Corrientes de alta tensi¨®n en EA
El sector cr¨ªtico de Guip¨²zcoa aboga por cambiar el funcionamiento del partido tras las ¨²ltimas exclusiones
La confecci¨®n de las listas electorales es un momento de alta tensi¨®n en todo partido pol¨ªtico, un momento en el que salen a relucir con nitidez y se confrontan los intereses soterrados de las distintas corrientes que coexisten en su interior. La forma de resolver y compensar estos delicados juegos de equilibrio suele ser un indicador fiable del estado general del partido.
Eusko Alkartasuna acaba de atravesar una de estas situaciones, al tener que poner nombres y apellidos a los contad¨ªsimos puestos de salida a los que aspira en las candidaturas que presenta conjuntamente con el PNV para las pr¨®ximas auton¨®micas. Y ha proyectado al exterior una radiograf¨ªa de alta tensi¨®n entre las distintas corrientes, m¨¢s alimentadas por diferencias personales que ideol¨®gicas, que cobija. El resultado muestra que EA ha llevado a sus ¨²ltimas consecuencias el principio de Alfonso Guerra de que quien se mueve no sale en la foto. Los dirigentes que en estos cuatro a?os han manifestado p¨²blicamente sus discrepancias con la forma de actuar de la direcci¨®n han sido relegados y no van a optar a la reelecci¨®n como parlamentarios, independientemente de la labor que han desarrollado. Si hace cuatro a?os los ca¨ªdos fueron hist¨®ricos como Inaxio Oliveri y Patxi Ormazabal, los de ahora no tiene menos trayectoria en el partido surgido en 1986 de una escisi¨®n del PNV: los consejeros de Medio Ambiente y Educaci¨®n, Sabin Intxaurraga y Anjeles Iztueta, y Gorka Kn?rr, ex secretario general y vicepresidente de la Mesa del Parlamento vasco.
El resultado es un descontento muy amplio en EA. Las declaraciones p¨²blicas de los aparcados -directas en el caso de Kn?rr, que afirm¨® sentirse "desasistido" por la direcci¨®n en su imputaci¨®n en el llamado caso Atutxa, o m¨¢s sutiles en el de Intxaurraga, que lament¨® no haber sido incluido en el n¨²mero 25 de la lista para apoyar as¨ª la campa?a-, son un p¨¢lido reflejo de las afirmaciones que se hacen en privado contra el estilo dirigista de la presidenta, Bego?a Errazti, o las que se expresaron en la asamblea nacional que refrend¨® los puestos electorales.
El c¨®nclave, calificado de dur¨ªsimo, cont¨® con casi una veintena de intervenciones, en su mayor¨ªa muy cr¨ªticas. La asamblea termin¨® con una votaci¨®n a mano alzada, pese a las reiteradas peticiones de que fuera secreta, que dieron el apoyo mayoritario a los candidatos de la direcci¨®n. La ubicaci¨®n del secretario general del partido, el vizca¨ªno Unai Ziarreta, en el primer puesto de la lista de Guip¨²zcoa ha levantado ampollas en esta organizaci¨®n regional, la m¨¢s importante del partido y de claro predominio del sector cr¨ªtico, pese a lo cual est¨¢ excluido de los cargos de la ejecutiva nacional.
"Esto es un atropello m¨¢s. As¨ª no podemos seguir", es el clamor que se transmite desde este sector cr¨ªtico, que ha defendido para el partido, sin ¨¦xito, una pol¨ªtica de "integraci¨®n" de las distintas sensibilidades. Pero aseguran que, siguiendo su pauta de conducta, antes de plantear batallas internas, van a volcarse en la campa?a para conseguir el mejor resultado electoral para la coalici¨®n electoral PNV-EA. La paradoja est¨¢ en que la necesidad pol¨ªtica ha confirmado las tesis de los cr¨ªticos sobre la necesidad estrat¨¦gica de una colaboraci¨®n estable con el PNV, frente a las resistencias de la actual direcci¨®n.
Despu¨¦s del 17 de abril, los cr¨ªticos guipuzcoanos se proponen impulsar un proceso de reflexi¨®n que acabe implantando un diferente funcionamiento del partido. Discrepan con los actuales estatutos, aprobados en 1999, que otorgan a la ejecutiva nacional el control de las ¨¢reas de financiaci¨®n, organizaci¨®n y comunicaci¨®n de las regionales. Un centralismo que, aseguran, rompe el principio del "respeto a los ¨¢mbitos de decisi¨®n".
Afirman que hay cada vez m¨¢s gente en EA en desacuerdo con esta forma de proceder. Creen que el PNV y el PSE han sabido consensuar y respetar las distintas sensibilidades que coexisten en sus filas y recuerdan que Gema Zabaleta lider¨® una corriente en el PSE y est¨¢ en las listas. "Si un partido no es capaz de aplicarse en su seno lo que exige para la sociedad, carece de legitimidad", afirman.
Pero, adem¨¢s, est¨¢n convencidos de que "el tiempo nos est¨¢ dando la raz¨®n" en la apuesta pol¨ªtica que ellos defendieron: la alianza estrat¨¦gica con el PNV. Consideran una "incoherencia" que la direcci¨®n actual de EA est¨¦ gestionando la coalici¨®n con el PNV, mientras a los cr¨ªticos se les apart¨® del poder interno por proponerla. "Ellos s¨ª que se est¨¢n aprovechando", afirman los guipuzcoanos, recordando que esa apuesta les aporta dos diputados forales en Vizcaya y concejales en Vitoria, Bilbao y la Margen Izquierda, que de otro modo no tendr¨ªan.
El riesgo de ser discrepante
Los entonces consejeros del Gobierno vasco Inaxio Oliveri y Patxi Ormaz¨¢bal -el primero incluso hab¨ªa sido secretario general de EA- lideraron el sector cr¨ªtico, que perdi¨® en el congreso de 1999 en Pamplona y fueron los primeros cuadros del partido en dejar los puestos de responsabilidad, que ocuparon sus compa?eros afines a la nueva direcci¨®n.
Con ellos arranca una pol¨ªtica de control y dureza por parte de la ejecutiva nacional, que no ha dudado en apartar de su cargo al discrepante con la l¨ªnea oficial. Los sectores cr¨ªticos -en el congreso de 2003 en Bilbao alcanzaron una representaci¨®n del 40%- consideran que el rencor y el autoritarismo impregnan el estilo del n¨²cleo dirigente, formado por veteranos como Bego?a Errasti, Joseba Azkarraga o Rafael Larreina, y j¨®venes como Ziarreta .
El lider de los cr¨ªticos guipuzcoanos, I?aki Galdos, dej¨® de ser parlamentario al ser excluido de las listas en 2001. Juan Carlos Goientxea fue apartado de la presidencia del partido de Vizcaya tras liderar, junto a Sabin Intxaurraga, una corriente partidaria de abrir EA a la convergencia con sectores de la izquierda abertzale.
Esta l¨ªnea fue la que perdi¨® en el congreso de 2003 en Bilbao, junto al sector cr¨ªtico de Guipuzcoa, y qued¨® excluida de la ejecutiva. A consecuencia de ese episodio ahora caen los consejeros Intxaurraga e Iztueta, aunque ya entonces la presidenta sembr¨® la incertidumbre sobre si ambos deb¨ªan continuar en el Gobierno vasco. Gorka Kn?rr, al que apartaron de la secretar¨ªa general por apoyarles, tambi¨¦n dejar¨¢ el Parlamento.
Otro discrepante de esta corriente, Sabin Arana, tras cesar como diputado foral de Vizcaya, va como indeptendiente en las listas de Aralar.
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