Para morirse de risa

La pr¨¢ctica habitual de la lectura acaba siendo una fascinante tela de ara?a en la que todo queda atrapado y, al final, el lector no sabe si es la ara?a devoradora o la mosca devorada. Sal¨ªa uno de haberle dedicado dos meses, al menos, a 2666, de Bola?o, sin prisas, s¨®lo por el placer de la lectura (es una obra maestra, sin la menor duda), cuando me lleg¨® esta novela, desternillante, descascarillante, descoyuntante, descacharrante, gamberra total, de Germ¨¢n S¨¢nchez Espeso, un escritor navarro (Pamplona, 1940) algo mayor, de formaci¨®n inicial religiosa, hasta monje creo que fue, y que se dio a conocer, es un decir, a finales de los sesenta y principios de los setenta, con unas novelas experimentales -muy del tiempo- de t¨ªtulos b¨ªblicos y que fueron unos aut¨¦nticos pe?azos, que los j¨®venes progres de la ¨¦poca deb¨ªan consumir y explicar, para entablar amistad con alguna (interesante) compa?era de facultad, como hab¨ªa que esforzarse con, por ejemplo, Glauber Rocha y el nuevo cine brasile?o, y as¨ª acabamos todos, j¨®venes y jovenesas, con las cabezas partidas. Aquel escritor Espeso -perd¨®n por el chiste f¨¢cil; un respeto: acaba de morir Guillermo Cabrera Infante- fue poco a poco diluy¨¦ndose como escritor -a¨²n ganar¨ªa un Nadal, con una cosa muy pretenciosa sobre Narciso- e ir¨ªa descubriendo una vena gamberra, esto es, que va m¨¢s all¨¢ del humor y del sarcasmo, seg¨²n iba publicando sus libros, cada vez m¨¢s orillados, creo que hasta 14. Y he aqu¨ª que vuelve Germ¨¢n S¨¢nchez con esta novela, con la que se inicia una nueva editorial, El Tercer Nombre, y hac¨ªa tiempo -hay que confesarlo, ?hay que confesarlo?- que no me re¨ªa tanto, con la risa tonta, que a veces se hace incontrolable (Wilt, de Tom Sharpe, me cogi¨® en un autob¨²s urbano, y se me afe¨® la conducta). En la contraportada se habla, para buscarle amarras de prestigio a la novela de Espeso, de "periodismo gonzo" y de Hunter S. Thompson, cuyo obituario leo en EL PA?S el mismo d¨ªa en que env¨ªo esta nota: yo hablar¨ªa tambi¨¦n del cine gamberro e inteligente (gamberra e inteligente es la novela que nos tiene cogidos) de los hermanos Farrelly (aquellos que engominaron poco ortodoxamente el pelo de Cameron D¨ªaz, que en las pel¨ªculas de los Farrelly se deja hacer de todo). Pero al igual que ¨¦stos han mamado mucho cine para llegar a hacer el suyo -le guste a uno, m¨¢s o menos-, lo cierto es que hay que ser mucho escritor para quemar las naves del prestigio literario y del escalaf¨®n para escribir, como ha hecho Espeso, esta divertid¨ªsima, b¨¢rbara, gamberra, chirriante, escatol¨®gica (y porque no tengo m¨¢s espacio) novela. Ah, ?que no es literatura...? Acab¨¢ramos, acabemos.