Los l¨ªmites entre arte y no-arte
Entrevista con Mar¨ªa de Corral y Rosa Mart¨ªnez
Hace s¨®lo cinco meses que se dio la noticia de que dos espa?olas ser¨¢n las comisarias de la exposici¨®n internacional en la 51? edici¨®n de la Bienal de Venecia, que se desarrollar¨¢ del 12 de junio al 6 de noviembre pr¨®ximos. Ellas empezar¨¢n esta semana a presentar su programa en distintas ciudades. Mar¨ªa de Corral y Rosa Mart¨ªnez explicaron a Babelia algunas de las l¨ªneas generales de sus respectivos proyectos y las ideas que tienen sobre el mundo del arte hoy.
Mar¨ªa de Corral: "Espa?a ha estado siempre en la periferia, nunca ha estado en la corriente dominante"
Rosa Mart¨ªnez: "En la selecci¨®n que estoy preparando hay propuestas quiz¨¢ espectaculares, pero otras muy intimistas, muy delicadas"
Cuando la 51? Bienal de Venecia abra sus puertas el pr¨®ximo 12 de junio, las dos comisarias de esta edici¨®n, las espa?olas Mar¨ªa de Corral y Rosa Mart¨ªnez, habr¨¢n cumplido con un dif¨ªcil encargo: completar las dos exposiciones internacionales en s¨®lo nueve meses, partiendo de cero en casi todos sus aspectos. Situaci¨®n menos ventajosa que la del ya designado comisario de la Bienal para 2007, el norteamericano Robert Storr. Un caramelo envenenado del que ambas han saboreado tanto lo dulce como lo amargo. Mar¨ªa de Corral (1940) ha titulado su exposici¨®n para el Pabell¨®n Italia La experiencia del arte, que busca los puntos comunes en la diversidad de la creaci¨®n actual. Rosa Mart¨ªnez (Soria, 1955) presentar¨¢ en el Arsenal Siempre un poco m¨¢s lejos, inspirada en uno de los libros de c¨®mic de Corto Malt¨¦s, dibujado por el veneciano Hugo Pratt, en la que revisar¨¢ las l¨ªneas m¨¢s marcadas del arte del tercer milenio.
El presidente de la Bienal de Venecia, el empresario Davide Croff, declar¨® a la prensa, ya antes de proponer el comisariado a las dos espa?olas, que pretend¨ªa hacer de esta edici¨®n "una bienal de bienales". Algo que no parece haberles transmitido a ellas.
MAR?A DE CORRAL. Lo que nos pidi¨® es que fuera una bienal significativa, "seria". En la que realmente se hablara de arte y se mostrase arte. Pero sin imponer nada. Al final t¨² tienes que hacer una bienal, no ideal porque no se puede, sino lo mejor dentro de los instrumentos y las posibilidades que tienes. Sin duda, el poco tiempo que hemos tenido es un factor que ha influido en nuestra selecci¨®n, queramos o no.
ROSA MART?NEZ. Nos lo dijeron el 3 de septiembre y ambas ten¨ªamos otros compromisos anteriores.
M. de C. Luego, adem¨¢s, hemos tenido cambios. Se cay¨® el techo de la sala Galileo Chini, por lo que tuve que cambiar el concepto de la entrada a la exposici¨®n. Tienes que adaptarte siempre a las circunstancias.
R. M. La l¨®gica de las bienales, tal como ha evolucionado el fen¨®meno bienal y la experiencia de las dos ediciones anteriores en Venecia -la de Szeemann y la de Francesco Bonami, que tuvo una media de 300 a 500 artistas-, ha dado la imagen de un gran supermercado donde cabe todo. Nosotras hemos pensado en presentar un n¨²mero m¨¢s limitado de artistas, alrededor de un centenar. PREGUNTA. ?Qu¨¦ visi¨®n le ha guiado en su proyecto?
R. M. Mar¨ªa recibi¨® el encargo de poner el acento m¨¢s en lo cl¨¢sico, en una mirada retrospectiva, y yo en una visi¨®n del futuro. Son campos en los que cada una ha venido trabajando a lo largo de su trayectoria, pero creo que tambi¨¦n ha habido por parte de las dos un ejercicio conceptual y curatorial con la voluntad, en su caso, de poner artistas del presente, y en el m¨ªo, poner algunas figuras de referencia del pasado. Porque no creo que se pueda trazar una l¨ªnea muy clara y decir "¨¦stos son emergentes" simplemente porque tengan menos de 35 a?os. En mi caso el criterio ha sido el de buscar posiciones de artistas que durante los ¨²ltimos diez a?os han tenido una continuidad en su trabajo y han sabido renovarse y superar los clich¨¦s estil¨ªsticos que los identificaban.
