Ch¨¢vez apuesta por la petrodiplomacia
El mecanismo de cartelizaci¨®n que permiti¨® a la OPEP influir en los precios del crudo durante varias d¨¦cadas se hab¨ªa hecho inefectivo por el incumplimiento de las cuotas de producci¨®n de los integrantes de la organizaci¨®n. Venezuela era uno de los socios que incumpl¨ªa las cuotas y contribu¨ªa as¨ª a la baja del precio. El pa¨ªs hab¨ªa permanecido de espaldas a la OPEP durante diez a?os, desde 1989, cuando el entonces presidente Carlos Andr¨¦s P¨¦rez intent¨® conducir la econom¨ªa hacia la senda de la globalizaci¨®n y la apertura neoliberal.
El ex embajador de Estados Unidos en Caracas, Charles Shapiro, actuando ya como funcionario interno del Departamento de Estado, se reuni¨® a finales de 2004 con el embajador venezolano en Washington, Bernardo ?lvarez, y le dijo en dos platos: "Ustedes quieren formar un bloque en Am¨¦rica Latina y eso afecta nuestros intereses. No lo vamos a permitir".
Un at¨ªpico trueque, a la par de la amistad de Ch¨¢vez y Castro, ha puesto un sello ya claramente antiimperialista en la pol¨ªtica de Venezuela para el hemisferio
Otro punto de la pol¨ªtica internacional de Ch¨¢vez que causa conmoci¨®n en el norte es el uso que dar¨¢ a los recursos provenientes de una ya prolongada bonanza
En medios diplom¨¢ticos y petroleros, el informe sobre esta lac¨®nica advertencia ha venido a confirmar lo que todos ya sospechaban: que la m¨¢s seria amenaza que se cierne sobre el Gobierno de Hugo Ch¨¢vez, luego de sus victorias electorales de 2004, est¨¢ en el campo internacional y tiene m¨¢s que ver con los negocios que con la pol¨ªtica. Los dr¨¢sticos cambios que pretende imprimirle a la pol¨ªtica exterior, cuando corre su s¨¦ptimo a?o en el poder, est¨¢n poniendo a prueba la paciencia de Estados Unidos.
El presidente venezolano, de 50 a?os de edad, adelanta una pol¨ªtica exterior rezumante de petr¨®leo en la que Venezuela asume audazmente el papel de potencia energ¨¦tica y aparece, en no pocos sentidos, desafiando la hegemon¨ªa de EE UU en la regi¨®n.
La petrodiplomacia venezolana tiene varios componentes. El m¨¢s novedoso es que el pa¨ªs ha salido a buscar mercados e inversiones con socios no tradicionales como China y Rusia. En segundo t¨¦rmino, est¨¢ usando el petr¨®leo como catalizador de la integraci¨®n suramericana, perfilando un eje geopol¨ªtico con Brasil, Argentina y, a partir de ahora, con el Uruguay de Tabar¨¦ V¨¢zquez.
La firma de una veintena de acuerdos en materia energ¨¦tica con Brasil y el establecimiento de una alianza petrolera con la nueva firma estatal petrolera argentina Enar son pruebas patentes de ello.
Estas dos l¨ªneas, que el Gobierno de Ch¨¢vez ha asumido con mucha energ¨ªa en los ¨²ltimos meses, se complementan con una pol¨ªtica instaurada hace m¨¢s tiempo, como es la venta de petr¨®leo con facilidades de pago a numerosos pa¨ªses de la zona centroamericana y caribe?a. Estos programas le otorgan a Venezuela un papel de pariente rico benefactor y conllevan lealtades que han sido y ser¨¢n importantes a la hora de contar los apoyos en foros internacionales como la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA). En el universo de estos programas de cooperaci¨®n con los pa¨ªses de la cuenca caribe?a ha tenido particulares repercusiones el acuerdo con Cuba, un intercambio de petr¨®leo por m¨¦dicos, educadores y entrenadores deportivos (y, seg¨²n voceros opositores, tambi¨¦n asesores militares y de seguridad de Estado). Este at¨ªpico trueque, a la par de la evidente amistad de Ch¨¢vez y Fidel Castro, ha puesto un sello ya claramente antiimperialista en la pol¨ªtica internacional de Venezuela para el hemisferio.
El benefactor
Ch¨¢vez demostr¨® que el benefactor petrolero lleva consigo un gran garrote cuando suspendi¨® los env¨ªos de crudo a la Rep¨²blica Dominicana, indignado con la actitud del presidente saliente, Hip¨®lito Mej¨ªa, respecto a la presencia de "opositores golpistas" en territorio del pa¨ªs antillano. El suministro se restableci¨® tras el ascenso al poder de Leonel Fern¨¢ndez, a quien Ch¨¢vez considera su aliado.
