Crisis en la Academia del Cine

Lo bueno que tienen los personajes medi¨¢ticos es que estornudan y al d¨ªa siguiente todos los telediarios abren hablando de la gripe. Los Almod¨®var se dan de baja, y ahora a ocuparse todos de los problemas de la Academia del Cine. Lo cual puede resultar de agradecer si de verdad se encuentra remedio a los males que desde hace tiempo aquejan a esta instituci¨®n.

Yo me di de baja de la Academia en enero de 1999 despu¨¦s de que sus directivos se negaran a dar explicaciones sobre las martingalas que yo denunci¨¦ que Garci hab¨ªa realizado para que su pel¨ªcula El abuelo fuera nominada candidata a los Oscar. Gan¨¦ a Garci en los tribunales y los directivos de la Academia tambi¨¦n se negaron a hacer la m¨¢s m¨ªnima menci¨®n de la sentencia.

Aitana S¨¢nchez-Gij¨®n, entonces presidenta, se enfad¨® conmigo porque la califiqu¨¦ de "florero", y no porque yo creyera que ella realmente lo fuera, sino por la funci¨®n que la hac¨ªan desempe?ar. Tras Aitana, Marisa, y tras Marisa, Mercedes. Parece como si hubiera cambios, renovaciones, pero solamente de floreros.Por detr¨¢s existe un grupo de personas que son las que realmente conducen y dirigen (que equivale a "manejan") la marcha de la Academia.

Esas mismas personas, que han sobrevivido todas las elecciones desde hace a?os, son las aut¨¦nticas responsables de esos desdichados informes con que cada mes de enero vienen a crucificar al cine espa?ol. Ese titular de que el cine espa?ol ha perdido tres millones de espectadores est¨¢ siendo algo nefasto para la imagen de nuestro cine y ha provocado una campa?a tan destructora como no se le habr¨ªa podido ocurrir a nuestro peor enemigo, y el cine espa?ol los tiene a docenas.

Por supuesto que hay que replantearse muchas cuestiones acerca de la forma de votar de la descompensaci¨®n de votos por especialidades, etc., pero ante todo la Academia necesita una profunda renovaci¨®n de sus "conductores".

No creo que entre los fines de la Academia figure el de dar cari?o a sus asociados, como parece que reclaman los Almod¨®var, pero seguro que tampoco lo son da?ar, desacreditar, enlodar, denigrar, deteriorar y destrozar la imagen del cine espa?ol como esos verdaderos responsables de la Academia vienen haciendo cada mes de enero con sus malditos informes.