Soleada y laboriosa
El autor recorre las calles de ?cija, una ciudad caracterizada por una historia de esplendor y por su creciente n¨²mero de empresas
?cija, ciudad del sol. Ah¨ª se encuentra, a mitad de camino entre Sevilla y C¨®rdoba. Ni est¨¢ en un sitio ni en el otro. Se sit¨²a en medio del campo, con su perfil plagado de torres y espada?as, alejada lo suficiente de la gran urbe que es la capital de Andaluc¨ªa y a una prudente distancia de la ciudad califal, a orillas del r¨ªo Genil, el principal afluente del Guadalquivir. Se puede entender esta circunstancia geogr¨¢fica como una ventaja pero otros la consideran un obst¨¢culo. Permanece ajena a la amenaza que supone convertirse en una "ciudad dormitorio", impersonal y masificada, pero, al mismo tiempo, tiene el riesgo de quedarse aislada y anclarse en su pasado esplendoroso y en un car¨¢cter, hasta hace poco, rayano en la apat¨ªa.
Son muchos los inmuebles que ofrecen una imagen descarnada
?cija est¨¢ rodeada de crecientes pol¨ªgonos industriales, activos y plenos de empresas
Sin embargo, la realidad es que est¨¢ rodeada de crecientes pol¨ªgonos industriales, activos y plenos de empresas, muchas de las cuales tienen una acusada vocaci¨®n exportadora, hasta unos l¨ªmites que asombrar¨ªan a m¨¢s de uno, algo que resulta ser una caracter¨ªstica muy habitual en las llamadas "agro ciudades" andaluzas. ?se es un esperanzador escenario y en el que aparece como principal protagonista una joven generaci¨®n que, afortunadamente, no est¨¢ abocada a enfilar la llamada ahora Avenida de los Emigrantes, una calle ancha y amplia, flanqueada por grandes ¨¢rboles y que conduce a la antigua estaci¨®n de Renfe, desde donde parti¨® durante a?os lo m¨¢s granado del pueblo, rumbo a Barcelona, huyendo del paro y la miseria.
En esa misma calle, en su otro extremo, topamos con la Plaza Col¨®n y que bien puede ser el punto de inicio de un recorrido por el casco hist¨®rico de la ciudad que tiene en el llamado "Sal¨®n", o Plaza de Espa?a, a su principal referente. All¨ª se enclava su ayuntamiento y enfrente, un gran boquete que se ha tragado hasta el momento buena parte de las disputas pol¨ªticas habidas y por haber. En mala hora se decidi¨® ubicar en ese punto, en pleno coraz¨®n del pueblo, un aparcamiento subterr¨¢neo para dar vida al centro que languidece, paulatinamente, ante el auge de otras zonas de m¨¢s f¨¢cil acceso. Ese af¨¢n de la modernidad por facilitar el camino a su t¨®tem m¨¢ximo, el coche, est¨¢ tropezando con lo m¨¢s genuino de su pasado en forma de restos arqueol¨®gicos, enterramientos musulmanes, vestigios romanos, serios indicios, en fin, que dan cuenta de un poder¨ªo periclitado y que forma parte del patrimonio de los ecijanos.
Ese proyecto, ya en marcha, impide, desde hace m¨¢s de siete a?os, que los lugare?os puedan repetir la estampa sempiterna de muchos pueblos andaluces: el encuentro y el di¨¢logo en la plaza, el paseo y la charla tranquila y en tiempos ya pasados, la presencia de los "manijeros" buscando jornaleros para el aclarado de la remolacha, la recogida del algod¨®n o la aceituna y dem¨¢s tareas agr¨ªcolas que generan las numerosas fincas existentes en su t¨¦rmino municipal, uno de los de mayor extensi¨®n de Andaluc¨ªa. Afortunadamente, mientras que las obras duren, la gente se acomoda como puede en los soportales, recurso arquitect¨®nico en estos d¨ªas de moda, y circundando dicha plaza, las iglesias de Santa Mar¨ªa, Santa B¨¢rbara, San Francisco o la cercana de San Juan.
Y rodeando todo, un entramado urbano plagado de un caser¨ªo de nivel que da cuenta de su ¨¦poca dorada como fue el siglo XVIII. Sin embargo, son muchos los inmuebles que ofrecen una imagen descarnada, v¨ªctimas del paso del tiempo o del abandono. Es, en todo caso, su entramado de estrechas calles la mejor forma de combatir la cal¨®, ya que en verano aprieta lo suyo. "?cija, s¨®lo t¨² eres llamada ciudad del sol", como dice su escudo, pero en lat¨ªn. Lema hermoso que se acompa?a de otro m¨¢s comercial y que habla de ?cija conocida, tambi¨¦n, como "la sart¨¦n de Andaluc¨ªa". En verano, calor lo que se dice calor, hace, pero, poco m¨¢s o menos, igual que en Sevilla o C¨®rdoba, pero parece que "la f¨¢brica" est¨¢ radicada en la ciudad astigitana que para eso ha criado la fama.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.