Voceros del m¨¢s alto nivel, como el canciller Al¨ª Rodr¨ªguez y el ministro de Energ¨ªa y Petr¨®leo, Rafael Ram¨ªrez, han insistido -tanto en di¨¢logos privados como en declaraciones p¨²blicas- en que la diversificaci¨®n de mercados que procura Venezuela no implica que proyecte abandonar el mercado estadounidense. Pero Washington tiene sus razones para recelar, entre ellas el discurso confrontador del presidente Ch¨¢vez.
En Estados Unidos esperan adem¨¢s con sumo inter¨¦s una decisi¨®n de Caracas sobre la eventual venta de la red de refiner¨ªas y estaciones de servicio Citgo, que cubre casi todo el territorio norteamericano y es propiedad de la matriz venezolana desde los a?os noventa. Esa decisi¨®n no se ha tomado a¨²n, pero predominan las opiniones favorables a la venta, entre ellas la del ministro Ram¨ªrez, quien no ha dudado en catalogar a Citgo, en reuniones de alta gerencia, como "un mal negocio" porque las refiner¨ªas no procesan ni un solo barril de crudo venezolano y por los descuentos que se le dan a la compa?¨ªa, a cuenta de ser filial del gigante venezolano.
Otro punto de la pol¨ªtica internacional de Ch¨¢vez que causa conmoci¨®n en el norte es el uso que dar¨¢ a los recursos provenientes de una ya prolongada bonanza en los precios petroleros.
Es evidente que la estrategia consiste en diversificar no s¨®lo la cartera de clientes petroleros, sino tambi¨¦n la de proveedores de los m¨¢s diversos productos y servicios, incluyendo el rengl¨®n m¨¢s delicado de todos: las armas y los equipos militares.
Bajo esa orientaci¨®n, Venezuela ha realizado importaciones no tradicionales en el ¨¢mbito civil, como reses pre?adas brasile?as y argentinas para mejorar los reba?os locales o tractores agr¨ªcolas iran¨ªes. Y, de la misma manera, el pa¨ªs tiene previsto adquirir 100.000 fusiles de asalto AK-103 y AK-104 y 33 helic¨®pteros de combate en Rusia; entre 12 y 20 aviones caza Super Tucano en Brasil; cuatro corbetas y seis aviones militares de carga en Espa?a, y en un plazo un poco m¨¢s largo, un sat¨¦lite y un sistema de radares en China. Se trata de un chorro de petrod¨®lares que, en condiciones normales, habr¨ªa ido a parar casi totalmente a Estados Unidos. "Si les estuvi¨¦ramos comprando a ellos, no estar¨ªan preocupados, estar¨ªan contentos porque les encanta vender armas", ironiz¨® Ch¨¢vez.
La OPEP, reactivada
LOS OR?GENES DE ESTA DIPLOMACIA con acento petrolero se remontan a la llegada de Ch¨¢vez al poder en 1999. Por entonces, el barril de petr¨®leo no alcanzaba los ocho d¨®lares.
El nuevo presidente dio los primeros pasos al realizar gestiones para reanimar a la Organizaci¨®n de Pa¨ªses Exportadores de Petr¨®leo, que estaba pr¨¢cticamente postrada. Ch¨¢vez emprendi¨® una gira por los otros 10 pa¨ªses de la organizaci¨®n y propici¨® una cumbre en Caracas, la primera desde el encuentro celebrado en Argel en 1975.
La retoma del papel protag¨®nico de la OPEP se sum¨® al clima de guerra que ha sacudido al mundo desde septiembre de 2001 para mantener un consistente escenario de altos precios petroleros que le ha dado al Gobierno grandes posibilidades de atender programas sociales no presupuestados. Pdvsa se ha transformado en "la caja chica de Ch¨¢vez", a decir de los opositores.
No es tan chica la caja. Las operaciones globales de Pdvsa se estiman en 45.000 millones de d¨®lares, y los ingresos rondar¨¢n este a?o entre 25.000 y 30.000 millones. En 2004 se calcula que Ch¨¢vez dispuso hasta de 2.000 millones adicionales para impulsar esos programas.
Para reforzar esta estrategia, Ch¨¢vez ha adoptado lo que sus cr¨ªticos llaman "el modelo ¨¢rabe", al colocar en manos de su ministro de Energ¨ªa y Petr¨®leo, Rafael Ram¨ªrez, la presidencia de Pdvsa, algo que no hab¨ªa ocurrido en 30 a?os de existencia de la compa?¨ªa.
Para completar el estado mayor de esta "batalla", Ch¨¢vez ha colocado en la canciller¨ªa a Al¨ª Rodr¨ªguez, ex presidente de Pdvsa, ex secretario general de la OPEP y ex ministro de Energ¨ªa.
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