Contratos que cambian vidas
Desde 1991, la fundaci¨®n Femarec ha creado 150 empleos de car¨¢cter indefinido para personas con discapacidad
La mujer de la que est¨¢ enamorado se llama Ramona G¨®mez. "Salgo con ella desde hace tres a?os, 11 meses y 22 d¨ªas", explica Jacinto Villegas, de 44 a?os. La conoci¨® en el Centro Especial de Empleo (CEE) de la fundaci¨®n barcelonesa Femarec, dedicada a la formaci¨®n e integraci¨®n sociolaboral de personas con discapacidad ps¨ªquica o con alg¨²n tipo de trastorno mental.
Primero fueron compa?eros de trabajo. Luego se hicieron amigos. Finalmente, Jacinto se declar¨®, y lo hizo "a las cuatro de la tarde", durante su jornada laboral. Los dos se dedican a reparar y limpiar m¨¢quinas expendedoras de bebidas, una de las nueve actividades que se llevan a cabo en una nave industrial de 3.600 metros cuadrados, situada en el distrito de Sant Mart¨ª, en Barcelona. All¨ª trabajan otras 148 personas con discapacidad, y cobran una media de 600 euros al mes. "Parte de ese dinero", cuenta Jacinto, "se lo doy a mis padres, que me ayudaron mucho cuando no consegu¨ªa ning¨²n trabajo estable".
Su novia, Ramona, tiene 36 a?os y es una mujer extrovertida. Pero no lo ha sido siempre. "Antes de formar parte del proyecto Femarec", recuerda Ramona, "era muy t¨ªmida, y no ten¨ªa amigos". Ahora, despu¨¦s de siete a?os, asegura que ha cambiado "en la manera de ser". Se ha abierto a los dem¨¢s. Ha descubierto su lado sociable. Ahora tiene gente que le escucha y a quienes le gusta escuchar. "Femarec me ha cambiado la vida", confiesa. Jacinto, por su parte, ya no depende de nadie, y eso le hace sentir bien. "Desde que Femarec me contrat¨® por tiempo indefinido, me ha subido mucho la autoestima". De eso hace ya 10 a?os, pero trabaja "con el mismo entusiasmo del primer d¨ªa".
Los dos son conscientes de su suerte. "Si no fuera por Femarec, no tendr¨ªamos la seguridad que tenemos ahora", reconocen. Y la verdad es que s¨ª. En 2004, seg¨²n cifras del Departamento de Trabajo de la Generalitat, 1.736 personas con discapacidad firmaron un contrato laboral en Barcelona, pero s¨®lo 44 lo hicieron por tiempo indefinido. Para la mayor¨ªa, el convenio concluy¨® a los tres meses.
A pesar de las estad¨ªsticas, Teresa Guirado, del departamento comercial de Femarec, asegura que "la responsabilidad social es un concepto cada d¨ªa m¨¢s asumido por las empresas". Pero para no depender de la solidaridad de los empresarios y fomentar el empleo entre este colectivo marginado, el Gobierno aprob¨® en 1982 la ley de integraci¨®n social del minusv¨¢lido, que obliga a las compa?¨ªas de m¨¢s de 50 empleados, tanto p¨²blicas como privadas, reservar el 2% de su plantilla para personas como Jacinto o Ramona. Pero esta ley fue modificada en 2000. "Como la mayor¨ªa de empresas no cumpl¨ªan lo establecido", explica Teresa, "se introdujeron modificaciones".
Ahora, en el caso de no poder contratar a un discapacitado, "por ser el trabajo para empleados altamente cualificados", las empresas deben contratar servicios a los CEE o donar a las fundaciones una cantidad anual determinada. "Se trata de un proceso lento, pero en el futuro, aunque s¨®lo sea por imagen, todas las empresas contar¨¢n con trabajadores con discapacidad", afirma Teresa. "Estas personas forma parte de la sociedad, y no las podemos seguir obviando."
Alcanzar un capitalismo m¨¢s social roza la utop¨ªa. Pero el esfuerzo diario de fundaciones como Femarec demuestra que los avances sociales dentro del sistema son posibles. Y esto es algo que su presidenta, Maria Merc¨¨ Clara i Quintana, explic¨® el pasado 17 de febrero en el C¨ªrculo Ecuestre, donde se celebr¨® una subasta de vinos espa?oles que recaud¨® 30.000 euros para la asociaci¨®n que preside. "Lo ¨²nico que necesitamos para seguir trabajando es saber que las personas con discapacidad tambi¨¦n pueden salir adelante", manifest¨®. Mientras, Jacinto y Ramona est¨¢n pensando en casarse.
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