"Creo que he cubierto una etapa"
Ernesto Valverde dejar¨¢ el Athletic en junio porque "intuye" que es lo mejor para todos
El t¨¦cnico del Athletic, Ernesto Valverde, anunci¨® ayer en rueda de prensa que no seguir¨¢ la pr¨®xima temporada al frente del equipo rojiblanco argumentando que su decisi¨®n se basa ¨²nica y exclusivamente en motivos personales. "Ser entrenador, y especialmente, ser entrenador del Athletic, necesita un plus de energ¨ªa, frescura y motivaci¨®n que creo que a m¨ª me puede faltar de cara a la pr¨®xima temporada", afirm¨® Valverde, que asegur¨® que se trata posiblemente "de la decisi¨®n m¨¢s dif¨ªcil" que ha adoptado en toda su carrera. Valverde quiso dejar muy claro que su decisi¨®n no est¨¢ motivada ni "por condicionantes econ¨®micos o de duraci¨®n del contrato" que le ofreci¨® el club en la oferta de renovaci¨®n que le dirigi¨® el pasado 10 de febrero. Tambi¨¦n neg¨® que cuente "con ofertas de otros clubes" y asever¨® que su decisi¨®n "no se basa en posibles desavenencias, ni con el presidente ni con la Junta Directiva".
Como se esperaba la explicaci¨®n de Ernesto Valverde fue pol¨ªticamente correcta, alej¨¢ndose de todos los dimes y diretes que han acompa?ado su trabajo desde que Fernando Lamikiz accedi¨® a la presidencia del club. Desde entonces, uno tras otro, han ido saliendo del Athletic casi todos los directivos de la anterior Junta, encabezada primero por Javier Uria y tras su fallecimiento, por Ignacio Ugartetxe. A fecha de hoy, s¨®lo el gerente, Pedro Manzanedo, resiste el cambio de nombre en la entidad rojiblanca.
Valverde, sin embargo, ha sido el caso m¨¢s extremo. El todav¨ªa entrenador del Athletic deslig¨® su decisi¨®n de cualquier desavenencia puntual, algo que sin embargo ha abundado en los ¨²ltimos meses. El presidente Fernando Lamikiz no se cort¨® al calificar p¨²blicamente de fracaso la eliminaci¨®n de la Copa de la UEFA, ante el Austria de Viena, o al inscribir al equipo en la Intertoto, inmediatamente, contra la opini¨®n del entrenador y de algunos responsables deportivos del club. Valverde, fiel a su gui¨®n, no obstante, se?al¨® ayer que su decisi¨®n "puede ser dif¨ªcil de entender y parecer que hay algo escondido" y dar lugar a elucubraciones. "S¨¦ que es un tema jugoso para los medios de comunicaci¨®n, pero esta decisi¨®n tiene que ver todo conmigo y nada con el resto", se?al¨®.
Seg¨²n Valverde, la decisi¨®n estaba estructura incluso antes del 10 de febrero cuando Lamikiz le present¨® su primera oferta de renovaci¨®n. Ya entonces Valverde dudaba tanto que pr¨¢cticamente hab¨ªa tomado su decisi¨®n de abandonar el club el 30 de junio. Valverde lleg¨® a hablar ayer de "intuici¨®n" para explicar su argumento de haber cubierto una etapa en dos a?os como m¨¢ximo responsable del primer equipo. "Hace dos a?os me marqu¨¦ como objetivo que la afici¨®n recuperase la ilusi¨®n por el juego del Athletic y a lo largo de este tiempo se ha conseguido y adem¨¢s creo que se va a mantener y va a ir a m¨¢s", se?al¨®. Adem¨¢s, se propuso "recobrar esa ilusi¨®n respecto a los resultados del equipo", y considera que todos pueden estar satisfechos en este aspecto, tras lograr que el equipo disputase esta temporada tres competiciones.
Objetivos cumplidos
Oficialmente, Valverde se va por haber cumplido sus objetivos, aunque en el ambiente pesa el interrogante de saber cu¨¢les son los motivos que le han restado ese plus de energ¨ªa que reclama para seguir al cargo del primer equipo. Y el an¨¢lisis devuelve, inmediatamente, el debate a las distintas direcciones que han llevado t¨¦cnico y presidente en sus meses de convivencia. El presidente ha exigido finales (de Copa de la UEFA y Copa del Rey), sigue reclamando un puesto en la Liga de Campeones, vendiendo una ilusi¨®n que contrasta con la realidad de una plantilla que se siente agotada. Los jugadores del Athletic, en declaraciones recientes, tambi¨¦n han se?alado su incomodidad por el exceso de partidos y el exceso de responsabilidad que se les ha exigido en este tiempo. Los deseos del presidente, recogidos por la afici¨®n m¨¢s furibunda, han exigido una sobrecarga que ha frenado en buena medida las rotaciones y la incursi¨®n de nuevos futbolistas.
Lamikiz, sin embargo, ayer segu¨ªa sosteniendo que "Valverde era para nosotros el entrenador ideal" y solicitando respeto para su decisi¨®n personal. Sin embargo, en Bilbao se sabe desde hace tiempo que el perfil de Valverde no era del gusto de un presidente ansioso de acometer decisiones deportivas tras la reestructuraci¨®n interna del club que recibi¨® de sus antecesores. Algunos, en el club, ya pensaban que la marcha de Valverde no era un problema "porque el trabajo ya est¨¢ hecho".
El final del desencuentro
De "entrenador en pr¨¢cticas" se le calific¨® a Ernesto Valverde cuando Andoni Zubizarreta le confi¨® la pasada temporada el mando del Athletic. De "entrenador de segundo plato" le calificaron otros, al anunciar que el Athletic hab¨ªa fracasado en su intento de convencer a otros entrenadores que dijeron no. La vida en el Athletic no fue f¨¢cil para el ex futbolista del Sestao, Espanyol, Barcelona, Athletic y Mallorca, que adem¨¢s recibi¨® el encargo de promover un recambio generacional que ninguno de sus m¨¢s recientes antecesores quiso asumir.
Valverde, cuando era adjunto de Zubizarreta, siempre se?alaba que hab¨ªa cantera, que los chicos de Lezama s¨®lo necesitaban confianza y minutos. Y se puso manos a la obra. Yeste y Del Horno, que ya estaban, han crecido con ¨¦l como futbolistas, la eclosi¨®n de Iraola ha sido monumental, ha nacido Casas (olvidado en el Bilbao Athletic), resulta que Solabarrieta es v¨¢lido, que Jonan Garc¨ªa puede jugar, que Murillo es titular, que Llorente ha encontrado su lugar y es la nueva figura en ciernes.
Pero el Athletic es autof¨¢gico y ha dejado al entrenador solo en su trabajo. Cuando Valverde pide calma y futuro, el presidente pide t¨ªtulos y presente. Y el presidente califica de fracaso caer en dieciseisavos de final de la UEFA. Entre Valverde y Lamikiz ha habido desencuentro, m¨¢s que desavenencias. Algo as¨ª como el que se origina entre el que construye la gabarra y el que quiere subirse en ella. Todo un desencuentro.
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