Bush, en Europa
Europa, en concreto las instituciones de la UE, es el destino que significativamente ha escogido George W. Bush para su primera salida al exterior en su segundo mandato. No se trata de un destino geogr¨¢fico, sino pol¨ªtico. Tras la profunda brecha creada por la invasi¨®n de Irak en las relaciones transatl¨¢nticas y al interior de la propia Europa, el presidente de EE UU llega ma?ana con tono conciliador a Bruselas, donde mantendr¨¢ el martes una cumbre con sus hom¨®logos en la OTAN y otra con los 25 miembros de la UE. Esta reuni¨®n, junto al encuentro con la troika comunitaria, es una primicia hist¨®rica que revela la importancia institucional que ha adquirido la UE. Las relaciones transatl¨¢nticas ya no pueden limitarse a una OTAN globalizada en su alcance, pero que ha dejado de ser el lugar donde europeos y americanos debaten y coordinan sus estrategias, como ha recordado el canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der.
El tono ha cambiado. Falta que se traduzca en hechos. Europa necesita a Estados Unidos para muchas cosas, y tambi¨¦n EE UU a Europa. Hay un terreno de encuentro evidente si, como reclaman M¨ªster PESC, Javier Solana, y otros, las dos partes dejan a un lado sus diferencias ideol¨®gicas y de valores -que son profundas, pues emanan de sus propias sociedades-, y se concentran sobre una agenda concreta y candente: encarrilar el proceso de paz entre israel¨ªes y palestinos; apoyar los esfuerzos diplom¨¢ticos europeos para evitar que Ir¨¢n se haga con el arma nuclear; contribuir al objetivo com¨²n de estabilizar Irak despu¨¦s de sus primeras elecciones, sin que ello obligue a compartir los puntos de vista sobre la guerra, y consensuar la reforma de la ONU para que pueda servir como escenario e instrumento eficaz del multilateralismo. Las bases de una cierta reconciliaci¨®n transatl¨¢ntica pasan, por tanto, no s¨®lo por Bruselas y una cooperaci¨®n m¨¢s estrecha en la lucha antiterrorista, sino tambi¨¦n por Teher¨¢n, Bagdad, Jerusal¨¦n y Nueva York, o por Kioto, si Bush se decide a hacer un gesto constructivo contra la contaminaci¨®n medioambiental.
La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, prepar¨® bien el terreno de esta agenda com¨²n para EE UU y Europa en su gira de hace dos semanas por varias capitales europeas. El levantamiento del castigo de la Casa Blanca al presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, quedar¨¢ patente en su cena con Bush ma?ana en Bruselas; con Schr?der, el mi¨¦rcoles en Berl¨ªn, e incluso con Putin, el jueves en Bratislava. ?Y con Espa?a? Ser¨ªa absurdo que no se fuera produciendo un deshielo entre Bush y el jefe del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, sin renunciar cada uno a sus principios. Espa?a es Europa y, pese a que los sectores m¨¢s conservadores se muestren contrarios, Bush ha de demostrar estos d¨ªas con hechos y no meramente con palabras que no s¨®lo estar¨¢ en Europa, sino tambi¨¦n con Europa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.