Todas las batallas de la madre
La literatura africana, tan perspicaz para retratar sus sociedades, no hab¨ªa reflejado convincentemente un aspecto tan esencial como la vida de las madres: para que esa tem¨¢tica saliera a primer plano ha hecho falta que aparecieran mujeres escritoras, dispuestas a quedarse en el oficio. Los hombres hab¨ªan desbrozado con punter¨ªa los embrollos pol¨ªticos de unos pa¨ªses en constante efervescencia, pero los personajes femeninos les sal¨ªan, de un modo u otro, secundarios; salvo en casos excepcionales como Jagua Nana, la gran novela del nigeriano Emmanuel Ekwensi.
Se publica ahora en Espa?a una novela nigeriana de 1979, fundamental en la narrativa africana y, desde luego, en la realizada por mujeres. Las delicias de la maternidad es todo un acierto, tanto en estructura como en estilo, de Buchi Emecheta (Lagos, 1944), que cuenta con obra amplia. Emecheta, desde luego, sabe de lo que habla en esta novela: de etnia ibo, como su protagonista Nnu Ego, la escritora ha tenido cinco hijos, la vida la ha llevado a vivir en una cultura distinta (la brit¨¢nica) y el divorcio le hizo buscarse los garbanzos, el oficio y la libertad. Literariamente, Emecheta es hija de precursoras como Flora Nwapa, ya fallecida, autora de un relato fundacional, Efune (1966).
LAS DELICIAS DE LA MATERNIDAD
Buchi Emecheta
Traducci¨®n de Maya G. Vinuesa
Zanz¨ªbar. Madrid 2004
333 p¨¢ginas. 17,50 euros
La maternidad de Nnu Ego
tiene sus alegr¨ªas, pero lo que la novela revela minuciosamente es el precio, la hipoteca que pende sobre la vida de tantas mujeres que se ven obligadas a perseguir ser madres (y madres de varones, porque las hijas son una carga hasta que llega su dote y ellas se van a casa del marido) como ¨²nico medio de conquistar una identidad en el seno de su comunidad.
Pero Emecheta no plasma una historia lacrim¨®gena, ni siquiera un melodrama. Su estilo, para quien conozca ?frica, es justamente el tono en que las mujeres africanas cuentan su vida: objetividad, desapego en la superficie, no importa qu¨¦ atrocidad o humorada relaten; as¨ª el oyente, el lector, se ver¨¢ empujado a sacar sus propias conclusiones. En la novela de Emecheta suceden un mill¨®n de cosas y, como les suceden a muchos personajes, nunca hay un punto de vista predominante, ni siquiera el de Nnu Ego: leyendo est¨¢s entrando y saliendo continuamente de la conciencia de alguien, y nunca dejas de al tiempo ver lo que sucede desde fuera.
Esta magn¨ªfica cr¨®nica de las guerras ¨ªntimas de las africanas permite de paso al lector europeo percatarse de cu¨¢nta mala literatura con buenas intenciones se produce sobre mujeres en los pa¨ªses ricos: es todo un g¨¦nero, una industria, pero ejemplos como Emecheta sacan los colores.
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