Denuncia del neocolonialismo

Desde que debutara en el largometraje, all¨¢ por 1966, con La hora de los hornos, sin duda alguna el documental m¨¢s influyente de la historia del cine en Latinoam¨¦rica, Fernando E. Solanas ha ido construyendo una filmograf¨ªa en la que el empe?o de denuncia se mezcla con su propia vida como militante social, primero, y como representante electo en el Congreso, despu¨¦s: un referente ¨¦tico en un pa¨ªs en el que no abundan. Desde su regreso del exilio espa?ol y franc¨¦s, en el que permaneci¨® largos a?os, Solanas ha ido ensombreciendo su cine, que del homenaje a las clases subalternas (Los hijos de Fierro, terminada en Espa?a; Sur) ha regresado limpiamente a la denuncia airada de un pa¨ªs y de un modelo econ¨®mico que no funcionan.

Eso era La nube, pel¨ªcula premiada en medio mundo y que aqu¨ª no hemos visto; y eso vuelve a ser Memoria del saqueo. Dividida en diez cap¨ªtulos, con una decidida voluntad pedag¨®gica y un tono de incontenible ira porque lo que puso de manifiesto hace casi 40 a?os, la dependencia neocolonial en que se hallaba Argentina, y con ella, toda Am¨¦rica Latina, no s¨®lo no se haya modificado, sino que se ha profundizado en un proceso imparable de corrupci¨®n pol¨ªtica y cleptocracia desembozada, el filme es un repaso sin paliativos a las pol¨ªticas antipopulares (que Solanas no duda en catalogar como "genocidio") y a la incapacidad de la clase pol¨ªtica argentina para enfocar los problemas del pa¨ªs en una direcci¨®n no ya progresista, sino sencillamente honesta y decente.

Es una pel¨ªcula de una crudeza ejemplar, de una claridad meridiana; un filme que jam¨¢s oculta desde d¨®nde est¨¢ contando, desde los intereses de las clases populares.