Un profesor granadino estudia las cartas de Rilke a Rodin
El epistolario del escritor Rainer Mar¨ªa Rilke es uno de los m¨¢s grandes legados para entender la literatura de su tiempo y, por qu¨¦ no, para analizar su relaci¨®n con las diversas formas art¨ªsticas, fundamentalmente con la escultura. El granadino Federico Berm¨²dez Ca?ete, profesor de literatura en la Universidad de su ciudad, es el responsable de una nueva edici¨®n de Cartas a Rodin, reci¨¦n publicada por la editorial S¨ªntesis. Berm¨²dez, que es tambi¨¦n autor del estudio de 72 p¨¢ginas que prologa el libro, es especialista en literatura alemana, fundamentalmente del siglo XIX. Traductor del alem¨¢n, entre sus obras m¨¢s significativas destacan su Antolog¨ªa de rom¨¢nticas alemanas y hasta ocho traducciones de Rilke, publicadas por editoriales como Lumen o Hiperi¨®n.
En el estudio que presenta la edici¨®n el investigador profundiza en la relaci¨®n entre los dos universales autores, que se inicia cuando Rilke llega a Par¨ªs en 1902 con el encargo de realizar una monograf¨ªa sobre el famoso escultor. En aquel momento se produjo un encuentro m¨¢gico entre un artista de 61 a?os y un joven poeta de 26. En palabras de Berm¨²dez Ca?ete: "Rodin aparec¨ªa como la personalidad art¨ªstica m¨¢s poderosa de aquellos a?os, y se encontraba en el momento de mayor plenitud de su vida".
Admiraci¨®n
La admiraci¨®n que el artista despertar¨ªa en Rilke en esta primera ¨¦poca de su relaci¨®n (1902-1906) llega a rozar lo idol¨¢trico y aparece con frecuencia tanto en su correspondencia como en diversas conferencias que escribi¨® durante estos a?os. Pero tambi¨¦n Rodin disfrutaba con aquellas conversaciones: "el maestro del m¨¢rmol y la arcilla, el dibujante inspirado y el coleccionista de antig¨¹edades es tambi¨¦n un apasionado de la palabra, que disfruta compartiendo con el joven escritor sus propuestas te¨®ricas sobre diferentes temas".
Pero no todo ser¨¢ cordialidad entre ambos. Durante la segunda etapa de su correspondencia Rodin cambia de actitud. Si bien su vida hab¨ªa transcurrido entre el fracaso y el ¨¦xito, pasando por las acusaciones de plagio en sus primeras obras hasta la popularidad desmesurada, a ra¨ªz del pabell¨®n con sus obras en la exposici¨®n universal de Par¨ªs en 1900, su temperamento no se vio resquebrajado hasta que comenz¨® a entrar con paso firme en la vejez. Por esta ¨¦poca a Rodin ya s¨®lo le preocupaba el futuro de su legado art¨ªstico, adem¨¢s de evidenciar "una pat¨¦tica inseguridad ante la cercan¨ªa de la muerte". Pero como aclara Berm¨²dez Ca?ete, Rodin no fue el ¨²nico artista que influy¨® en el autor checo. Rilke tambi¨¦n tuvo una importante relaci¨®n con otros autores de su ¨¦poca, como Ignacio Zuloaga, con el que entabl¨® una gran amistad que despertar¨ªa su inter¨¦s por Espa?a.
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