La ultraderecha alemana capitaliza el aniversario del bombardeo de Dresde
5.000 extremistas se manifiestan en una ciudad tomada por la polic¨ªa
Unos 5.000 ultraderechistas alemanes de todas las familias se manifestaron ayer por las calles de Dresde, tomadas por agentes de polic¨ªa llegados desde seis Estados federados, y aprovecharon la celebraci¨®n del 60? aniversario del bombardeo de la ciudad, destruida por la aviaci¨®n aliada al final de la II Guerra Mundial, para intentar capitalizar el dolor, llevar agua a su molino y hacer una demostraci¨®n de la unidad de sus fuerzas.
Por la noche miles de ciudadanos de Dresde se concentraron en varios lugares hist¨®ricos de la ciudad en actos de protesta silenciosa contra los neonazis y en memoria de las v¨ªctimas. Frente a la plaza del Viejo Mercado escribieron con velas encendidas en el suelo: "Esta ciudad est¨¢ harta de nazis".
La flor y nata de los dirigentes de la ultraderecha alemana, el Partido Nacional Democr¨¢tico de Alemania (NPD), la Uni¨®n del Pueblo Alem¨¢n (DVU) y Los Republicanos, hab¨ªa arremetido con fuerza contra la democracia alemana, a la que definieron como vendida. Adem¨¢s, acusaron a EE UU de genocidio y crimen de guerra por el bombardeo de hace 60 a?os y de sembrar en el mundo "un reguero de sangre que va desde Dresde a Hiroshima, Vietnam e Irak".
Se palpaba ayer el miedo a una manifestaci¨®n de fuerza de los ultraderechistas y grupos m¨¢s o menos neonazis. En medio, el hombre de la calle que apenas expresaba sus sentimientos con timidez en forma de rosas blancas de pl¨¢stico en la solapa. Adem¨¢s, unos 2.000 manifestantes acudieron a primera hora de la tarde a una marcha convocada por los sindicatos y se congregaron ante el Ayuntamiento.
A las once de la ma?ana, en el cementerio se realiz¨® la ceremonia de depositar coronas de flores ante un muro que conmemora el bombardeo. Entre las nueve coronas se encontraban las que depositaron los embajadores del Reino Unido y EE UU, cuyos aviones bombardearon Dresde y mataron a 35.000 personas en menos de 24 horas el 13 de febrero de 1945. La inscripci¨®n en el muro lo recordaba: "?Cu¨¢ntos murieron? ?Qui¨¦n conoce el n¨²mero? En tus heridas se ve el sufrimiento de los sin nombre, de los aqu¨ª quemados en el infierno de fuego provocado por la mano del hombre". Entre las delegaciones que depositaron coronas se encontraban tambi¨¦n las de diferentes grupos de ultraderecha. La corona de la Juventud de Prusia Oriental, organizadora de la manifestaci¨®n, llevaba una cinta con un texto revelador: "Recuerdo a los muertos del bombardeo terrorista de los aliados".
Al mediod¨ªa, los ultraderechistas se congregaron al lado del teatro de la ?pera para un mitin que dur¨® casi dos horas. Intervinieron como oradores los primeros espadas del NPD, DVU y Los Republicanos. "Ni olvido, ni perd¨®n", era la consigna que aparec¨ªa en m¨²ltiples pancartas. Frank Rennicke, un cantante ultraderechista, se encarg¨® de amenizar la espera.
Se refiri¨® a los "batallones de mentirosos" y a "los verdugos, hip¨®critas, golfos y sinverg¨¹enzas de los medios de comunicaci¨®n y partidos de izquierda". Luego cant¨® una canci¨®n coreada por parte del p¨²blico en la que hablaba de "Prusia Oriental, tierra alemana que ha sido dominada". El texto continuaba con referencias a la patria alemana, "nunca nos doblegaremos", y mucho "Alemania por encima de todo". Concluy¨® la canci¨®n con la frase "Alemania volver¨¢ a resurgir como Reich".
El fundador de Los Republicanos, Franz Sch?nhuber, ex combatiente de las SS hitlerianas y ex diputado en el Parlamento Europeo, abri¨® la parte fuerte del mitin. Arremeti¨® Sch?nhuber contra el presidente alem¨¢n, Horst K?hler, por su reciente visita a Israel y contra el canciller federal Gerhard Schr?der por su anunciado viaje a Mosc¨², el pr¨®ximo 8 de mayo, para la celebraci¨®n del final de la II Guerra Mundial. Critic¨® Sch?nhuber: "Ellos se van all¨ª y nosotros estamos aqu¨ª, donde ocurri¨® el genocidio, que luego se repiti¨® en Hiroshima y Nagasaki. Tras calificar al ex primer ministro del Reino Unido Winston Churchill de "criminal de guerra", Sch?nhuber se pregunt¨® por la diferencia entre los que mataban a seres indefensos en los campos de concentraci¨®n y los pilotos americanos que bombardearon mujeres, ni?os y ancianos. Critic¨® Sch?nhuber que se defina el 8 de mayo, fecha del final de la guerra, como d¨ªa de liberaci¨®n, porque con el Ej¨¦rcito sovi¨¦tico llegaron los asesinatos y violaciones, "fue el ataque moderno de los mongoles". Neg¨® Sch?nhuber que sean neonazis: "Somos neopatriotas. Aqu¨ª nace una nueva versi¨®n de la idea de Alemania y pod¨¦is decir que estuvisteis presentes".
A Sch?nhuber le siguieron el fundador de la DVU, Gerhard Frey, y el dirigente del NPD en Sajonia Holger Apfel. El tono com¨²n de los discursos era denunciar el intento de reducir a 30.000 las v¨ªctimas de los bombardeos de Dresde, porque "fueron 250.000", y acusar a EE UU de continuar los cr¨ªmenes de guerra, "ahora en Irak ,y pronto, tal vez en Ir¨¢n".
![Ciudadanos de Dresde se concentran frente a la ?pera en memoria de las v¨ªctimas.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/LQ2UJLZJVFWSKO3GH2FIJH67BU.jpg?auth=170aa69605a62971f1826d88f33d45949d8de92b52115bb69212e90ce10522c2&width=414)
"?Fuera nazis!"
Al grito de "?Fuera nazis de Dresde!", unos mil manifestantes de grupos denominados antifascistas insultaron y gritaron a los ultraderechistas. Fuertes contingentes policiales se situaron entre los dos grupos de manifestantes para evitar enfrentamientos. Los ultraderechistas no ten¨ªan el menor inter¨¦s en provocar conflicto porque se encuentran en la fase de disfrazarse de corderos para ganar votos y poder entrar en los parlamentos. Los antifascistas izquierdistas ten¨ªan ganas de bronca, pero eran muchos menos y la polic¨ªa estaba al quite para crear una zona vac¨ªa entre los contendientes. Los antifascistas se desga?itaban al paso de la manifestaci¨®n de la ultraderecha.
Con ritmo de cancha futbol¨ªstica, gritaban: "Vosotros hab¨¦is perdido la guerra, vosotros hab¨¦is perdido la guerra", "La noche es negra, la nieve es blanca y por todas partes el Ej¨¦rcito Rojo" y "Cada segundo, en Stalingrado, muere un soldado".
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