La Europa negra y la Constituci¨®n
En nuestras sociedades de la falsedad medi¨¢tica y de la mentira p¨²blica el discurso dominante es la contrafigura de lo que realmente est¨¢ sucediendo. Las pr¨¦dicas sobre la ¨¦tica econ¨®mica y civil tienen como principal prop¨®sito el justificar las pr¨¢cticas de corrupci¨®n y crimen en aquello que m¨¢s importa: ganar dinero. Las actividades mafiosas no s¨®lo son cada d¨ªa m¨¢s numerosas y productivas, sino que su penetraci¨®n en la econom¨ªa legal ha borrado la frontera entre vida econ¨®mica legal y delictiva. El llamado producto criminal bruto se acerca al bill¨®n de d¨®lares anuales, que representa casi el 20% del comercio mundial con un volumen de dep¨®sitos en para¨ªsos fiscales que supera los cinco billones de d¨®lares de los que son titulares casi tres millones de sociedades-fantasma. Esta situaci¨®n es consecuencia de la financiarizaci¨®n de la econom¨ªa que ha deglutido la casi totalidad de los procesos econ¨®micos reales y ha instalado la especulaci¨®n en el cogollo mismo del beneficio; as¨ª como de la desregulaci¨®n de la vida financiera y de la estructura instrumental para hacerla posible. Muy en primer lugar los para¨ªsos fiscales y una nueva modalidad de instituciones financieras destinadas a facilitar el movimiento de capitales de manera casi instant¨¢nea y con absoluta confidencialidad: las c¨¢maras de compensaci¨®n. De los m¨¢s de 30 para¨ªsos fiscales que existen en el mundo, 10 est¨¢n situados en la UE: Isla de Man, Isla de Jersey, Andorra, Gibraltar, Luxemburgo, M¨®naco, San Marino, Liechtenstein, Malta y Chipre; sin que el tratado constitucional aluda en modo alguno, no ya a ellos, sino a las condiciones que har¨ªan imposible o m¨¢s dif¨ªcil su funcionamiento.
Lo que no es por desconocimiento puesto que en el Parlamento Europeo el intergrupo Impuestos sobre el Capital, Fiscalidad y Mundializaci¨®n, movilizado por el diputado socialista franc¨¦s Harlem Desir propuso que se crease un Comit¨¦ de investigaci¨®n sobre este tema centr¨¢ndolo en las actividades de la sociedad luxemburguesa Clearstream. Transmitida la propuesta a la comisi¨®n europea, el comisario Bolkenstein, ahora famoso por su acci¨®n en favor de la privatizaci¨®n de los servicios p¨²blicos, contest¨® que no hab¨ªa lugar. Y las cosas siguieron igual. El tema de la delincuencia financiera y de la funci¨®n esencial de los para¨ªsos fiscales ha sido objeto de m¨²ltiples intervenciones para ponerle fin. Sin ¨¦xito. Peter Reuters y Edwin Truman en su libro Chasing Dirty Money: The Fight Against Money Laundering muestran que con los medios de que se dispone en los EE UU es inevitable que escapen a la justicia m¨¢s de 95% de las operaciones de dinero negro. Entre otras cosas por la creciente ineficacia del Grupo Acci¨®n Financiera (GAFI) creado en 1989 para luchar contra el blanqueo que estableci¨® en el a?o 2000 una lista de 20 pa¨ªses reprobables en la que ya s¨®lo quedan tres -¨²ltimamente han rescatado nada menos que a Indonesia y Filipinas-. Menci¨®n especial en esta lucha merece el periodista franc¨¦s Denis Robert con sus dos libros Revelations y La Boite Noire y sus dos documentales Les disimulateurs y L?affaire Clearstream raccont¨¦e a un ouvrier de Daewoo, dedicados a desmontar la trama de la caja de compensaci¨®n luxemburguesa, que le han valido 32 procesos por difamaci¨®n, todos menos uno ganados por ¨¦l. Pero los denunciados -Clearstream, el banco ruso Menatep de Jodorkovski, hoy en la c¨¢rcel y la Sociedad General de Luxemburgo -no renuncian a la revancha y frente a ellos ?qu¨¦ puede un periodista solitario aunque gane todos los pleitos? Las Declaraciones de que disponemos Contra la Corrupci¨®n Financiera y los Para¨ªsos Fiscales: El llamamiento de Ginebra (1996), El Corpus Juris Europeo (1997), El Tratado de Palermo (2000) y La Declaraci¨®n de Par¨ªs (2003) son claramente insuficientes. El Tratado Constitucional al referirse en el Art. III-271 a los campos de la criminalidad cita entre muchos otros el blanqueo de dinero pero al abordar en el Art. III-233 las tareas de Eurojust omite toda referencia a este ¨¢mbito. ?Por qu¨¦ no haber incluido una Fiscal¨ªa europea para el fraude fiscal, que asumiera el control p¨²blico de las C¨¢maras de Compensaci¨®n y prohibiera a los bancos aceptar fondos procedentes de para¨ªsos fiscales? Y ?por qu¨¦ con los millones de palabras dedicadas estas semanas al Tratado nadie ha hablado una sola vez de c¨®mo acabar con todas estas tramas oscuras?
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