Un ¨¢rea con azores y tejones
Los barceloneses la contemplan con la familiaridad que proporcionan los paseos de las ma?anas de domingo soleadas. Pero en esta monta?a la sensaci¨®n de proximidad no est¨¢ exenta de misterio. En las vertientes que rodean al Tibidabo viven una serie de especies que acostumbran a pasar muy desapercibidas para el visitante. Y es que Collserola conserva todav¨ªa unos niveles apreciables de biodiversidad, a pesar de su localizaci¨®n.
Las aves rapaces, por ejemplo, son m¨¢s abundantes de lo que parece a simple vista. En Collserola vive un predador tan emblem¨¢tico como el azor, un ave cazadora de mirada penetrante que puede llegar a medir 120 cent¨ªmetros de envergadura y se mueve con soltura en los bosques m¨¢s espesos. Est¨¢ especializado en la captura de mirlos y otras aves de tama?o mediano, y puede llegar a abatir a un animal tan grande como una liebre. Su presencia es un indicador de la calidad que todav¨ªa conserva el h¨¢bitat, algo que tambi¨¦n corroboran los gavilanes ratoneros y cern¨ªcalos que viven habitualmente en el parque. Estas rapaces protagonizan emocionantes lances de caza en las vertientes del Tibidabo, entre los bosques y los tendidos el¨¦ctricos, por encima de carreteras y de pinares, de campos y de casitas dispersas. Su silueta evocadora se recorta contra el cielo sin que la mayor¨ªa de las personas que acuden a pasear al perro o a montar en bicicleta se percaten de su presencia.
La lista de depredadores y peque?os carn¨ªvoros es amplia e incluye a ginetas, zorros, gardu?as y tejones. Son animales tan atractivos como dif¨ªciles de ver para un profano. Sus h¨¢bitos son nocturnos, y sus costumbres, muy discretas. Algo parecido pasa con el jabal¨ª. Su poblaci¨®n parece bastante numerosa y ocasionalmente entra en algunos barrios y calles asfaltadas de la gran ciudad. El contacto con los humanos les hace comportarse cada vez m¨¢s como sus parientes dom¨¦sticos. A veces es posible verlos pastar apaciblemente, sin apenas inmutarse, al lado de la carretera que sube desde Sarri¨¢ al Tibidabo.
Bosque no les falta a los jabal¨ªes. De la encina al roble, del lentisco al helecho, Collserola es una peque?a representaci¨®n de los ecosistemas del centro y el sur de Europa.
Pero toda esta riqueza natural est¨¢ amenazada. El aislamiento de estas monta?as es uno de los principales problemas. La fragmentaci¨®n del h¨¢bitat puede ocasionar el desplome de las poblaciones de los seres vivos m¨¢s sensibles, como ha ocurrido en otras zonas.
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