Olor a podrido
Hay ¨¦pocas del a?o que mejor no abrir las ventanas, de la peste que entra por doquier. Un notario de Sevilla, que responde a las "misteriosas" iniciales de M.J.G.O.S, acaba de ser condenado por un juzgado de lo penal a pagar casi un mill¨®n de euros (150 kilos de los de antes) por tres delitos fiscales detectados en su despacho. Lo de las iniciales no s¨¦ si ser¨¢ para evitarle el linchamiento medi¨¢tico o, como dice un amigo m¨ªo, para no dar pistas a futuros clientes. Ya saben, esa clase de desaprensivos que aprovechan que el se?or notario ha de abandonar un momento el despacho, porque el hombre se est¨¢ haciendo pis, para hacer negocietes clase B. Por mi parte, siempre he sostenido que si el juzgado instalara videoc¨¢maras secretas en algunas notar¨ªas, el erario p¨²blico experimentar¨ªa una crecida espectacular. Pero acaso no sean m¨¢s que fantas¨ªas de escritor en fin de semana.
Lo que no parece fant¨¢stico -siempre con permiso de la realidad, que ya se sabe resulta insuperable para la ficci¨®n-, es el v¨ªdeo que un abogado de Reus tom¨® casualmente del coloso en llamas de Madrid, a eso de las tres de la ma?ana, cuando te¨®ricamente ya no quedaba nadie en el edificio. Dos personas yendo de un lado para otro, como inquietas, justo en la zona donde est¨¢n los despachos de abogados, los asesores fiscales, las auditor¨ªas... ?Qu¨¦ hac¨ªan all¨ª esos insensatos? A lo mejor estaban oliendo a chamusquina. O a podrido. Ya puestos a ficcionar, el escritor de fin de semana empieza a establecer conexiones: despachos con mucha documentaci¨®n sensible, sistema contra incendios que no existe o no funciona... Qu¨¦ pedazo de novela me estoy perdiendo.
No siempre, sin embargo, la imaginaci¨®n del artista tiene que ir en la direcci¨®n aparente del delito. Es m¨¢s, una norma no escrita de los narradores dice que la verdad ama ocultarse en lo min¨²sculo, y que de las pistas demasiado elocuentes m¨¢s vale desconfiar. As¨ª que, en cualquier otro asunto donde casi todo huela a podrido, ?por qu¨¦ no indagar en sentido contrario a los indicios? Por ejemplo, en la zona Franca de C¨¢diz, donde esos mal pensados del PSOE no ven m¨¢s que delitos a granel. 606.000 euros (cien millones de pesetas) que un alto cargo del PP gast¨® y no justific¨® -dicen ellos- en regalos, viajes, restaurantes y tarjetas de cr¨¦dito. O que el para¨ªso fiscal gaditano pag¨® 4,2 millones (670 kilos) a una empresa denominada Miami Free Zone (desde luego, el nombrecito se las trae), por una red inform¨¢tica que, seg¨²n dicen, "nunca lleg¨® a funcionar y no existe". Hombre, aqu¨ª se ve la retorcida imaginaci¨®n de los socialistas gaditanos (ay, tanto carnaval). Algo, sea lo que fuere, o no funciona o no existe, no ambas cosas a la vez. Y por mucho que Felipe Gonz¨¢lez diga que es que "son malos de cojones", las apariencias enga?an. ?Qui¨¦n te dice a ti que todo ese dinero no ha ido a parar a las hermanitas de los pobres? Bien claro lo ha prometido uno de los imputados: que cuando le saque el higadillo a Rafael Rom¨¢n, que se la est¨¢ buscando, piensa d¨¢rselo a los Hermanos de la Cruz Blanca de Algeciras. ?Y ahora qu¨¦?
De la peste a tres por ciento que viene de los t¨²neles del metro del barrio del Carmelo de Barcelona, mejor nos ocupamos otro d¨ªa. Pero no se quiten el pa?uelo de la nariz.
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