Los avisos

Est¨¢ dicho que el terrorismo es un lenguaje, desde que se invent¨®. Lo distingo del atentado, que se dirig¨ªa a jefes de Estado, de Gobierno o de polic¨ªa, que forman parte de una guerra que trata de responder de manera artesana a la guerra de Estado Mayor: t¨² me destrozas Chechenia con aviones, ca?ones y proyectiles, yo te destrozo el metro de Mosc¨² o un teatro lleno con mis particulares suicidas. Llamado por Nietchaiev "la propaganda por los hechos", es as¨ª: indica la fuerza del enemigo peque?o. Los petarduelos de ETA con aviso previo pueden dar tiempo al refugio y al desmantelamiento, porque avisan. Estas cartas manuscritas indican varias cosas. La primera es que la guerra no ha terminado, y no hay desmantelamiento que valga. Este tipo sinuoso de ofensiva pueden hacerlo unos individuos solitarios, y si son suicidas, m¨¢s eficaces (v¨¦ase Palestina, Irak, Afganist¨¢n: Madrid, en fin), m¨¢s all¨¢ del desmantelamiento de las grandes organizaciones o de los nombres llamativos, y eso es ya una carta a los poderes actuales o pasados. Tanto que podr¨ªa incluso ser una facci¨®n que no quiere alto el fuego ni conversaci¨®n, convencida de que la acci¨®n est¨¢ consiguiendo que su tema pol¨ªtico, el desprendimiento del pueblo vasco, se ha convertido en una clave de la pol¨ªtica espa?ola, y trata de evitar negociaciones. M¨¢s l¨®gico parece que venga del Estado Mayor: podemos hacer lo que queremos cuando queramos, no avisar y dejar morir decenas de personas.

Si no se avisa de la bomba de ayer hasta la proximidad del Rey y el Gobierno, el esc¨¢ndalo hubiese sido importante, si no sangriento; que tambi¨¦n hubiese podido pasar. ?Por qu¨¦ han hecho eso as¨ª? El PP y su horda dicen que para demostrar que son los mismos de siempre. M¨¢s claramente, pienso yo, es para que las negociaciones se hagan desde una posici¨®n de fuerza. Como en todos los siglos: el que est¨¢ inerme no tiene nada que negociar. ?stos dicen que si no se habla con ellos y se les da algo, no tienen el menor inconveniente en ser asesinos. Ellos creen que est¨¢n en una guerra contra todos nosotros y que la est¨¢n ganando.

Aznar les ha proporcionado muchos adeptos en vascos que de verdad se han sentido oprimidos y enga?ados. Cualquier tema esta empa?ado por lo que no se puede decir, empa?ado de ¨¦tica y moral, como la que inventaron ellos desde el siglo IV. Tiempo de los albigenses.