Entre el 'plan Ibarretxe' y el 'efecto ZP'
Todos los partidos vascos han tenido que modificar sus estrategias electorales de hace cuatro a?os
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Las elecciones del 17 de abril presentan un perfil muy distinto a las de hace cuatro a?os, marcadas por la confrontaci¨®n entre los bloques nacionalista, PNV-EA con el apoyo de EB-IU, y nacional, PP y PSE. En esta ocasi¨®n, el plan Ibarretxe, rechazado por el Congreso el 1 de febrero tras su aprobaci¨®n en el Parlamento vasco y presentado como un icono por el PNV-EA, por un lado, y el efecto Zapatero en la sociedad vasca, por otro, ser¨¢n los nuevos motores de la contienda. La consecuencia es un cambio general de estrategias.
Al finalizar el debate en el Congreso sobre el plan Ibarretxe, un dirigente del PNV, asistente a la sesi¨®n, confes¨® a otro dirigente del PSE que el discurso dialogante de Zapatero con Ibarretxe y el comportamiento general de la C¨¢mara "hab¨ªan destrozado la estrategia del lehendakari". Se refer¨ªa a que esa nueva actitud hab¨ªa impedido desplegar a Ibarretxe la estrategia victimista que tan buenos resultados electorales le acarre¨® hace cuatro a?os, cuando tuvo enfrente una pol¨ªtica cerrada al di¨¢logo por parte del Gobierno Aznar.
Zapatero y el secretario general del PSE, Patxi L¨®pez, estiman que el electorado vasco quiere mayoritariamente soluciones dialogadas. Creen que si hace cuatro a?os la percepci¨®n existente en Euskadi era que el obst¨¢culo estaba en Aznar, ahora se empieza a percibir que el problema radica en el empecinamiento de Ibarretxe en sacar adelante su plan soberanista.
Por contraste, Zapatero insiste en sus discursos vascos en el di¨¢logo entre todos los partidos democr¨¢ticos para buscar un encaje para Euskadi en Espa?a, con m¨¢s autogobierno. Este discurso, estima el PSE, est¨¢ calando en Euskadi, e interpreta que por ello es Zapatero el presidente del Gobierno central m¨¢s valorado en esta comunidad en la historia. El PSE quiere aprovechar el efecto Zapatero en Euskadi y ya le ha programado cinco m¨ªtines antes de las elecciones.
Estrategia victimista
Para evitar que Ibarretxe desarrolle su estrategia victimista, el PSE va a huir de la confrontaci¨®n Madrid-Euskadi, que ha sido el terreno propicio en que se ha movido el nacionalismo, y trasladar¨¢ la sede del conflicto a la propia Euskadi.
Con esta estrategia vasquista, Zapatero y L¨®pez pretenden poner en evidencia a Ibarretxe, que "pide la negociaci¨®n de su plan con el Gobierno Zapatero y la niega en Euskadi". Con ella, la Moncloa y el PSE tratan de que la abultada cifra de electores que vota socialista en Euskadi en las elecciones generales y nacionalista en las auton¨®micas les sea fiel y mantenga el voto el 17 de abril.
A esa estrategia vasquista del PSE vienen en ayuda nuevos hechos, como el compromiso del ex dirigente alav¨¦s del PNV Emilio Guevara, que encabeza la lista del PSE por esa provincia. O que en Aldaketa (la plataforma por el cambio) militen ex dirigentes del PNV, como Joseba Arregui, ex portavoz del Gobierno vasco, y Jos¨¦ ?ngel Cuerda, prestigioso ex alcalde de Vitoria.
No obstante, Ibarretxe y el PNV intentar¨¢n explotar el victimismo por el rechazo que ha sufrido su plan soberanista en el Congreso e identificar¨¢n a Zapatero con Aznar, aunque con menos convicci¨®n que hace cuatro a?os, ante la oferta de nuevo Estatuto y de di¨¢logo en Euskadi propuestos por Zapatero y L¨®pez. Esta posici¨®n est¨¢ haciendo mella en el PNV, donde se manifiestan de forma progresiva dos estrategias diferenciadas, la del lehendakari Ibarretxe y la del presidente del PNV, Josu Jon Imaz.
As¨ª, mientras Imaz ha hecho una ferviente defensa de la Constituci¨®n europea en la campa?a del 20 de febrero, Ibarretxe se ha mantenido al margen. Lo que se corresponde con la divisi¨®n de este partido ante el Tratado europea, en la que el s¨ª gan¨® por tan s¨®lo 26 votos frente a 20.
Pero el lehendakari e Imaz tampoco hablan igual del plan Ibarretxe. Mientras ¨¦ste defiende el plan como un texto innegociable en su faceta soberanista, Imaz, adem¨¢s de negar que sea soberanista, lo interpreta como un proceso de acumulaci¨®n de fuerzas para lograr una negociaci¨®n con el Gobierno central favorable al nacionalismo.
Imaz, en su intervenci¨®n en Madrid el nueve de febrero, precis¨® que sus pretensiones no eran las maximalistas del soberanismo de Ibarretxe. Propuso una reforma del Estatuto con garant¨ªas para Euskadi, de modo que el Gobierno central no pudiera actuar unilateralmente en la aplicaci¨®n de leyes de bases o en la interpretaci¨®n de las sentencias del Tribunal Constitucional.
Desalojar al PNV
Tras la actitud de Ibarretxe e Imaz se apuntan dos estrategias: la primera ser¨ªa la de repetir el actual pacto de signo nacionalista, de 1998 a 2005, y la segunda reeditar el pacto transversal entre nacionalistas y socialistas que funcion¨® de 1987 a 1998.
Pero el PSE apuesta de forma decidida por desalojar al PNV del Gobierno vasco. Patxi L¨®pez asegura que se ha acabado la etapa de los gobiernos de coalici¨®n entre nacionalistas y socialistas en los que el PSE jugaba un papel subalterno. "El PSE s¨®lo gobernar¨¢ si tiene la presidencia del Gobierno vasco, y lo har¨¢ en solitario, con pactos puntuales, siguiendo el modelo de Zapatero y el de los alcaldes de Vitoria y San Sebasti¨¢n". L¨®pez incidir¨¢ en ello en la campa?a, a la par que ofrecer¨¢ un acuerdo entre todos los partidos para reformar el Estatuto. Zapatero, a su vez, insistir¨¢ en esta ¨²ltima cuesti¨®n.
La defensa del PSE de su autonom¨ªa provoca en el PP el temor de que acabe pactando con el PNV y desaproveche la prima electoral que tiene en Euskadi el partido que gobierna en Madrid. De ah¨ª que su campa?a se centre, adem¨¢s de en atacar el plan Ibarretxe, en advertir al PSE que no pacte con el nacionalismo.
La Batasuna ilegalizada tambi¨¦n plantea la batalla de forma distinta a hace cuatro a?os. Pretende retener su electorado, por el voto nulo o la lista blanca, para que no se vaya al PNV o a EB-IU. Su batalla se centrar¨¢ en atacar al PNV y al partido de Madrazo. Este partido, que puede perder votos a favor del PSE, pretende compensarlo por la v¨ªa de la Batasuna ilegalizada.
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