Elecciones auton¨®micas
Campa?a sobre campa?a y sobre campa?a una... Lo que oyen, parece Navidad porque seguimos en Navidad. Vivimos instalados en una campa?a electoral continua no se sabe desde cu¨¢ndo. Su pen¨²ltima manifestaci¨®n tuvo que ver con la Constituci¨®n europea; aparentemente, claro, porque todos los partidos iban ya buscando mostrar su pedigr¨ª o, como dir¨ªan en el CSI, sus alelos. De ah¨ª que triunfara la abstenci¨®n porque los partidos mayoritarios echaron poca carne al asador pensando, como estaban ya pensando, en la campa?a siguiente, como los dise?adores de moda pero sobre todo como los fabricantes de juguetes que s¨®lo tienen la Navidad en el punto de mira, dicho sea sin ¨¢nimo de ofender a nadie. Y en esas estamos, con los Reyes Magos otra vez en la carretera, prometiendo regalos a diestro y siniestro mientras el pa¨ªs se hiela. Porque esa es otra, el clima tambi¨¦n parece haberse sumado a la parada pintando de turr¨®n el paisaje. Nos rodean los buenos deseos y los billetes de loter¨ªa y a poco nos dar¨¢n las uvas, pero con matices. Gaspar, Melchor y Baltasar s¨®lo trabajan para sus respectivos fieles, mientras andan a codazos con jamelgos y camellos y se tiran de las barbas con tal ¨ªmpetu que milagro es que no se las arranquen.
Ibarretxe, mientras dirige pedorretas al resto de partidos de corte centralizador, besa la mano de la Errazti independentista, clama por la consulta y, con esa facilidad que Dios le ha dado -?Jaungoikoa!- para las metaf¨®ras, se opondr¨¢ a quienes desean "disolver como un azucarillo en el caf¨¦ con leche la personalidad de la sociedad vasca en la personalidad de la sociedad espa?ola". Patxi lehendakari, por su parte, no ve m¨¢s que un mont¨®n de adversarios amalgamados como una bola de blandibl¨² que quiere trag¨¢rselo entero, o sea que se le ve un pel¨ªn crispado en su discurso, pese a que quiera el voto de los que andan hartos de la crispaci¨®n. Por boca de Carmelo Barrio supimos que el PP se opone al eje radical de un nacionalismo "rampante" en su vocaci¨®n centralista pero vasca, en tanto que como una amante despechada sigue pidiendo relaciones a quien le desair¨® y no desea que les vean juntos ni por amor a la Constituci¨®n. Y as¨ª, mientras la v¨ªa catalana est¨¢ un 3 % m¨¢s cara, los partidos mayoritarios no consiguen sentarse para abordar las reformas constitucionales y la torre Windsor, esa m¨¦tafora, sigue mostrando su esqueleto despavorido. Esto no ha hecho m¨¢s que empezar, aunque todav¨ªa no haya empezado porque todav¨ªa estamos en la precampa?a, que es a la campa?a lo que un huevo a otro, y la cosa est¨¢ que arde.
Con la precampa?a han llegado evidentemente los presondeos. Todos parecen coincidir en que el tripartito obtendr¨¢ la mayor¨ªa absoluta ayudado por una mejora en los resultados de Madrazo -?qu¨¦ habremos hecho para merecer esto!- y el robo de votos al granero batasuno. ?Pero se dejar¨¢ Batasuna esquilmar alegremente? ?No se ha desdoblado, combativamente, en dos para que unos no voten con Batasuna y otros voten nulo con Aukera Guztiak (?podr¨¢ presentarse?) a fin de preservar ese parque tem¨¢tico arruinado en que est¨¢n a punto de convertirse? ?Y qu¨¦ decir del lento pero constante descenso de los votos nacionalistas que se produce elecci¨®n tras elecci¨®n desde hace un mont¨®n de a?os y que coincidir¨ªa con el resultado -expuesto en el sondeo de este peri¨®dico- de que el porcentaje de no nacionalistas es superior al de s¨ª nacionalistas? ?Subir¨¢ el PSE a costa del PP -porque sale que sube- o del PNV? ?Se puede asegurar que el PP vaya a seguir pagando en votos una guerra de Irak que ya parece lejana? ?Qu¨¦ ocurrir¨¢ si sale que PSE y PP pueden formar gobierno? ?No ser¨¢ ¨¦sta una de las claves de la movilizaci¨®n de los votantes del PSE y del PP? Es lo que tienen los sondeos, m¨¢s que resolver nada invitan a formular preguntas que a su vez requieren de otro sondeo, y as¨ª hasta el infinito. Y luego pasa lo que pasa, que uno se quiere poner a decir algo y s¨®lo parece que ha o¨ªdo campa?as sin saber d¨®nde.
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