La UE se impone m¨¢s democracia
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El principal problema que hoy existe en la UE es el gran foso, la sima que separa a los ciudadanos de las instituciones de la Uni¨®n. Su origen est¨¢ en los complejos sistemas para tomar decisiones, casi siempre a puerta cerrada, por lo que la UE es sistem¨¢ticamente acusada de sufrir un d¨¦ficit democr¨¢tico inconcebible en una sociedad occidental. La Constituci¨®n da varias respuestas. La m¨¢s novedosa es la iniciativa ciudadana: un mill¨®n de europeos podr¨¢ exigir a la Comisi¨®n Europea que lance una propuesta legislativa concreta. Por vez primera, el Consejo de la UE tendr¨¢ que actuar a puerta abierta cuando legisle y los parlamentos nacionales tendr¨¢n voz en el proceso legislativo.
Tras el habitual titular de "Bruselas decide..." o "La Comisi¨®n proh¨ªbe...", se esconde todo un opaco mundo utilizado a veces en las capitales para eludir responsabilidades, porque la Comisi¨®n tiene el monopolio a la hora de lanzar iniciativas, pero las decisiones ¨²ltimas dependen del Consejo de la Uni¨®n, donde est¨¢n representados los Gobiernos, y del Parlamento Europeo, donde est¨¢n representados los ciudadanos.
LA SITUACI?N
El Consejo, el principal ¨®rgano decisorio de la Uni¨®n, debate las leyes europeas y las vota a puerta cerrada. Si la Euroc¨¢mara tiene competencias en el ¨¢rea correspondiente, negocia tambi¨¦n a puerta cerrada sus posibles discrepancias con el Consejo. Los parlamentos nacionales no juegan ning¨²n papel en el proceso.
Un principio sagrado en la Uni¨®n es el de la subsidiariedad, esa extra?a palabra que significa que los ¨®rganos de poder superiores deben permitir que los inferiores, m¨¢s pr¨®ximos al ciudadano, tomen las decisiones cuando as¨ª se puedan cumplir los objetivos. Es decir, que debe primarse la toma de decisiones a nivel nacional, regional o local si no resulta imprescindible hacerlo a nivel europeo o comunitario, salvo cuando se trate, obviamente, de competencias exclusivas de la Uni¨®n, que son la uni¨®n aduanera, las normas de competencia, la pol¨ªtica monetaria y los recursos biol¨®gicos marinos. En caso de duda de qui¨¦n hace qu¨¦, hoy la zanja la Comisi¨®n.
EL PROBLEMA
En las elecciones europeas de junio pasado, ese foso entre ciudadanos e instituciones se concret¨® en una participaci¨®n inferior al 50%. El ciudadano no sabe qui¨¦n ni c¨®mo se ejerce el poder. Los parlamentos nacionales ven con gran recelo que, a medida que la UE adquiere m¨¢s competencias, son ellos los que pierden capacidad de legislar porque las decisiones se toman en Bruselas o Estrasburgo. En la cumbre europea de Laeken (B¨¦lgica, diciembre de 2001), los propios jefes de Estado y Gobierno reconoc¨ªan: "Los ciudadanos tienen la percepci¨®n de que se legisla a sus espaldas y quieren un mejor control democr¨¢tico".
EL DEBATE
Fue la ONG More Democracy la que propuso que un mill¨®n de ciudadanos europeos pudieran exigir a la Comisi¨®n que lanzara un proyecto legal concreto. El eurodiputado espa?ol Carlos Carnero fue uno de sus m¨¢s combativos defensores en la Convenci¨®n que redact¨® el proyecto, pero no se introdujo hasta el ¨²ltimo momento por la resistencia de la mayor¨ªa de los Gobiernos.
Mayor debate hubo sobre la subsidiariedad y el papel de los parlamentos nacionales. El eurodiputado ??igo M¨¦ndez de Vigo, uno de los m¨¢s activos en la Convenci¨®n, cuenta los entresijos en su libro El Rompecabezas y recuerda que Alemania, Francia, Reino Unido, Polonia e Irlanda, a los que ¨¦l denomina "la banda de los cinco", se aliaron para exigir enormes poderes de control para los parlamentos nacionales. Especialmente luchador fue el alem¨¢n Edwin Teufel, representante del Bundesrat, el Senado alem¨¢n, porque defend¨ªa a los l?nder frente a la supuesta voracidad legislativa de la Uni¨®n.
Los eurodiputados y diputados nacionales exigieron que se creara un Consejo Legislativo, una especie de segunda C¨¢mara que, al m¨¢s puro estilo federal, colegislara a puerta abierta con el Parlamento Europeo, pero los Gobiernos se opusieron. Val¨¦ry Giscard D?Estaing, presidente de la Convenci¨®n, tambi¨¦n plante¨® un Congreso de los Pueblos, integrado por eurodiputados y diputados nacionales, para controlar ese sagrado principio de subsidiariedad, pero nadie apoy¨® la idea.
LA SOLUCI?N
El Tratado constitucional dedica un t¨ªtulo entero, el sexto de la I Parte a "la vida democr¨¢tica de la Uni¨®n" como prueba del relieve que le otorga. "Todo ciudadano tienen derecho a participar en la vida democr¨¢tica de la Uni¨®n. Las decisiones ser¨¢n tomadas de la forma m¨¢s abierta y pr¨®xima posible a los ciudadanos" (Parte I-art¨ªculo 46). Por eso, el Consejo de Ministros deliberar¨¢ y votar¨¢ a puerta abierta siempre que legisle (I-24). Y por eso se da voz directa al ciudadano: un mill¨®n de europeos (la poblaci¨®n actual de los 25 asciende a unos 450 millones) de un n¨²mero m¨ªnimo de pa¨ªses a¨²n por determinar podr¨¢ exigir iniciativas legales (I-47). Se trata de la mayor innovaci¨®n del cap¨ªtulo. En Espa?a, el n¨²mero exigido es de 500.000 firmas para la iniciativa legislativa popular sobre una poblaci¨®n de 42 millones de habitantes.
A los europeos les gustar¨ªa lanzar iniciativas sobre empleo, jubilaciones, educaci¨®n y medio ambiente, por ese orden, seg¨²n el Eurobar¨®metro del mes pasado.
Los parlamentos nacionales, m¨¢s pr¨®ximos al ciudadano que la Euroc¨¢mara, se incorporan por vez primera al proceso legislativo de la Uni¨®n, es decir, empiezan a mandar en el club al convertirse en los guardianes de la sacrosanta subsidiariedad. La Comisi¨®n tendr¨¢ que enviarles todas las propuestas de ley y, si un tercio de ellos (cada C¨¢mara un voto, o dos en los pa¨ªses con una sola C¨¢mara) decide que se ha extralimitado al quitarles competencias (l¨¦ase poder), el proyecto se paraliza de momento. No podr¨¢n bloquearlo legalmente, aunque s¨ª de facto (Protocolo N¨²mero 2 de la Constituci¨®n).
No tanto como los m¨¢s europe¨ªstas quer¨ªan, pero la democracia y la transparencia avanzan en Europa sin posibles pasos atr¨¢s.
'Art¨ªculos I-45 y I-46'
"La Uni¨®n respetar¨¢ en todas sus actividades el principio de la igualdad de sus ciudadanos, que se beneficiar¨¢n por igual de la atenci¨®n de sus instituciones, ¨®rganos y organismos".
"Todo ciudadano tiene derecho a participar en la vida democr¨¢tica de la Uni¨®n. Las decisiones
ser¨¢n tomadas de la forma m¨¢s abierta y pr¨®xima posible a los ciudadanos".
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