China pone a EE UU a la defensiva
Pek¨ªn hace valer su peso e inquieta con su rearme a Washington y Tokio
La emergencia de China en la esfera internacional, con una defensa cada d¨ªa m¨¢s activa de sus intereses, impone a Estados Unidos un cambio de estrategia geopol¨ªtica que modifica las relaciones que mantiene con sus aliados. La Uni¨®n Europea, a instancias de Francia, se apresta a levantar el embargo de armas a Pek¨ªn, con la clara oposici¨®n de Washington. La medida no es m¨¢s que la punta del iceberg que se esconde en aguas del Atl¨¢ntico y que, en aras del multilateralismo que defienden Jacques Chirac y Hu Jintao, amenaza con enfriar las relaciones transatl¨¢nticas. Por el contrario, la decisi¨®n de Jap¨®n de cooperar con Estados Unidos en la defensa de la seguridad de Taiwan ha estrechado las relaciones a trav¨¦s del Pac¨ªfico y levantado ampollas en Pek¨ªn.
Si la UE levanta el embargo de armas, "ser¨¢ un acto de hostilidad hacia EE UU"
Escaldados por la pol¨ªtica belicista y arrogante de George W. Bush, los Gobiernos europeos parecen decididos a jugar la carta china para evitar que Estados Unidos siga siendo la ¨²nica superpotencia. Mientras tanto, expertos y analistas internacionales sostienen que lo m¨¢s urgente es frenar la creciente rivalidad entre Pek¨ªn y Tokio -Junichiro Koizumi se dispone a cambiar el art¨ªculo noveno de la Constituci¨®n, por el que Jap¨®n renuncia a la guerra-, por temor a que pueda desestabilizar la zona y desatar una carrera armamentista que deje en pa?ales a la de la guerra fr¨ªa.
En los ¨²ltimos meses, Pek¨ªn, que hasta ahora se manten¨ªa en un discreto segundo plano en la escena internacional mientras impulsaba su avance econ¨®mico, hace gala de su peso creciente para poner en marcha todo un juego de alianzas, que se extiende desde los pa¨ªses de su entorno a Am¨¦rica Latina y pasa necesariamente por Europa. China est¨¢ convencida de que es el nuevo v¨¦rtice sobre el que bascula el mundo multipolar, que el Gobierno de Pek¨ªn considera debe marcar el futuro.
Si la UE levanta el embargo de armas impuesto a Pek¨ªn en 1989 tras la matanza de Tiananmen, "ser¨¢ un acto de genuina hostilidad hacia Estados Unidos" y la Administraci¨®n de Bush; en lugar de restablecer los lazos anteriores a los desacuerdos por la guerra de Irak, Washington podr¨ªa "dar el adi¨®s final a sus aliados". En estos t¨¦rminos se expresaban, en un reciente art¨ªculo, los analistas del AEI (Instituto Estadounidense de la Empresa) Daniel Blumenthal y Thomas Donnelly.
Todo apunta, sin embargo, a que la UE ya ha tomado su decisi¨®n. Es m¨¢s, el Reino Unido pretende que la medida se adopte bajo la presidencia de Luxemburgo, que termina el 30 de junio, para que no sea Londres el que estampe la firma que vuelva a dar luz verde a la venta de armas a China.
Durante el viaje de George W. Bush a Europa, la semana pasada, qued¨® claro que la Casa Blanca ya daba por perdida la batalla de oponerse al levantamiento del embargo, por lo que se limit¨® a indicar que esto env¨ªa a Pek¨ªn una "mala se?al". En el camino de la reconciliaci¨®n trasatl¨¢ntica, China se alza como un obst¨¢culo mucho m¨¢s dif¨ªcil de tragar que la guerra en Irak.
Jap¨®n teme lo que considera un creciente militarismo de China. La segunda potencia econ¨®mica mundial, que no consigue salir de la crisis que padece desde principios de la d¨¦cada pasada, se siente cada d¨ªa m¨¢s acosada por su vecino, como sucedi¨® hist¨®ricamente hasta el siglo XIX. Tokio ve en las millonarias compras navales de China en Rusia una clara amenaza y un desequilibrio de las fuerzas en la zona. De ah¨ª su decisi¨®n de estrechar el pacto de seguridad con Estados Unidos, pa¨ªs que comparte en gran medida los temores japoneses. El comunicado conjunto emitido por ambos pa¨ªses, el 20 de febrero, hace referencia a la situaci¨®n "impredecible e incierta" creada en la zona por la tensi¨®n en el estrecho de Taiwan y el programa nuclear de Corea del Norte, un aliado de China.
La reacci¨®n de Pek¨ªn fue furibunda e inmediata. "El comunicado incluye la cuesti¨®n de Taiwan, que est¨¢ ligada a la soberan¨ªa, la integridad territorial y la seguridad nacional de China. El Gobierno y el pueblo chinos se oponen rotundamente a ese comunicado", destac¨® un portavoz gubernamental.
En Washington, mientras tanto, el Senado convocaba al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, para que diese explicaciones sobre la expansi¨®n de la marina china y los informes del espionaje que revelan que, si contin¨²a creciendo al ritmo actual, "sobrepasar¨¢ a la de Estados Unidos en una d¨¦cada". Rumsfeld dijo que su departamento "estaba al corriente y preocupado" por esa informaci¨®n, que se complementa con un reciente informe interno chino que cuestiona la presencia militar de EE UU en el Pac¨ªfico.
Taiwan, principal socio econ¨®mico de China, pero cada d¨ªa m¨¢s alejado pol¨ªtica y socialmente de Pek¨ªn, pretende conseguir de la Uni¨®n Europea -una vez perdida la lucha contra el levantamiento del embargo de armas- que presione a China para que la Asamblea Popular Nacional, cuyo pleno anual se re¨²ne este mes en Pek¨ªn, no apruebe la llamada Ley Antisecesi¨®n. Seg¨²n el Gobierno taiwan¨¦s, esa ley ser¨ªa "una forma de legalizar la guerra", porque autorizar¨ªa al Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n a resolver el problema de Taiwan por m¨¦todos no pac¨ªficos.
Partidos y grupos proindependentistas lanzaron ayer una campa?a de recogida de firmas para que los taiwaneses expresen p¨²blicamente su oposici¨®n a esa ley.
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