La energ¨ªa indomable de las vanguardias
Varias exposiciones reconstruyen distintos episodios del arte de principios del siglo XX
A finales del siglo XIX y en distintos lugares de Europa, una serie de artistas ensayaron una nueva mirada sobre su oficio inspirada en el af¨¢n de cambio y ruptura que se hab¨ªa desencadenado con la modernidad.
A finales del siglo XIX y en distintos lugares de Europa, una serie de artistas ensayaron una nueva mirada sobre su oficio inspirada en el af¨¢n de cambio y ruptura que se hab¨ªa desencadenado con la modernidad. A principios del siglo XX, gracias a las llamadas vanguardias, la radicalidad de las propuestas fue a¨²n mayor. Cada nuevo movimiento nac¨ªa para negar al anterior y para reinventar el lenguaje de las artes. Artistas y movimientos, corrientes de pensamiento, escritores, arquitectos y dise?adores e, incluso, las propias ciudades se vieron sacudidas por la fuerza bruta de un esp¨ªritu que pretend¨ªa un cambio total. Hubo de todo. Strindberg, cuya obra pl¨¢stica se exhibe ahora en la Tate Modern al tiempo que se reestrena alguno de sus t¨ªtulos m¨¢s emblem¨¢ticos en Londres, estuvo atravesado por hondas contradicciones en su af¨¢n de conquistar nuevas fronteras. Lo mismo pas¨® con Munch, que en sus obras atrap¨® las convulsiones de un final de ¨¦poca, y de quien se exhiben en Estocolmo sus inquietantes autorretratos.
Pero hubo tambi¨¦n cambios que llegaron de la mano de los nuevos recursos t¨¦cnicos. La c¨¢mara fotogr¨¢fica fue una gran tentaci¨®n para muchos de los artistas de entonces, y algunos, como Brancusi, la utilizaron para volcar de otra manera sus personal¨ªsimos rasgos expresivos. Las im¨¢genes del gran renovador de la escultura, que recuper¨® la energ¨ªa del arte primitivo para conectarla con el v¨¦rtigo de su tiempo, pueden verse en el Guggenheim de Venecia.
En el Reina Sof¨ªa, es la trayectoria de un fot¨®grafo, Alfred Stieglitz, la que sirve de hilo conductor para contar la historia de Nueva York entre 1905 y 1930. Todav¨ªa entonces no era la gran capital art¨ªstica en la que se convirti¨® despu¨¦s, pero las obras de grandes figuras de la escena europea -Rodin, Matisse, Picasso, Braque, Severini, el propio Brancusi...- se exhib¨ªan all¨ª gracias a las iniciativas de este fot¨®grafo y de su c¨ªrculo de amigos (Georgia O'Keeffe, Edward Steichen, Marius de Zayas...) que con sus piezas reinventaban al otro lado del Atl¨¢ntico el lenguaje del arte. Como lo estaban haciendo en Europa los surrealistas, y que hoy se puede ver en la muestra que les dedica el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona.
Babelia
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