Dresde, manipulado
Dresde era una joya del Renacimiento y del Barroco, que fue reducida a escombros hace 60 a?os. No fue el peor ataque de la aviaci¨®n aliada sobre ciudades alemanas en la segunda mitad de la guerra, cuando Hitler ya hab¨ªan perdido la supremac¨ªa a¨¦rea. Pero se convirti¨® en el s¨ªmbolo, por la inmolaci¨®n de decenas de miles de residentes y refugiados, de una ofensiva que muchos consideraron innecesaria en las postrimer¨ªas del conflicto b¨¦lico y brutal por el desprecio hacia las v¨ªctimas, muertas por la atribuci¨®n de una culpa colectiva a los alemanes y a una sed de venganza arrolladora. Por eso el Gobierno y numerosos dignatarios extranjeros, entre ellos todos los antiguos aliados contra la Alemania nazi, adem¨¢s de los habitantes de Dresde, quisieron ayer honrar a los muertos de aquella guerra. A todos.
Y por eso resulta un insulto a las v¨ªctimas que grupos neonazis desfilaran ayer por Dresde intentando apropiarse de la memoria de aquellos alemanes que murieron por culpa de la ideolog¨ªa y los objetivos criminales que ellos intentan reactivar. Para Europa representa una conmoci¨®n contemplar la marcha por la ciudad reconstruida de casi cinco mil nazis alemanes para escenificar su manipulaci¨®n de la historia. Una manipulaci¨®n a la que el canciller Schr?der ha prometido poner fin con un nuevo intento para prohibir al resurgente Partido Nacional Democratico, que ayud¨® a organizar la manifestaci¨®n y espera resultados aceptables en la elecci¨®n de la semana entrante en Sajonia.
En el Parlamento de Dresde cuentan ya con esca?os los c¨®mplices de los responsables de la tragedia. Por eso cabe reclamar que frente a las nuevas procacidades neonazis, Alemania y Europa en general reaccionen con contundencia para dejar claro qui¨¦nes son los verdaderos culpables de tan tr¨¢gicos eventos de nuestra historia com¨²n. El fen¨®meno del neonazismo es un fracaso de la pol¨ªtica democr¨¢tica, y son los dem¨®cratas los que han de afrontarlo y conseguir que fantasmales apariciones como la de ayer se revelen s¨®lo como una nefasta an¨¦cdota.
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