M. de C. Lo que he querido hacer yo es una exposici¨®n de arte y de artistas. Creo que la variedad y amplitud de propuestas en este momento es infinita. Tantas como artistas. Por tanto siempre tienes que seleccionar.Para m¨ª siguen igual de vivas algunas obras de los a?os setenta que las de artistas que tienen ahora 28 a?os. No voy a desarrollar un solo tema, sino varios, que responden a las preocupaciones actuales: el cuerpo, la violencia, el dominio. Tambi¨¦n figurar¨¢ el inter¨¦s por asuntos que se han tratado en el pasado en el cine, en el v¨ªdeo o en la performance, y que ahora se abordan de forma diferente. Tendr¨¢n un lugar tambi¨¦n preocupaciones como las surgidas a partir del 11-S o el 11-M, el tsunami... Los artistas las reflejan en sus obras, aunque no de forma expl¨ªcita. No me interesan los artistas que se expresan de forma expl¨ªcita sino los que siempre ofrecen una doble lectura.
P. En la anterior bienal, la de 2003, usted present¨® en el pabell¨®n espa?ol la obra de Santiago Sierra (el edificio tapiado en el que se exig¨ªa el pasaporte espa?ol a los visitantes). Fue una pieza impactante y pol¨¦mica. ?En su propuesta para esta bienal hay tambi¨¦n riesgo?
R. M. Yo siempre intento que haya riesgo, ir m¨¢s all¨¢ de lo que est¨¢ establecido. La de Santiago Sierra no fue una propuesta rom¨¢ntica, creo que fue muy radical y ¨¦l podr¨ªa encajar en esa idea de ir "un poco m¨¢s lejos" porque yo quise ir un poco m¨¢s lejos en lo que se hab¨ªa hecho en el pabell¨®n hasta ese momento. ?sa es la filosof¨ªa que ha inspirado todas mis exposiciones. El deseo de llevar la l¨®gica del evento un poquito m¨¢s all¨¢. Por otro lado, procuro siempre trabajar site specific, para un lugar determinado. Cuando me invitaron a Venecia quise buscar en la densidad cultural que tiene la ciudad, en el juego de fricci¨®n entre la alta y la baja cultura, me encant¨® tomar como fuente de inspiraci¨®n la figura de Corto Malt¨¦s, el prototipo del viajero rom¨¢ntico dibujado e inventado por Hugo Pratt, que es veneciano y que personifica el sue?o de querer ir siempre m¨¢s all¨¢.
P. En ese riesgo que asumir¨¢ en la exposici¨®n, ?habr¨¢ piezas impactantes para el espectador?
R. M. Creo que el poder del arte est¨¢ precisamente en su polisemia. Que la lectura no sea r¨¢pida y f¨¢cil, donde el mensaje se capte a la primera, se consuma y se olvide. La lectura del muro sencillo de Sierra ten¨ªa mil resonancias: hablaba de las fronteras, de la inmigraci¨®n, de muchas cosas. Una obra de arte tiene que tener este potencial sem¨¢ntico. Y en la selecci¨®n que estoy preparando hay algunas propuestas quiz¨¢ espectaculares, pero otras muy intimistas, muy delicadas, invisibles casi. Para m¨ª es muy importante el deseo de libertad, el deseo de inclusi¨®n de la periferia, entre otras, la de las mujeres, que han estado apartadas de los discursos dominantes durante mucho tiempo.
M. de C. Las cosas est¨¢n cambiando mucho porque, por ejemplo, yo considero que Espa?a ha estado siempre en la periferia porque nunca ha estado presente. Ahora, sin embargo, se pone de moda incluir pa¨ªses del Este y se crean otras periferias.
R. M. Hay una imposici¨®n del mercado que hace que de pronto est¨¦ de moda China. Lo que est¨¢ haciendo Occidente es consumir al otro. En Babelia sali¨® hace poco (el 5 de febrero) una lista de los 100 artistas m¨¢s importantes del panorama internacional. Creo que el 60% eran europeos, alemanes, hombres, y hab¨ªa muy poca periferia. El mercado lo tiene muy claro: a los artistas les dejamos que hablen de su otredad, est¨¢n obligados a documentar su sufrimiento, a expresarlo. Hay una especie de consumo de lo ex¨®tico que a muchos artistas les da la oportunidad de entrar en el mainstream. Me parece que es positivo.
P. Ya que menciona esa lista, ?son esos artistas los que vamos a ver en la bienal?
M. de C. No. Y yo estaba trist¨ªsima cuando la vi porque no tengo casi ning¨²n artista de ¨¦stos .
R. M. Yo tengo alguno. De todas maneras, una lista de ese tipo es una bofetada. Eso es la realidad. Lo que nosotras estamos haciendo -o cualquier intelectual- es construir un sue?o ef¨ªmero. Construir la ilusi¨®n de que otros territorios de libertad y de pensamiento son posibles. Por eso estamos en la bienal y no en una feria de arte.
