Uno de los cuatro vigilantes de la torre intent¨® apagar las llamas con un extintor

Los cuatro vigilantes que estaban custodiando la torre Windsor la noche del pasado s¨¢bado, cuando comenz¨® el incendio, avisaron a los bomberos en el mismo momento que comprobaron que sal¨ªa humo de uno de los despachos de la fachada sur de la planta 21?. Uno de los cuatro empleados de Prosegur intent¨® apagar el fuego con los extintores que hab¨ªa en la planta, pero la fuerte humareda le impidi¨® frenar las llamas, seg¨²n explic¨® una portavoz de la compa?¨ªa.

"Cada uno sali¨® como pudo: uno, a gatas; otro, a los cinco minutos", explica un bombero

Los bomberos partieron del parque de Santa Engracia, que est¨¢ a 1,5 kil¨®metros de la torre

Instantes antes de que el incendio fuera detectado hab¨ªa cuatro vigilantes de Prosegur para controlar el edificio. Uno de ellos estaba haciendo una ronda externa para comprobar que no hab¨ªa ning¨²n extra?o en las obras. El segundo custodiaba la entrada principal a la torre. Otro, que se encargaba de la ronda interna del inmueble, baj¨® a la sala de control, en el s¨®tano primero o planta menos uno, donde se encontraba el cuarto vigilante.

A las 23.16 del s¨¢bado, salt¨® la alarma de incendio en la sala de control. Un chivato ac¨²stico y una luz en el panel de control alertaban de que hab¨ªa humo en la planta 21, por lo que el vigilante que estaba controlando el inmueble por dentro decidi¨® subir en ascensor para comprobar visualmente si el aviso era cierto o se trataba de una falsa alarma, seg¨²n coment¨® la portavoz de la empresa de seguridad.

Cuando subi¨® el vigilante, comprob¨® que sal¨ªa humo de un despacho situado en la fachada sur del edificio. Cogi¨® su receptor de radio y avis¨® a los compa?eros con un mensaje escueto: "Bomberos". En ese momento, uno de los compa?eros que estaba en los pisos inferiores llam¨® por tel¨¦fono al 080 de los bomberos del Ayuntamiento de Madrid. En la conversaci¨®n explic¨® que se hab¨ªa producido un fuego en la planta 25 (lo que supuso un m¨ªnimo error num¨¦rico). En ese momento fueron activados los servicios de emergencia de que dispone el consistorio madrile?o. Eran las 23.21 del s¨¢bado.

La actividad, sin embargo, continuaba en la planta 21. Uno de los vigilantes intent¨® apagar el fuego que se hab¨ªa desatado en la planta con los extintores, mientras llegaban los bomberos. Le fue imposible. La fuerte humareda negra que sal¨ªa por debajo de la puerta comenz¨® a cegar a los vigilantes y a causarles problemas respiratorios, por lo que decidieron bajar y esperar la llegada de los miembros del servicio de extinci¨®n de incendios.

El primer tren de ataque del fuego parti¨® del parque de Santa Engracia, que se encuentra a 1,5 kil¨®metros de la torre siniestrada. Eso le permiti¨® llegar en cuatro minutos. Este tren estaba formado por tres camiones de bomberos. Tambi¨¦n fue alertado el jefe de guardia de los bomberos, que se desplaz¨® al lugar de los hechos, seg¨²n inform¨® un portavoz de Emergencias Madrid.

Cuando llegaron los bomberos, los vigilantes jurados estaban en la entrada del edificio con los planos del mismo para facilitar los trabajos de extinci¨®n. "Han sido unos h¨¦roes y se han jugado la vida intentando apagar las llamas", se?al¨® la portavoz de Prosegur. Los vigilantes subieron con los bomberos para indicarles el punto exacto y despu¨¦s les dejaron trabajar tranquilamente.

Los bomberos se encontraron con un fuego muy extendido y que, supuestamente, se hab¨ªa iniciado varias horas antes. As¨ª al menos lo explic¨® en la cadena SER un bombero que formaba parte del primer equipo que entr¨® en la planta 21: "En uno de los derrumbes, uno de los compa?eros perdi¨® la m¨¢scara. Entonces, con la angustia se la quit¨® al compa?ero mientras ca¨ªan los cascotes del techo. Otro le sac¨® como pudo. Al que le hab¨ªa quitado la m¨¢scara se perdi¨® por all¨ª intentando buscar la salida. La ca¨ªda de tanto material les imped¨ªa encontrar la salida. Cada uno sali¨® como pudo: uno a gatas, otro, a los cuatro o cinco minutos, que s¨®lo pudo respirar los gases calientes que hab¨ªa all¨ª".

La situaci¨®n se fue complicando cada vez m¨¢s, ya que se rompi¨® uno de los muros cortina del inmueble, lo que aviv¨® las llamaradas que arrasaban la planta: "Tuvimos que entrar a ver si hab¨ªa m¨¢s gente. Entonces entramos otro equipo de dos o tres bomberos. Hubo ya un colapso mayor de paredes y techos y ya no pudimos salir. Hubo mucho calor y las llamas ya nos hab¨ªan envuelto. Entonces lo intentamos siguiendo las cuerdas gu¨ªas para poder retroceder, pero estaban tapadas y taponadas por todo lo que hab¨ªa ca¨ªdo. Intentamos pedir auxilio por las emisoras y gracias a Dios que un compa?ero entr¨® por otra lado y ya nos pudo sacar". A partir de ah¨ª, el fuego creci¨® de forma abismal y s¨®lo qued¨® la opci¨®n de dejar que el inmueble se quemara.