Chipre, costa del desenga?o
Miles de europeos pueden perder sus casas tur¨ªsticas en la zona turca de la isla ante las denuncias de los antiguos due?os grecochipriotas
"Villas Otelo. Disfrute de la virginal costa del norte de Chipre, entre Famagusta y Karpasia. Lujosos chal¨¦s a escasos minutos de la playa a partir de 85.000 libras esterlinas (125.000 euros). UK Cyprus Ltd". Atra¨ªdos por las expectativas de normalizaci¨®n de Chipre despertadas tras el refer¨¦ndum de reunificaci¨®n organizado por la ONU el 24 de abril del a?o pasado, miles de europeos, brit¨¢nicos en su mayor¨ªa, han adquirido residencias tur¨ªsticas en el litoral turcochipriota, que pasaba por ser uno de los mejor salvaguardados del Mediterr¨¢neo. Ahora est¨¢ jalonado de carteles con ofertas inmobiliarias.
Las sucesivas reclamaciones legales de los antiguos propietarios grecochipriotas se han estrellado ante las siniestras alambradas de la l¨ªnea verde. El conflicto interno que estall¨® entre las comunidades griega (800.000 personas) y turca (200.000) poco despu¨¦s de que Chipre se independizara del Reino Unido en 1960 culmin¨® hace 30 a?os con la ocupaci¨®n militar turca del norte del territorio y la partici¨®n de la isla. M¨¢s de 200.000 grecochipriotas tuvieron que huir entonces hacia el sur, a la Rep¨²blica de Chipre, miembro de pleno derecho de la Uni¨®n Europea desde el 1 de mayo de 2004.
"La explotaci¨®n de las propiedades pertenecientes a los grecochipriotas expulsados es ilegal, y sus leg¨ªtimos titulares tienen derecho a recuperarlas", advert¨ªa ayer en el sur de Nicosia Kypros Chrystomides, portavoz del Gobierno de la Rep¨²blica de Chipre. El llamado caso Orams, que est¨¢ a punto de ser sentenciado en firme por el Tribunal Supremo grecochipriota, va a sentar un precedente de consecuencias impredecibles para los m¨¢s de cerca de 10.000 extranjeros (entre ellos 6.000 brit¨¢nicos), seg¨²n datos de la C¨¢mara de Comercio turcochipriota, que han adquirido propiedades en el norte de la isla en los ¨²ltimos a?os.
El tribunal civil de primera instancia grecochipriota ya fall¨® el pasado noviembre en contra de David y Linda Orams, un matrimonio brit¨¢nico pr¨®ximo a la jubilaci¨®n que pensaba en retirarse en el soleado norte de Chipre. Los Orams fueron condenados a demoler el chal¨¦ que construyeron y a entregar la propiedad de la tierra al grecochipriota que les demand¨®, Melitis Apostolides, cuya familia a¨²n posee las escrituras originales.
De acuerdo con los datos de la Asociaci¨®n para la Protecci¨®n de los Derechos Humanos grecochiopriota, el 82% de los bienes inmuebles del norte de la isla estaba registrado a nombre de grecohipriotas en 1964, una proporci¨®n que se mantuvo invariable hasta la invasi¨®n turca, diez a?os m¨¢s tarde.
Advertencia brit¨¢nica
El semanario brit¨¢nico The Observer, cuyas investigaciones motivaron una advertencia del Ministerio de Exteriores del Reino Unido sobre el riesgo potencial de adquirir propiedades en el norte de Chipre, aseguraba en su ¨²ltima edici¨®n que el abogado del reclamante grecochipriota en el caso caso Orams iba a hacer efectiva la sentencia, ante la justicia brit¨¢nica en cuanto se produzca el fallo del Supremo en Nicosia.
"Exigimos que se detenga esta explotaci¨®n antes de reanudar las negociaciones sobre el plan de la ONU. Hay que tomar medidas urgentes contra la usurpaci¨®n de propiedades", advierte el portavoz del Gobierno grecochipriota. "Los especuladores est¨¢n enga?ando a los europeos, pero los compradores deben saber que cometen una ilegalidad". En el norte de la capital de Chipre, al otro lado de la l¨ªnea verde patrullada por los cascos azules de Naciones Unidas, el primer ministro turcochipriota, Mehmet Al¨ª Talat, que el domingo revalid¨® su cargo en las elecciones legislativas, aseguraba que "la tierra s¨®lo es dinero".
Los responsables de su Administraci¨®n sostienen que los turcochipriotas tuvieron que abandonar entre 1963 y 1964 m¨¢s de un centenar de poblaciones a causa de los conflictos de la isla, y que miles de miembros de esta comunidad dejaron atr¨¢s sus propiedades en el sur tras la partici¨®n de 1974. "Al final, se trata de una cuesti¨®n econ¨®mica. El plan de la ONU dedicaba la mitad de sus 9.000 p¨¢ginas a regular la cuesti¨®n de la compensaci¨®n de propiedades. Los turcochipriotas votamos a favor del s¨ª en el refer¨¦ndum, pero los grecochipriotas lo rechazaron. No es culpa nuestra si ahora no se aplica", zanja la cuesti¨®n Talat.
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