P. ?Va a haber m¨¢s artistas espa?oles este a?o en la bienal?
M. de C. S¨ª, va a haber artistas espa?oles este a?o. No podemos dar los nombres todav¨ªa, por contrato.
R. M. En la edici¨®n anterior hubo s¨®lo un artista espa?ol en la secci¨®n Utopia Station, donde hac¨ªan carteles. Y eso fue lo ¨²nico. La presencia era cero.
M. de C. En la Documenta, presentar s¨®lo a Pere Portabella como ¨²nico artista espa?ol a estas alturas de la vida es una tomadura de pelo.
P. Se habla de la bienalizaci¨®n en el mundo del arte. ?Se han convertido en foros multitudinarios para ver el arte actual? ?Para hacer turismo cultural? ?Qu¨¦ papel tienen las ferias y las bienales?
M. de C. Son dos cosas muy diferentes. Cada vez m¨¢s se intenta que las ferias, adem¨¢s de acontecimientos comerciales, sean un fen¨®meno cultural. Me interesan las dos desde un punto de vista diferente. Para m¨ª ir a la feria de Basilea es muy interesante porque compro para colecciones. Ah¨ª salen obras que de otra forma no sabes que existen, no ves artistas j¨®venes que empiezan a trabajar en galer¨ªas que te inspiran confianza por su visi¨®n, interesa tambi¨¦n ver c¨®mo se mueve el mercado. Y luego las propuestas en Basilea, Art Unlimited, que es como los Project Rooms de Arco s¨®lo que hechos de forma gigantesca. Ah¨ª hay cosas que no ver¨¢s en una feria ni en un museo.
P. Pero quiz¨¢ haya muchos puntos en com¨²n entre bienales y ferias. ?Qu¨¦ sucede cuando las bienales parecen ferias?
R. M. ...O cuando las ferias quieren parecer bienales. Yo no compro para colecciones, no he comprado nunca. Mis colecciones son el programa de mis exposiciones. Pero lo que me impresion¨® de Basilea el a?o pasado es ver esa secci¨®n Art Unlimited, que ten¨ªa el esp¨ªritu de una bienal. Pero ah¨ª solamente estaba quien pod¨ªa pagar la cantidad de dinero que ellos exigen para poder tener un stand. Y yo le¨ª el concepto de Art Unlimited, que me hizo mucha gracia, y dec¨ªa: "Una secci¨®n sin limitaciones. Sin limitaciones presupuestarias, de espacio o curatoriales". El comisario es una limitaci¨®n, y yo creo que tienen raz¨®n. Los curators somos una limitaci¨®n porque tenemos criterio y porque no somos parte -quiz¨¢ lejana- del mismo juego. Las ferias son hoy para m¨ª el ejemplo m¨¢s claro de las estrategias neoliberales. Quien tiene dinero est¨¢ ah¨ª. Richard Serra estaba en esta ¨²ltima edici¨®n con dos piezas grandiosas. Parte del rol que debemos reivindicar en una bienal es que haya una interpretaci¨®n intelectual, curatorial, fuera del caos en el que nos estamos moviendo. Donde no es s¨®lo el dinero el que marca el paso.
P. ?Cu¨¢l es el papel del comisario ante el fin de las tendencias?
R. M. Creo que un comisario es una figura que se puede comparar a un editor, a la de un psicoanalista tambi¨¦n y a la de una persona materna que saca lo mejor de ese artista. A un editor porque tienes la distancia cr¨ªtica que te permite ver lo mejor de cada creador, e intentas presentar su obra con una coherencia discursiva que permite que los espectadores la entiendan tambi¨¦n m¨¢s claramente. A un psicoanalista porque a m¨ª tambi¨¦n me interesa mucho el trabajo procesual y el di¨¢logo con los artistas. No parto de obras completas sino que empiezo con un di¨¢logo con el artista para llegar a una conclusi¨®n com¨²n sobre lo que ser¨¢ mejor para cierta exposici¨®n.
M. de C. Eso tambi¨¦n lo he hecho, incluso con los muertos. Con muestras como la de Gorki o Morandi he entrado en contacto con la familia, con la gente que expuso con ¨¦l, con cr¨ªticos. Siempre tienes una idea de lo que quieres hacer, pero para dar una visi¨®n que aporte algo y que est¨¦ de acuerdo con el tiempo en el que vives. Todo el arte cl¨¢sico hay que mostrarlo con una visi¨®n de nuestro tiempo. De otra manera, la gente no lo va a entender igual. Por eso creo que los museos cl¨¢sicos tienen que cambiar sus colecciones de acuerdo con la visi¨®n que pueden tener los artistas j¨®venes del pasado.
