La revoluci¨®n, segunda parte

"Los estadounidenses creyeron que Askar Ak¨¢yev era el Thomas Jefferson de Asia Central, pero result¨® un estudiante hambriento". La ex embajadora de Kirguizist¨¢n en EE UU y en el Reino Unido, Roza Atunb¨¢yeva, describe as¨ª la evoluci¨®n del presidente de su pa¨ªs, un doctor en F¨ªsica que en 1991 era el abanderado de la democracia en un entorno de d¨¦spotas. Atunb¨¢yeva, hoy uno de los l¨ªderes de la oposici¨®n, quiso competir en los comicios de ayer, pero su candidatura fue anulada y en el mismo distrito apareci¨® otra candidata, Bermet Ak¨¢yev, hija del presidente.

Estados Unidos y los miembros de la coalici¨®n antiterrorista tienen una base militar en Kirguizist¨¢n y han apoyado financieramente a Ak¨¢yev. Esto no impide, seg¨²n Atunb¨¢yeva, que el presidente, por v¨ªa indirecta, intente ahora asustar a sus paisanos, presentando a la oposici¨®n como un instrumento de intereses extranjeros.

En Georgia, Atunb¨¢yeva vio la Revoluci¨®n de las Rosas, y ahora cree estar "ante la segunda parte de una revoluci¨®n. La primera fue la ca¨ªda del imperio sovi¨¦tico y ahora se acaba otra etapa. Quieran o no, los r¨¦gimenes como el de Ak¨¢yev o el de Nursult¨¢n Nazarb¨¢yev, en Kazajst¨¢n van a cambiar. Primero echamos a los representantes del totalitarismo y ahora echamos a los imitadores de la democracia", dec¨ªa Atunb¨¢yeva a EL PA?S en Mosc¨². Roza vino a decir a la ¨¦lite rusa que "los acontecimientos en Ucrania exigen mirar m¨¢s all¨¢ de los r¨¦gimenes obsoletos y darse cuenta de cu¨¢l es el espectro pol¨ªtico y la oposici¨®n contra ellos".