para trabajar distintos valores educativos. Y comienza la historia. Luces fuera, cortinas corridas, la pantalla se ilumina con una sorpresa: The End. ?C¨®mo es posible?, cuchichean los alumnos. La treta sirve para hablar de los t¨ªtulos de cr¨¦dito. Atrapada la atenci¨®n, Enric anuncia que va a proyectar en ocho minutos la historia de las im¨¢genes, donde se cuenta la epopeya del largo viaje de los hombres por crear el movimiento, primero con las sombras que proyectaban las hogueras o las figuras chinescas. Enric les habla entonces de los juegos de los espejos.
Acabada la proyecci¨®n, toca reflexionar sobre lo que hac¨ªan los ni?os de hace 100 a?os; sobre la mesa se extienden extra?os juguetes ¨®pticos, cuando no hab¨ªa ni luz, el taum¨¢tropo, el folioscopio, el zootropo. Con ellos juegan a ver c¨®mo se mueven los dibujos, a dibujar una banda animada.
La ma?ana sigue abriendo puertas. Cuando han mirado y jugado con las libretas de dibujos vuelve la pantalla. Se anuncia una de Walt Disney... pero de 1922. Antonio dice que es en blanco y negro; Anne, que no hablan; Rosa, que la m¨²sica va r¨¢pida cuando corren.
Ya ha pasado casi una hora y nadie parece tener prisa por salir al recreo. Por fin, llega la pel¨ªcula, una hermosa historia que transcurre en ?frica y que lleva por t¨ªtulo Kirik¨² y la bruja, de Michel Ocelot con m¨²sica de Youssou N'Dour. Nadie respira. Cuando apenas queda un cuarto de hora para el final, Enric corta para el recreo; el desenlace queda en el aire.
En Tramacastilla el recreo es la calle, el sol, el deshielo que gotea en los tejados, el bocadillo. A la vuelta se retoma la impaciencia del final de Kirik¨², que termina con aplausos. Y empiezan las reflexiones sobre ?frica, su clima, animales, diferencias y parecidos con Europa; hay que localizar en el mapa las zonas de la acci¨®n y adentrarse en los valores y las miserias de los hombres.
"Es bonito trabajar preparando este d¨ªa", dice Pilar. "Ahora hemos conocido algo m¨¢s de ?frica y volveremos sobre ello. Hemos estado mirando mapas, costumbres, otras maneras de vivir, se abren los ojos de otra forma". Para ella es un esfuerzo que compensa: "Cuesta un poco porque hay que buscar cosas en Internet, en libros, y adaptarlo a su nivel. Pero ahora dibujaremos, hablaremos y sabremos todos un poco m¨¢s".
Enric tiene claro que su esfuerzo, casi como el de las antiguas misiones pedag¨®gicas, merece la pena. Cargado con los trastos, dos d¨ªas a la semana sale a la carretera. Pueblos del llano y la monta?a, escuelas unitarias, centros agrupados. El curso pasado recorri¨® 34 escuelas, m¨¢s de 4.000 alumnos participaron y se hizo 6.780 kil¨®metros; todo en la provincia de Huesca. "El proyecto vive gracias a los profesores de los pueblos y el sue?o es que tomen la iniciativa y sigan con la actividad, que usen el cine como herramienta que ayuda a mirar".
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