P. Lo que s¨ª hay es un cierto retorno a la pintura, as¨ª como un auge de los medios tecnol¨®gicos.
M. de C. Voy a tener de todo.
R. M. Para m¨ª la fotograf¨ªa y el v¨ªdeo son la continuaci¨®n l¨®gica y tecnol¨®gica de la pintura. En el siglo XV, cuando se empez¨® a hacer pintura al ¨®leo, era un medio propio de la ¨¦poca. ?Que hoy los artistas no pueden pintar? S¨ª, s¨ª pueden. Se siguen sobreponiendo unos a otros. Pero la tecnolog¨ªa ha cambiado. La revoluci¨®n industrial y la tecnol¨®gica han aportado nuevos soportes y nuevos medios y, por tanto, los artistas tienen que utilizarlos tambi¨¦n.
M. de C. Tambi¨¦n pienso que hay una complejidad en nuestro mundo que probablemente hace cien a?os no exist¨ªa. Seguramente lo que puedes expresar con una pintura cl¨¢sica es casi un referente a la propia pintura, mientras el v¨ªdeo o la instalaci¨®n son medios que est¨¢n m¨¢s de acuerdo con la complejidad y con la expresi¨®n actual de todo el mundo. No puedes estar todo el d¨ªa con el ordenador, la televisi¨®n, el cine y la informaci¨®n que nos llega, y enfrentarte a un lienzo en un caballete como hace siglos. Adem¨¢s visualmente hay much¨ªsimo v¨ªdeo que de lo que habla realmente es de pintura.
P. ?El visitante va a tener que pasar muchas horas viendo v¨ªdeos en esta bienal?
R. M. En la bienal de Kuang Yu, en Corea, calcularon que el tiempo medio que un espectador estaba delante de una obra era de un minuto y medio. Y que no resist¨ªan m¨¢s. El v¨ªdeo lo puedes pasar muy deprisa, al igual que una pintura, o te puedes quedar extasiada vi¨¦ndola y pens¨¢ndola. V¨ªdeo habr¨¢ en la bienal...
P. En un mundo globalizado ?se va a mantener la estructura de los viejos pabellones nacionales en la bienal?
M. de C. Supongo que s¨ª. A m¨ª no me parece mal. Cada pa¨ªs tiene su pabell¨®n y la posibilidad de hacer una exposici¨®n. Me parece enriquecedor. Si verdaderamente el comisario del pabell¨®n es v¨¢lido, lo que tienes es una visi¨®n m¨¢s amplia. Se a?aden posibilidades, no se quitan.
R. M. La Bienal de Venecia es el paradigma de la convivencia de modelos de entender la nacionalidad hoy. Est¨¢ el modelo de los pabellones nacionales que todav¨ªa conserva la ilusi¨®n de la soberan¨ªa, de la autonom¨ªa, y adem¨¢s est¨¢n todos puestos en el contexto arc¨¢dico de los jardines donde parece que todos pueden convivir sin guerras. Es una construcci¨®n que responde a un cierto modelo ideol¨®gico de c¨®mo se entend¨ªan las nacionalidades a finales del siglo XIX. La exposici¨®n internacional intenta jugar con otro ejercicio, que es el de la convivencia entre artistas de diferentes contextos geopol¨ªticos, de distintos contextos culturales. O sea, que coexisten los dos modelos en esta bienal. Hay otras bienales posteriores, nacidas despu¨¦s de los a?os setenta, en las que los pabellones nacionales ya no existen.
Dos carreras internacionales
LAS TRAYECTORIAS profesionales de Mar¨ªa de Corral y Rosa Mart¨ªnez tienen algunas divergencias, pero tambi¨¦n puntos en com¨²n. De Corral fue directora de exposiciones de la Fundaci¨®n "la Caixa" de 1981 a 1991, donde inici¨® la importante colecci¨®n de arte contempor¨¢neo que la instituci¨®n ahora posee. En 1983 comisari¨® la muestra del pabell¨®n espa?ol en la Bienal de Venecia. De 1991 a 1994 dirigi¨® el Centro de Arte Reina Sof¨ªa, en Madrid. En 2002 dirigi¨® el proyecto para el nuevo museo de arte contempor¨¢neo en Santander.
Rosa Mart¨ªnez empez¨® a coordinar actividades culturales en la Fundaci¨®n "la Caixa", para asumir de 1988 a 1992 la direcci¨®n art¨ªstica de la Bienal de Barcelona. Fue co-comisaria de la Manifesta 1, en 1996; al a?o siguiente dirigi¨® la Bienal de Estambul, y en 1999 la SITE de Santa Fe (Estados Unidos). De 1998 a 2002 dirigi¨® los Project Rooms de la Feria Arco, en Madrid. En 2003 fue comisaria del pabell¨®n espa?ol en la Bienal de Venecia, donde present¨® a Santiago Sierra. Este a?o form¨® parte del equipo curatorial de la 1? Bienal de Mosc¨².
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