Qu¨¦ y cu¨¢nto consumen los emigrantes
Conocer lo que est¨¢ ocurriendo con nuestra inmigraci¨®n, no s¨®lo en cuanto al reconocimiento de sus derechos y condiciones de vida, sino tambi¨¦n y muy especialmente en su impacto sobre nuestro porvenir, es una necesidad inaplazable.
A este cap¨ªtulo pertenece la indagaci¨®n de la magnitud y peculiaridades del acceso de los inmigrantes al mundo espa?ol del consumo. La indagaci¨®n de la magnitud, porque repercute sobre el equilibrio de nuestro PIB y afecta a la salud econ¨®mica. De las peculiaridades, porque marcan l¨ªneas de especial desarrollo para mercados espec¨ªficos.
Esto ¨²ltimo ya est¨¢ siendo objeto de particular atenci¨®n en los sectores interesados. Se ha divulgado, por ejemplo, el dato de que los inmigrantes gastan en telecomunicaciones 48 euros por persona y mes, frente a 19 gastados por los espa?oles . Pero esto, traducido a cifras anuales y a valores agregados, representa una inyecci¨®n de unos 1.500 millones de euros en ese concreto mercado. Una cantidad, por cierto, nada despreciable, generadora ¨²ltimamente de saneamiento de cuentas y puestos de trabajo.
"Destinan unos 1.500 millones de euros a productos y servicios de telecomunicaci¨®n y entre 3.500 y 4.000 millones a la compra de alimentos"
El sector de la alimentaci¨®n no ha ignorado tampoco al inmigrante. Un estudio de la Consultora A. C. Nielsen, publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n, ha hecho ver que el consumo alimentario de los inmigrantes no se diferencia demasiado del de los espa?oles, principalmente porque tienden a adaptarse sustancialmente a la cocina local, pero tambi¨¦n porque los espa?oles se van iniciando en el consumo de productos espec¨ªficos de los pa¨ªses de origen de nuestras migraciones (vg., papaya, yuca, aguacates, formas de ma¨ªz, salsas y especias...), que empiezan a ofrecerse en nuestros supermercados y grandes superficies por causa de aqu¨¦llas.
?Pero qu¨¦ significa en euros este acceso de los inmigrantes a nuestro mercado alimentario? El estudio de A. C. Nielsen no ha entrado en el tema. Pero puede construirse una estimaci¨®n, aunque sea un tanto tosca, extrapolando al total de los inmigrantes la informaci¨®n obtenida en estudios monogr¨¢ficos realizados en el Instituto de Estudios sobre Migraciones de la Universidad Comillas, de Madrid, sobre el consumo de hogar de colombianos, ecuatorianos y marroqu¨ªes.
Seg¨²n esta extrapolaci¨®n, los inmigrantes gastar¨ªan en alimentaci¨®n entre 3.500 y 4.000 millones de euros anuales. Y la validez de esta extrapolaci¨®n tendr¨ªa su fundamento principal en que esos datos sobre consumo de hogar, obtenidos por separado para los tres colectivos de mayor presencia en Espa?a, presentan en su cuant¨ªa y estructura una llamativa similitud a pesar de las notables diferencias culturales que separan a los tres grupos. Lo cual sugerir¨ªa que el monto y distribuci¨®n de las cantidades (para vivienda, alimentaci¨®n, ocio, etc.) invertidas por los inmigrantes en su vida cotidiana se funda en caracter¨ªsticas generales de lo que les es dado hacer en Espa?a a quienes inmigraron, vengan de donde vinieren. Sea lo que sea, se trata nuevamente de una inyecci¨®n de efectivo (m¨¢s de 3.500 millones de euros) que no puede dejar de movilizar este sector y de hacerse notar en el componente de demanda del PIB.
Es curioso advertir, a prop¨®sito de ello, que los ecuatorianos ser¨ªan los m¨¢s frugales en su comer, as¨ª como los marroqu¨ªes los m¨¢s ahorrativos en cuanto a vivienda. Porque el de la vivienda es otro cap¨ªtulo que merecer¨ªa tenerse en cuenta, dado que representa para los inmigrantes su gasto mayor, y para los nativos, la mayor fuente de los ingresos obtenidos de quienes vinieron: unos 6.000 millones anuales de euros.
Y seguro que no nos equivocar¨ªamos mucho si pens¨¢ramos que en otras comunidades aut¨®nomas puede estar ocurriendo algo parecido a lo hallado en un estudio sobre las viviendas de los inmigrados realizado en la de Valencia: que el acceso de muchos inmigrantes a las casas de mayor antig¨¹edad y menor calidad est¨¢ financiando, v¨ªa pago de alquileres no esperables sin la inmigraci¨®n, el traslado de los propietarios de las viejas a otras nuevas y mejores. En todo caso esos 6.000 millones anuales que inyectar¨ªan los inmigrantes en nuestro mercado de la vivienda no ser¨ªan una cifra merecedora de desatenderse.
No es extra?o en esta situaci¨®n que la banca haya editado manuales de uso de sus servicios para los distintos colectivos de inmigrantes. Pero hasta ahora no se han publicado datos sobre lo que ella obtiene de prestarlos. Que dado que los salarios de los inmigrantes mueven en salarios anuales m¨¢s de 18.000 millones de euros no ser¨¢, desde luego, ninguna peque?ez.
Andr¨¦s Tornos Cubillo es profesor em¨¦rito e investigador del Instituto de Estudios sobre Migraciones de la Universidad Pontificia de Comillas.
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